martes, 30 de junio de 2009

La frase de la semana: Battle Royale


"La lección de hoy es: mataos los unos a los otros".


lunes, 29 de junio de 2009

La imagen de la semana


Si el cartel ya llevaba un tiempo rondando por la red, la semana pasada se liberó el tráiler de la nueva propuesta de Richard Kelly, The Box, protagonizada por Cameron Diaz, James Marsden y Frank Langella. Film cuanto menos interesante teniendo en cuenta que Kelly es el creador de Donnie Darko y Southland Tales.

The Box trata de una familia en apuros económicos que recibe una caja cuyas reglas son sencillas. Si se pulsa el botón que hay en ella, alguien en el mundo muere y ellos ganan un millón de dólares. ¡Dentro video!


domingo, 28 de junio de 2009

Grandes momentos del cine: Mad Max 2


Siempre me encantó ese boomerang...



sábado, 27 de junio de 2009

Seppuku: Cuando el honor aplasta a la piedad


Que las cosas no suelen ser lo que parece es algo que sabemos todos, que la superficie es una presentación y en ocasiones una mera excusa. Sobre ella reposa una doble moral que usamos como mejor nos conviene, blandiendo excusas como el honor, la religión e incluso el "qué dirán". Así es como nos alienamos, como nos escondemos y parapetamos del juicio ajeno ante nuestra satisfacción al cometer actos cuya aprobación sólo depende del enfoque que se le dé.

Sobre cómo la crueldad se disfraza de honor y las lecturas superficiales se torna simplemente erróneas trata el film de Masaki Kobayashi, a medio camino del western crepuscular y los 12 hombre sin piedad de Lumet. Seppuku se lee en media hora y se relee durante los 100 minutos posteriores, desmadejando la narración hasta convertirla en un relato donde ni tan sólo se traiciona la premisa inicial pero sí se apuntala el motor de la historia.

El film arranca con la llegada de un paupérrimo samurai a la honorable casa del clan Iyi buscando lugar donde practicarse el harakiri y morir con sus únicas posesiones: su espada y su honor. El Shogun y la paz han acabado con el oficio de samurai, y miles de ellos se han visto sumidos en la pobreza, llegando al extremo de encubrir entrevistas de trabajo bajo la amenaza del suicidio ritual a domicilio. Ante ese dilema se encuentra el dueño de la casa al ver aparecer al samurai poco tiempo después de verse en la misma tesitura con otro samurai arruinado.

Ante la duda de las intenciones de Hanshiro (Tatsuya Nakadai), el dueño de la casa decide narrarle la historia de Motome Chijiwa (Akira Ishihama), el samurai que encontró muerte y eternidad entre esas paredes. Como Hanshiro, Motome llegó pidiendo hospicio para practicar el harakiri, pero su voluntad parecía tan frágil como sus espadas de bambú así que el séquito del dueño de la casa ayudó a reconducir esa voluntad hacia el honor, temiendo que su clan fuera víctima de más mendigos en busca de limosna.

El relato parece no afectar al viejo samurai, convencido de sus intenciones y convenciendo al interlocutor para que prepare el ritual. Su voluntad será cumplida, pero una serie de últimos deseos y las ganas de contar una historia bajo el pretexto que la voz de los moribundos casi es un relato del más allá darán alma a una historia sólo esbozada hasta ese momento.

Así es como Kobayashi presenta hábilmente un relato que rompe su coraza para desarrollarse por completo más allá de las apariencias así como su protagonista traiciona el honor para ser persona. Claro está que el peso del film lo llevan dos personajes que se dedican a narrar sendas historias, haciendo hincapié el director en mostrar los gestos de estos y mostrando el pacífico duelo verbal, así como la soledad de samurai frente al séquito que acompaña al dueño de la casa.

El guión no busca la sorpresa en ningún momento, sino presentar lentamente los hechos, poco a poco, tal y como va pausando el protagonista el devenir de la historia. Porque de eso trata Seppuku, del diálogo como arma entre señores de la guerra, el honor como escudo y la verdad como victoria en el fin de una era marcada por la sangre, la misma que por un obsoleto código se derrama dos veces.

