jueves, 2 de septiembre de 2010

La mujer sin cabeza: El placebo social


Basta lo fortuito para forzar nuestra mirada hacia el retrovisor.

Basta el reflejo de una verdad para destapar nuestros engaños.

Basta callar entre la multitud para ver que estamos rodeados de humo.

Basta el rostro mudo de una mujer entre torsos parlantes para darnos cuenta que nuestra vida es ficticia.


Basta el silencio para ver que es el eco de nuestra alma.

Basta mirar hacia abajo para darnos cuenta que hacia arriba no hay Edén esperando.

Basta intentar contagiar nuestro entorno con verdades para darnos cuenta que preferimos una mentira de oro a una realidad de cobre.


Basta un alma somnolienta para que azar o destino siempre elijan el peor camino.

Basta una mentira para tapar el resto de mentiras, cerrar el paréntesis y seguir adelante con una sonrisa ensayada, con un contexto impostado, con una felicidad prefabricada.

Basta ...


2 comentarios:

Crowley dijo...

Me gustó mucho la película, como todas las películas de su directora, que me parece muy interesane y una de las grandess en el futuro.
Un saludo

Redrum dijo...

Yo voy por la primera, Crowley, pero me ha gustado! Me guardo La ciénaga para más adelante...

1 saludo y gracias por comentar!