No hay enemigo más peligroso que aquel que lo ha perdido todo. Cuando la paz del alma depende de la venganza, entra en juego una determinación autodestructiva y arrasadora.
La miseria humana tiene muchas caras, y hasta la historia más sencilla puede acabar en plena devastación si el infortunio y la desesperación hacen acto de presencia.
Sympathy for Mr. Vengeance forma parte de la llamada Trilogía de la Venganza del realizador koreano Park Chan-wook. no cuenta la historia de Ryu, un chico sordomudo único encargado de cuidar de su hermana, necesitada de un transplante de riñon. Sus grupos sanguíneos no so compatibles, con lo que ella está en una lista de donantes en una eterna espera, así que decide acudir al mercado negro, donde le piden el dinero y un riñón suyo para buscarle uno a su hermana. Las medidas desesperadas que tomará para recuperar el dinero serán desencadenante y motor del film.
De ritmo necesariamente lento, vemos como la desesperación ciega a los personajes, que arrasan con aquello que tocan para demostrar que ese camino sólo tiene un final.
La evolución de los personajes es casi inexistente y el único que llega un poco al espectador es el protagonista, donde vivimos en tercera persona su agonía a causa de su disfunción, que le impide evitar el desastre en una llamada de auxilio.
Si bien el azar no es un mecanismo en manos del hombre, el libre albedrío queda bajo su responsabilidad y el tratamiento humano de esas decisiones queda fuera del film, donde linealmente vemos la aparente única salida de los personajes, con un tremendo desasosiego narrativo.
Así nos queda un film que nos deja indiferente, sin carga emocional que nos deja como meros espectadores ajenos al sufrimiento de un protagonista que cede cuota de pantalla en la segunda mitad del film a otro personaje. Si al primero lo mueve la desesperación, al segundo venganza.
Lo mejor: El plano de la niña en el rio.
Lo peor: La frialdad emotiva que supone un muro entre película y espectador.
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