En definitiva, un film excelente que se hermana con la magistral Senderos de Gloria como crítica a los códigos de honor, la disciplina y la pena de muerte. Un relato que parte de la sencillez que acompaña a la pobreza del protagonista y crece en profundidad a la par que su dignidad, retratando no solo a su enemigo, sino a todo un estilo de vida.



La recomendación del lector


Vigésima entrega de la recomendación del lector, cuya última crítica se retrasará por motivos temporales de un servidor. Así que entretanto podéis ir dejando vuestras nuevas propuestas para completar la segunda decena de films que he visto a vuestra salud. May the force be with me!


viernes, 26 de junio de 2009

La recomendación de la semana: Open Water


Un angustiante film que pasó sin pena ni gloria por las carteleras españolas. Y es que a veces hay que valorar tan arriesgadas apuestas pese a que el resultado sea algo irregular. Open Water narra la historia de dos buceadores abandonados en alta mar, simplemente eso.


Resultado de la encuesta sobre Terminator Salvation


Pues ya tenemos los resultados de la encuesta sobre la cuarta entrega de la saga Terminator, y no son especialmente buenos. Aunque ponga esa cara el amigo Bale, los lectores le han cascado algo menos de un 2,5, situándola entre el Regular y el Buena, y siendo una de las peor calificadas en las encuestas que he ido haciendo en el blog. Éstos son los resultados:




Obra Maestra: 1 voto
Excelente: 0 votos
Notable: 1 voto
Buena: 5 votos
Regular: 10 votos
Mala: 2 votos





Desde ya pido al que la ha calificado como Obra Maestra que haga acto de presencia y argumente sus motivos, incluso el del Notable estaría bien que lo comentara. No me resta decir nada más excepto gracias a todos por vuestros votos.

jueves, 25 de junio de 2009

Videojuegos y cine: El panorama actual


Después de hablar un poco sobre el origen de ambas disciplinas, es hora de adentrarse en algunos ejemplos de adaptaciones cuya calidad varía desde el fracaso estrepitoso hasta el digno resultado. Haremos un breve repaso por algunos films basados en populares videojuegos, intentando centrarnos en los errores de la adaptación y cómo a un fan del juego pudo no sentirse seducido por la adaptación a la gran pantalla.

El principal problema que tuvieron la mayoría de dichas adaptaciones era la falta de fidelidad, intentando crear una narrativa cercana al cine e ignorando las características propias del producto a adaptar. Casos como el de Final Fantasy: la fuerza interior resultaron un éxito, tanto por su publicitado apartado visual como precisamente por tener poco que ver con la saga, pero productos como Super Mario Bros o Alone in the Dark resultaron no sólo desastres mayúsculo sino meros usos de las marcas para vender films sin pies ni cabeza.

Films como Street Fighter y Mortal Kombat tenían difícil el éxito al estar basados en juegos tan adrenalíticos y desprovistos de una trama que plasmar en pantalla. Y si enorme era el reto, tanto más lo fue su estrepitoso fracaso y nulo su valor artístico, y pese a todo no evitaron una secuela por franquicia. Algo parecido pasó con la franquicia Dead or Alive, convertida de videojuego de lucha a espectáculo carnal sin sentido alguno. Más suerte tuvo la adaptación animada de Street Fighter, que por ser la primera y no desvirtuar la apariencia de los personajes tuvo mejor acogida.




Más curioso es el caso de la curvilínea saga Tomb Raider, cuya adaptación al celuloide lucía por bandera el protagonismo de Angelina Jolie, acompañada en los dos films de actores como Daniel Craig, Gerard Butler, Djimon Hounsou e incluso su padre, Jon Voight. Si bien ambas propuestas no traicionaban el espíritu aventurero del videojuego, sí resultaron productos mediocres escasamente entretenidos donde la marca acabó restándole prestigio. Esta saga es un claro ejemplo de que lo importante no es sólo el qué plasmar en una adaptación, sino tambien el cómo.


