No, no voy a hacer referencias a los dos films anteriores que de la fabulosa novela de Richard Matheson se han hecho. La referencia se queda en el título del post y punto, ya que encuentro absurdo calificar un film comparándolo con otros que tampoco son la fuente original del relato.
El videoclipero Francis Lawrence nos aproxima el relato de manera realista, íntima, un Náufrago apocalíptico en un isla humanamente desierta. Una Odisea donde todo lo que nos hace humanos ha quedado reducido a una simple fachada, una apariencia vacía de esperanza.
En el año 2009, Emma Thompson decide vender el Oscar que guarda en su cuarto de baño y dedicarse a investigar una cura para el cáncer que actúa como un virus. Consigue acabar con el cáncer, y con el 90% de la población mundial. El 10% restante se reparten entre un 1% inmune al virus y el 99% de afectados por una enfermedad que los transforma en versiones degeneradas de chulos de gimnasio, fuertotes, fotosensibles y sin un sólo pelo en el cuerpo. Incluyen la versión con perro de pelea, por supuesto.
Tres años después, el científico militar Robert Neville es el único superviviente que habita Nueva York, buscando una cura para los contaminados a la vez que emite mensajes para los supervivientes.
Con esta premisa esperamos un blockbuster de acción y nos encontramos con un drama intimista, dónde el príncipe de Bel-Air sin necesidad de marcarse un baile nos brinda una de sus mejores interpretaciones. Claro está que su mejor nivel está por debajo del de muchos otros actores, pero el papel resulta convincente. 1000 días de soledad con la sola compañía de su mascota, una perrita a la que trata casi como a un persona, simbolizando esa degeneración emocional junto a las conversaciones que mantiene con los maniquíes.
Durante una hora transcurre el film con la rutina diaria del protagonista, momentos brillantes como el de la caza o la primera aparación de los infectados (tremenda escena), se mezclan con momentos más íntimos en la ciudad más conocida del mundo totalmente asolada. Si antaño llenó las ondas con su Wild Wild West, ésta vez será una llamada de socorro y esperanza la que emitirá a todas horas.
Claro está que no pasa los 100 minutos del metraje solo, y el fin a su soledad también acaba con la mejor parte del film, dejando paso a la más tópica, que no por corta es menos mala. Mejor perro que familia. Ante esa situación y la excusa de los zombies, se precipita hacia el final, donde su sangre (cura al virus) será donada para convertirse en leyenda, como símbolo de la reconstrucción del planeta.
En definitiva, un film muy majo, bonito y navideño 100%, con momentos realmente interesantes.
Lo mejor: Candidatura al oscar para la perra por el papelón de perra, que lo borda.
Lo peor: Los infectados, ni chicha ni limoná. Muy poco aprovechados.
2 comentarios:
Hola chiquitín! No te metas con las pelis apocalípticas, hombre! Son lo más, como Independence day y el momento del derrumbe accidental de la casa blanca! Bueno, aún no he visto la peli, pero pinta bien lo de los trailer. El próximo comentario será para decirte que la interpretación de la perra es la hostia, seguro.
Jajajaja! No lo dudes, la perra te hará llorar más que la muerte de Chanquete! Y la peli está cojonuda, pero a ratos... 1 abrazo!
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