viernes, 18 de julio de 2008

Dos colgaos muy fumaos: Escape de Guantánamo: Me lo merezco


Animado por alguna buena crítica que leí sobre el film, me dispuse a afrontar el visionado de esta secuela sin haber vista su antecesora. Eso confirma un hecho conocido por todos: "No te fíes de un crítico." Si aparte de un film que asegura carcajadas, contiene una crítica mordaz a la psicósis americana hacia el foráneo a raíz del 11S, pues eso asegura 100 minutos de diversión.

Pues no, ni risas, ni crítica mordaz ni nada de nada. Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg, responsables de la primera entrega, vuelven a la carga con una película que quita las ganas de ver la primera y las venideras. Lo sé, lo sé, estáis pensando que me lo merezco por meterme en semejante berenjenal, pero mi pecado ha sido confiar ciegamente en un crítico. Y sólo por eso y por todos aquellos que fiándose de mí, se han tragado un excelente film (yo sí poseo la verdad) que no les ha gustado, me merecía Dos colgaos muy fumaos: Escape de Guantánamo.

Harold (John Cho) y Kumar (Kal Penn) se disponen a viajar a Amsterdam a fumar marihuana y conseguir que Harold conquiste una chica. En el aeropuerto descubrirán que la amada de Kumar se casa, para después ser confundidos con terroristas en el avión, cosa que les llevará a Guantánamo.

Y de allí no deberían haber salido, pero salen, y emprenden un viaje que les llevará a buscar ayuda en el prometido de Vanessa (Danneel Harris) y a darse cuenta de lo importantes que son el uno para el otro.

Titánico el esfuerzo de sacarle sinopsis al asunto. Y la verdad, es lo de menos, ya que la idea del film abusar de la coña racista tanto como puedan, con numerosas escenas donde sabes como acaba el chiste antes de su final. Y no es que no disfrute de este tipo de cine, es que sólo conseguí reírme en dos ocasiones, y por el mismo chiste.

Y sobre la crítica a temas raciales, la política norteamericana sobre el asunto y la paranoia que la rodea, encontramos tan poca profundidad como humor inteligente. Guantánamo, un avión, y toda clase de situaciones metidas con calzador que serían excusable si fueran divertidas, pero rara vez lo son.

Sin todo eso, con una historia más gamberra que graciosa, el film nunca llega a ser soporífero pero si realmente insípido por momentos, donde su gran baza es las pocas expectativas que podemos tener y el propio conocimiento del tipo de producto que es. Y como tal, dudo que defraude a los que disfrutaron de la anterior.

En definitiva, un film aburrido, que sin llegar a ser un despropósito absoluto sí es ameno por momentos. Una comedia fallida, del montón de las malas, que hace buena a Algo pasa en Las Vegas. Destacable, eso sí, la aparición de Neil Patrick Harris (Un médico precoz) en un papel completamente pasado de rosca.

Lo mejor: Un sólo gag, tan breve como gracioso.

Lo peor: Mi ingenuidad.

El dato: El poema que recita Kumar es obra de un compañero de clase de los guionistas.

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