Hay rumores de la inminente tirada comercial de camisetas con la frase "Yo sobreviví a la 83ª gala de los Oscar". Tras haber vivido la gala en directo a base de cafeína y nicotina queda la obligación de dedicar la imagen de la semana al film ganador, para tras ello quedarme agusto con mis intrascendentes impresiones.
¡¡¡Vámonos de putas!!! ¡¡¡Paga Harvey!!!
Cierto es que la gala ha sido considerada unánimente como el tostón del siglo, supongo que como homenaje al film ganador (que me aburre sin haberl visto aún). No creo que sea así, ya que el subtexto de lo visto ayer en el Kodak Theater da para muchos sesudos análisis, o para el aporreamiento de pretenciosos, como es mi caso. Para empezar la guasa arranca con el segundo premio, que va a parar a la fotografía de Origen y no a la de Valor de ley, una apuesta por las nuevas tecnologías. Viendo el devenir posterior de la gala, suena ahora a chiste lo de las nuevas tecnologías... Hay infinitamente más artesanía en la fotografía de la primera escena de Cisne Negro, o el simple gesto de encenderse Matt Damon un cigarro en plena noche en Valor de ley que en todo el film de Nolan.
Siguió la gala con el magnífico vestuario de Javier Bardem, en claro homenaje a los espermatozoides de cierto film de Woody Allen. Más tarde salió Christian Bale para soltar un discurso muy corporativo, muy respetuoso con su profesión, que, como ya sabemos, Bale se toma muy en serio estas cosas. Más tarde apareció Nicole Kidman con Lobezno para demostrar que el botox realmente rejuvenece las facciones... cuando te lo quitan. Sobre las 4 dieron paso a publicidad con un video compuesto de varias imágenes de nominados, films y presentadores, con el fino ojo de plasmar el elefante de Bansky con Oprah Winfrey, dejando a las mentes asociar libremente las ideas.
Apareció Scarlett Johannson con un peinado muy casual que no pudo eclipsar el aparente estado de embriaguez de la sustituta de Dido para cantar el If I rise de la tontunada del film de Boyle. También cantó Gwyneth Paltrow, de somnolencia obligada. Pero lo peor estaba por llegar, ya que para el In memoriam no tuvieron mejor idea que sacar a Celine Dion a cantar ante el respetable. A las cinco de la mañana Celine Dion es una afrenta muy grave, y más si resta protagonismo al tributo a los desaparecidos. La cosa es que puede que a través del montaje de imágenes del tributo con la de Dion, diera a pensar que ella es uno más, o esperan que lo sea en breve.
Hubo tiempo para que apareciera un anuncio de Corporación dermoestética, más preocupado por mostrar silicona que por leer su texto, así como el aspecto de Jennifer Lawrence no propiciaba nada bueno en su carrera. Ni James Franco parecía él mismo, supuestamente bajo algún tipo de fármaco mientras Hathaway representaba a la nueva novia de América. Luego ya vino el vendaval de El discurso del rey, que tras llevarse el premio a mejor dirección, cerró la noche. Aunque oficialmente lo hizo un coro de niños casi en chándal cantando el Over the rainbow, en un ejercicio de sinsentido bastante imaginativo. El caso es que si Hathaway me sonríe, yo le devuelvo la sonrisa.
Mención especial para el compañero de fatigas y visión alternativa, Don Insanus.