domingo, 31 de agosto de 2008

Hellboy 2: El ejército dorado: Del Toro se va de rúa


La fama de Guillermo del Toro es directamente proporcional a su imaginación. Desde su vampírico debut con Cronos, al éxito que supuso la sobrevalorada El laberinto del Fauno, el imaginario creado por Del Toro ha ido creciendo en número y calidad. Y en eso reside su maestría, en plasmar en pantalla lo que crea su mente.

Cuando en 2002 estrenó Blade II, su carrera entraba en una libertad creativa como jamás había tenido, con lo que pudo empezar a dar rienda suelta a su creatividad visual. Si Blade II recaudó 3 veces lo que costó, Hellboy no llegó al doble. Sin embargo el éxito de El laberinto del Fauno recaudó más de 4 veces su coste de producción. No todos fueron un gran éxito de taquilla, pero la crítica se volcó con él hasta llegarle el éxito con su producción española, que obtuvo 6 nominaciones a los Oscar, ganando los 3 menores. Retomar las aventuras del diablo rojo antes de volcarse con la ambiciosa adaptación de El Hobbit era algo obligado, como fan del cómic que es, y la ayuda del propio Mike Mignola en el guión.

Pese a haber acabado con Rasputín, Hellboy (Ron Perlman) sigue teniendo trabajo que hacer. Su actitud pone de los nervios a la agencia, que además tiene que lidiar con las discusiones conyugales derivadas de la convivencia del rojo con Liz (Selma Blair). Pero esos problemas quedarán a un lado cuando el despiadado príncipe Nuada (Luke Goss) decida resucitar al Ejército Dorado para acabar con el ser humano.

El grupo necesitará un líder que lleve por el buen camino a Hellboy, y la aparición de excéntrico y sabio Johann Krauss (John Alexander) completará el equipo, que deberá evitar la resurrección de tan temible ejército, mientras Abe (Doug Jones) y Hellboy lidian con sus propios problemas sentimentales.

Con un hermoso arranque, cercano al de La joven del agua, Del Toro nos sitúa dentro de la historia y nos regala un cameo de John Hurt. A partir de aquí, lo que ya vimos en la primera entrega, pero con doble ración de seres extraños y desarrollo de personajes. Esa es la base de esta secuela, dar rienda suelta a los elementos que ya vimos en Hellboy.

No nos engañemos, esto es una cinta de acción y aventuras, con toques de humor y drama, pero lejos de la ambición de El caballero oscuro. Sólo la contextualización de El laberinto del fauno daba cierta profundidad a la cinta, y en este caso es el desarrollo de los personajes lo que da algo más a la cinta.

Con una ambientación y efectos especiales intachables, gana fuerza lo poético de ciertas escenas, siendo especialmente destacable la del elemental del bosque. Eso nos confirma a Del Toro como un artesano visual, jugando en su contra la simplicidad del guión en una apuesta que no cumple con lo que se nos muestra al inicio.

Ron Perlman ha nacido para interpretar al diablo rojo, mientras que el resto del reparto cumple correctamente, dada la limitación impuesta por la caracterización. A ello añadir la excelente labor de Danny Elfman a cargo de la banda sonora y Guillermo Navarro como director de fotografía. Y es que al film no hay nada que reprocharle en el apartado técnico.

En definitiva, Hellboy 2: El ejército dorado es un excelente entretenimiento, un festival imaginativo salpicado de humor, con personajes humanizados sobremanera y donde sólo el desarrollo de la historia cojea en algunos momentos. Un excelente entrante para el plato fuerte que El Hobbit ha de ser en la carrera de Guillermo del Toro.

Lo mejor: La escena del elemental del bosque.

Lo peor: A ratos previsible, y un ejército dorado que no acaba de ser tan temible como se espera.

El dato: Para dirigir esta secuela, Guillermo del Toro renunció a dirigir Halo, Soy Leyenda, Llamada perdida y Harry Potter y el príncipe mestizo. Ron Perlman a su vez renunció a un papel en Dragonball.

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