Mención aparte merece Uwe Boll, responsable de Bloodrayne, Bloodrayne II, Far Cry, House of the Dead, Postal, Alone in the Dark e In the name of the King, todas ellas englobables en el grupo de "insultos a la humanidad". Mejor categoría merece Silent Hill, digna adaptación del videojuego de terror donde la firme dirección de Christophe Gans y la excelente ambientación la convirtieron en la mejor adaptación hecha hasta el momento y un interesante film de terror.

En cuanto a los FPS, tampoco han salido bien parados al pisar las salas. El primer gran problema es precisamente el cambio de perspectiva de primera a tercera persona, que junto a la obligada reducción de las dosis de plomo acaban domesticando las propuestas cinematográficas. Así films como Max Payne, Hitman y Doom resultaron vapuleados por la crítica, aunque los dos primeros salvaron en taquilla sus costes de producción pese a la floja propuesta narrativa carente de un argumento sostenible durante hora y media.


En cuanto a sagas, tenemos dos ejemplo claros: Pokemon y Resident Evil. La primera fue un éxito debido a su público, una ingente cantidad de niños (y no tan niños) aficionados a la serie y los videojuegos y que normalmente no suelen tener muchas alternativas en la cartelera. La segunda, pese a funcionar relativamente bien en taquilla y saber venderse como franquicia, con una Milla Jovovich convertida en icono, nunca se ha granjeado el favor de la crítica ni el del público, aunque finalmente acabe pasando por caja. Y es que los seguidores de una saga siempre esperamos que la siguiente entrega sea la definitiva, la buena, obviando el axioma por el que cada nuevo film será peor que el anterior.

En todos los fracasos mencionados anteriormente hay un nexo común, el de la fidelidad en la adaptación, no tanto en traslación del universo, sino en la propia narrativa y los elementos que auparon al éxito a dichos videojuegos. De muchos de ellos resaltamos su apartado artístico, su historia capaz de engancharnos o lo carismático de sus personajes, pero lo que los convierte en un éxito es la experiencia que nos proporcionan al jugarlos y cómo ciertos elementos nos involucran en ella.



Eso elementos forman un todo que influye en la jugabilidad y la satisfacción que nos brinda dicha interactividad, siendo estos los más traicionados al ser adaptados a la gran pantalla y perdiendo gran parte de la esencia del videojuego original, y con ello interés en la propuesta por parte del espectador.
Sobre dichos elementos tan inherentes al mundo de ocio interactivo trataremos en el tercer y último artículo de este especial. En ella veremos que la esencia de los videojuegos tiene su propio lenguaje, donde existen fases, enemigos finales, guardar partida, elementos para recuperar la salud, y un sinfín de licencias narrativas inverosímiles en el cine, pero necesariamente adaptables para que el espectador no sienta una patente desconexión entre lo jugado y lo visionado en una sala. Y no sólo es posible conseguirlo, sino que muchos films han explotado esos elementos sin estar basados en ningún juego electrónico.


Tráiler de The Last Airbender, lo último de Shyamalan


Ya tenemos el ansiado teaser tráiler del director de obras maestras como El Protegido y El Bosque. Sensaciones opuestas deja el teaser para un film que aún se está rodando y que tiene previsto estrenarse en verano de 2010, con lo que la temprana promoción suena precipitada, y el teaser básicamente sirve para presentarnos al protagonista (Noah Ringer) y la inversión en efectos digitales.

Shyamalan vuelve a las fábulas adaptando una célebre serie animada que, si funciona, será una trilogía También lo iba a ser El Protegido y de momento aún esperamos una secuela. Morgueros, ¿qué os ha parecido el teaser tráiler?



Fuente: SlashFilm

miércoles, 24 de junio de 2009

Grandes Bandas Sonoras: Jennie


Maravillosa la banda sonora creada por Dimitri Tiomkin a partir de varias piezas de ese genio llamado Claude Debussy, entre las que figuran el Preludio a la siesta de un fauno, las Arabesques "Sirenas" y "Nuages", y La fille aux cheveux de lin. El video es un fragmento del film donde podéis ver como el compositor adapta dichos temas de Debussy y apenas deja imagen sin musicar.


martes, 23 de junio de 2009

La frase de la semana: El exorcismo de Emily Rose


"No podrán decir que no existe Dios, si yo les enseño al Diablo".


lunes, 22 de junio de 2009

La imagen de la semana


¿Será para la intervención de Matthew Fox en el hormiguero donde incluso se marcó un baile? ¿O para el teaser del trailer de lo último de Shyamalan, The Last Airbender, cuyo trailer lo tendremos enterito esta semana? Pues no, porque sé que os mola mazo Lars Von Trier y después de Antichrist nos presentará... Antichrist... the videogame!!!

