sábado, 21 de febrero de 2009

Desmadre a la americana: Hormonas a todo ritmo


En una época donde films como American Pie y toda una clase de subproductos destinados a la vida hormonal juvenil pueblan la cartelera, cuesta valorar la ideas pioneras en el género. La televisión se ha encargado de programar en exceso Porky´s y sus secuelas, mientras que de American Graffity o la propia Desmadre a la americana no tengo recuerdo catódico.

John Landis, creador de grandes joyas, desde el videoclip para el Thriller de Jackson, a Un hombre lobo americano en Londres o Granujas a todo ritmo, colabora con Harold Ramis (Una terapia peligrosa), Douglas Kenney y Chris Miller en el guión de uno de los primeros films con ese tono gamberro tan habitual hoy día. Y es que han pasado 31 años desde las peripecias de Blutarsky

La vida en el seno de una universidad norteamericana se ve alterada por el comportamiento irracional, bromista y descabellado de un cuarteto de muchachos que intenta divertirse a costa de los demás. Larry (Tom Hulce) y Kent (Stephen Furst) buscarán entrar en una hermandad, acabando en Delta, la hermandad con peor fama de toda la universidad.

Allí serán rebautizados como Pinto y Lenguado, y formarán parte de la tropa junto con Nutria, Blutarsky y otros tantos mientras el decano buscará la mejor manera de expulsarlos de la universidad. Así empezara una lucha con otra hermandad y con el propio decano, a base de gamberradas y un fervor hormonal desbocado.

Obviamente, el término "gamberra" es muy diferente hoy que hace 30 años, así como decir que Desmadre a la americana tiene sexo y drogas dibuja un retrato con más atrevimiento del que puede parecer. Todo lo que digo es bueno para el film de Landis, ya que la tendencia en el cine ha sido volcarse hacia una exageración que acaba por matar la creatividad.

Así es como el film nos parece incluso inocente, donde algún desnudo parcial llega a sorprender y el lenguaje se aleja mucho de ser soez. Pero está clara la influencia de la cinta en el cine que vino después, viendo muchas escenas que remiten a films más recientes, e historias más que plagiadas del film de Landis. Eso juega en contra del espectador aquí presente que descubre y no revisiona esta cinta.

Un gran valor de la cinta es el perfil de los protagonistas, donde todos nos resultan simpáticos sin necesidad de llevarlos a un extremo que pueda desdibujarlos. Sumar a eso una naturalidad en unas situaciones que las acercan al espectador y lo implican sin representarnos una realidad tan alejada. En ello no incluyo la escena del bar donde John Belushi ingiere comida de manera inhumana.

No puedo dejar de nombrar la maravillosa banda sonora a cargo de Elmer Bernstein, creador de partituras como las de Los siete magníficos, Matar a un ruiseñor o Los Cazafantasmas. Dicha partitura se combina con canciones de la época, hoy joyas, diferenciando al gamberro grupo de la selecta hermandad rival.

En definitiva, un film entretenido que cumple desde la sencillez, sin buscar más trascendencia que lo que duren nuestras risas después del visionado. Supuso el debut en la gran pantalla de John Belushi, y sólo por eso ya merece un hueco en cualquier videoteca.

Lo mejor: Haciendo honor al film, la visión de Belushi desde la escalera.

Lo peor: Descubrirla tarde.

El dato: A Donald Sutherland se le ofreció cobrar una parte de los beneficios del film, o 40000$ dólares por su trabajo, pero confiando poco en el potencial del film aceptó el pago. Desmadre a la americana ha resultado ser uno de los films más taquilleros de la historia americana.

4 comentarios:

Insanus dijo...

Pues la emitieron una vez en Navidad, Redrum, de noche, en TVE. Yo era jovencillo y aluciné, claro. Creo que los responsables de la emisión no sabían ni lo que estaban programando. Es cierto que vista ahora es hasta ingenua en algunos aspectos, pero no era lo más apropiado para ver en familia, jajjaj.

A veces me pregunto cuánto debió influir en el joven Jon Belushi el papel de Pluto. Si todo el mundo da por hecho que eres un fiestero redomado y un juerguista incorregible...¿cómo no serlo? Y en pleno apogeo de la cocaina como droga "limpia" y amable, además.

Mister Lombreeze dijo...

JAJJAJA, Homo Insanus, iba a contar la misma anécdota!.
Creo recordar que la emitieron antes de cenar y hasta me dice mi memoria que en Nochebuena!, Qué majara la programaría entonces...
El caso es que yo con la escena de la escalera aluciné y de paso, tuve una erección infantil que me duró toda la cena familiar. Inolvidable. Todavía me pone bastante cuando la veo.

En fin, una película sensacional, mil veces imitada y nunca igualada. Divertidísima y que no ha envejecido casi nada.

M. Jordan dijo...

Ahora a dormir, redrum! Leñe, lo tuyo sí es afición.

Qué premios más sosainas, no?

Redrum dijo...

Jajajaja! Pues yo no recuerdo ese pase, pero si que sigue siendo "actual" la escena de la escalera...

Me pareció, eso sí, más subida de tono la escena del coche y el guante.

Jajaja! Mónica, más trasnochada te veo yo, que te has colado de post!!! Los premios descafeinados por completo... y por mucho que alaben la labor de Jackman, yo no quiero presentadores que bailen y canten con Beyonce, quiero mala leche.

¡1 saludo y gracias por comentar!