Bueno, se llamará Eden que resulta ser el nombre de la casa donde se cobijan lso protagonistas, y jugará con los miedos del jugador. El mismo Von Trier anda metido en ello, y miedo da lo que pueda hacer teniendo en cuenta la de burradas que ha metido en Antichrist: "mutilaciones de genitales, inserciones vaginales variadas e incluso planos detalle de la muerte de un niño." Por mi parte, poder ser verdugo de Björk era algo que me resultaba más interesante...

Fuente: VidaExtra

Sexo, mentiras y cintas de video: El cine según Soderbergh

El cine tiene tantas caras como cualquiera de nosotros, ya que no deja de ser un espejo, un retrato polimorfo y fetichista sobre la condición humana. Como tal se nos presenta a veces combativo, otras sólo busca entretenernos, menos de las que nos gustaría se nos muestra como un arte total y en exceso como productos enfocados a limpiar el bolsillo del sufrido espectador.

Pero vosotros, morgueros, apreciáis el cine que cala los huesos, el que transforma a uno, el que como decía Melvin "nos hace querer ser mejores personas". Y aunque eso no sea gramaticalmente transitivo, en la práctica lo acaba siendo, influyendo sobre los que nos rodean y alterando nuestro día a día. Nadie puede negar el influjo del cine en la sociedad, desde las modas a las pequeñas riñas de pareja solucionadas tras un melodrama, con toda una serie de sueños creados a partir del celuloide.


Del papel del cine como transmutador nos habla Soderbergh en este icono del cine independiente parido en Sundance, y con esas credenciales sabemos que Sexo, mentiras y cintas de video es un film reivindicativo, de cuando el cine independiente no sólo eran productos de bajo presupuesto. Y es que debemos remontarnos 20 años atrás para ver cómo al cinta del director georgiano ganaba allí el premio del público, que no el del jurado, siendo eso suficiente para que Miramax distribuyera el film.

El film narra la vida de un triángulo amoroso que se ve alterado por la presencia de una cámara, y tras ella un enigmático James Spader al que grabar a mujeres hablando de sexo le sirve de terapia a su impotencia. La visita a su viejo amigo de la facultad le acercará a la vida de dos hermanas, Ann (Andie MacDowell) y Cynthia (Laura San Giacomo), esposa de John la primera y amante la segunda. Ambas son diametralmente opuestas, siendo la inocente esposa una reprimida sexual y su hermana su ardiente complemento.

La presencia de Graham alterará la vida de los tres, desde el rechazo de John al creerle un fracasado al interés que muestra Ann por su vida, hasta toparse con sus cintas. Entonces entrará en juego Cynthia, que voluntariamente grabará una cinta desenca
denando una serie de sucesos que harán saltar a escena a la verdad reflejada a través del objetivo de una inofensiva cámara mostrándonos como lobos.

Esa es la apuesta de Soderbergh, el cine como verdad, plasmada en una cinta sin alardes ni excesos, sobria y directa, alejada de los grandes presupuestos que más tarde le llegaron al director y guionista de esta cinta. El equilibrio roto de unos personajes viviendo en la mentira, reflejados unos en otros y los silencios cobrando vida a través del objetivo de alguien físicamente impotente ante lo que narran a cámara. Graham sólo filma, y ese es precisamente su influjo, el de ofrecer el otro lado del espejo donde no encontramos lo que creemos ser, sinó lo que somos.


Cierto que el film se escuda en temas tan manidos como la
s relaciones humanas, pero articula su discurso en un tema más delicado en su momento como lo era el sexo, motor del fracaso en la vida de los personajes. No deja de ser la impotencia del protagonista una manera de bajarse del tren de las circenses convenciones y hábitos de sus compañeros de encuadre, una inconsciente renuncia a vivir en la mentira en la que reconoce haber vivido.

Poco más se puede rascar en una lectura plana de la narración propuesta por Soderbergh, que habla más de represión que de relaciones, ya que lo que acaba mostrándose ante la cámara es el individuo. Ahí conecta el espectador con el entrevistado, a través de las miradas de Graham y Soderbergh, una falsa realidad mostrada en pantalla para un espectador que puede verse reflejada en ella pero que no deja de sentir que tanto las entrevistas de Graham como el visionado de Sexo, mentiras y cintas de video son experiencias individuales entre el que filma y el que habla/observa.

En definitiva, un film brillante que huye de la pompa y la trascendencia para hablar de algo más que de relaciones de pareja. Cine hablando de cine, un debut inmejorable y una cinta imprescindible son las señas de un Soderbergh cuya carrera no ha seguido tan interesante camino. Y es que para muchos el cine sigue siendo una maravillosa terapia a la realidad.



domingo, 21 de junio de 2009

Grandes momentos del cine: Uno de los nuestros


Soberbio el arranque de esta obra maestra de Scorsese. Morgueros, ¿vosotros sois más de Casino o de Uno de los nuestros?


Tráiler de Zombieland


Reconozcámoslo, loz zombies son muy divertidos. Todos querríamos tener un amigos zombie (yo tengo 2) o algún jefe zombie. Para alegrarnos el día y hacernos soñar con esas comedias tan entrañables llega Ruben Fleischer con Zombieland, donde Woody Harrelson repartirá plomo junto a Abigail Breslin, Emma Stone y Jesse Eisenberg. De regalo, Bill Murray haciendo de zombie.

sábado, 20 de junio de 2009

La recomendación del lector


Semana casi sin discusión para un film que aún no tengo. A riesgo de meter la pata de manera escandalosa, la elegida esta semana es Seppuku (Harakiri), de Masaki Kobayashi, recomendada por Marguis. Así estrena Marguis su casillero en la recomendación del lector. ¡Gracias a todos por vuestras recomendaciones!


viernes, 19 de junio de 2009

La recomendación de la semana: Los Sin Nombre


Perturbadora ópera prima del director que, junto a Paco Plaza, creó ·[REC]. Film de suspense de la mano de un habitual de Sitges, con poco presupuesto pero caras conocidas y mucho saber hacer. Balagueró es ya un imprescindible del cine de terror.


Videojuegos y cine: Los orígenes


Es de sobras conocida la tendencia en el cine a tener cada vez más en cuenta los videojuegos como fuente para proyectos cinematográficos. Resulta curioso este cruce de caminos cuando el cine nació más cercano al arte, como extensión de la fotografía, y los videojuegos destinados al ocio, y ese cruce tiene lugar cuando el séptimo arte se vuelca cada vez más en el ocio, y los videojuegos han visto cada vez más propuestas cercanas a lo artístico.

Mientras la primera videocámara nacía a raíz del intento de Eadweard Muybridge de capturar un caballo en movimiento con tal de dictaminar si posaba sus cuatro patas en el suelo, OXO, el primer videojuego de la historia fue creado por Alexander S. Douglas para su tesis doctoral en 1952, año en que DeMille ganaba el Oscar con El Mayor espectáculo del mundo. Ambos intentos buscaban plasmar una realidad en otro tipo de soporte, pero con un propósito claro y diferenciado para el primer paso de tan diferentes medios.



Entre estos dos momentos pasaron cerca de 70 años, suponiendo una clara ventaja tecnológica para las cámaras de grabación y una industria ya consagrada en los albores del nacimiento de los videojuegos. Pero sus caminos han sido muy similares, tanto que actualmente muchos videojuegos superan en costes de producción y en "recaudación" a grandes éxitos de taquilla, pese al inconveniente de que cada usuario necesita una plataforma muy condicionada por avances tecnológicos.

Así el cine nace con fines eminentemente narrativos, hijo de la literatura y la fotografía, mientras que los videojuegos nacen para el ocio interactivo, subyugado a la tecnología y alejado de la experiencia social. Ambas disciplinas son para el disfrute individual, pero la segunda necesita soporte para cada uno de los implicados, y con ello anclamos dicha experiencia en los hogares.

Y es que si bien el visionado de una película puede variar para cada uno, el film es el mismo y el fin narrativo se haya sólo sujeto a la percepción del espectador. En cambio, la narrativa en los videojuegos queda relegada a las decisiones del jugador ya que, pese a que haya un camino marcado, elementos como el ritmo no vienen marcados totalmente por el autor, así como la experiencia viene fraccionada por opción de guardar partida y la larga duración de la mayoría de videojuegos.

Pese a esa necesaria barrera diferenciadora, la tendencia que antes comentaba sigue cada día más vigente, aumentando el número de adaptaciones de videojuegos en la gran pantalla, y una creciente profundidad argumental en el ocio electrónico. Ahora bien, el problema reside en acercar ambas disciplinas de manera que no pierdan su esencia ni resulten un fracaso absoluto.

El primer intento vino de la mano de Steven Lisberger y la célebre TRON, donde nos sumergía en una realidad virtual cercana por momentos a los videojuegos. El film no fue un éxito y, sin embargo, hoy en día se le considera una visionaria obra de culto.

Tras Tron vinieron films como Juegos de Guerra, Joysticks, Starfighter, la aventura comienza o Cloak and Dagger, films que popularizaron el ocio electrónico entre los jóvenes que acudían al cine, acercándolos a un público que jamás había tenido contacto con ningún videojuego.

Lo que vino después lo conocéis de sobras, adaptaciones de videojuegos, adaptaciones de películas, estrenos simultáneos, y toda una serie de franquicias en ambas disciplinas que han acostumbrado a dar más penas que alegrías. Y es que si bien el término interactivo parece remotamente aplicable al cine, las películas y los videojuegos parecen condenados a entenderse como en su día hizo la literatura.

Y con ello cierro esta pequeña introducción a modo de humilde contextualización sobre los videojuegos y el cine. En la siguiente entrega veremos un repaso a la actualidad, con algunos ejemplos de films que intentaron acercarse al mundo del ocio electrónico, y otros que sin pretenderlo lo hicieron. No hay que olvidar que muchos de los directores de primera linea han crecido entre consolas y ordenadores personales.


jueves, 18 de junio de 2009

Trailer de 2012, nos jodieron las Olimpiadas


Y es que basta que Madrid acabe siendo elegida para acoger tan importante evento, que vienen los yankees anunciando el fin del mundo. Tostonazo probable si el barco lo dirige Roland Emmerich y pone cara John Cusack, que ultimamente viene de serie con niño. Eso sí, reconozco que me resulta altamente entretenido ver tanta muerte y destrucción. ¿A vosotros no?


Fuente: SlashFilm

Cuando el futuro nos alcance...


Curiosa imagen mostrando una linea temporal que compara films con la época en que están ambientados. Al menos vemos como el futuro va algo más lento que la ficción...

Fuente: SlashFilm

miércoles, 17 de junio de 2009

Grandes Bandas Sonoras: Barry Lyndon


Aprovechando que Mr.Lombreeze sacó el tema en su excelente post sobre Haendel, os traigo el segundo movimiento de trio para Piano D.929 de Franz Schubert, usado en varios films pero recordado por Barry Lyndon y la serie John Addams, a la que estoy a punto de hincarle el diente. Fue una de las últimas composiciones del compositor germano, fechada en el año de la muerte de su adorado Beethoven y al que sólo sobrevivió poco más de un año. ¡Disfrutadlo, morgueros!


martes, 16 de junio de 2009

La frase de la semana: Noviembre


"El arte es un arma cargada de futuro."


lunes, 15 de junio de 2009

La imagen de la semana


Pues va para Matthew Fox, que ya anda por tierras españolas y el miércoles será entrevistado en El Hormiguero. Confío que esta vez no sea tan bochornoso como con Jorge García.


¿Hacemos una porno?: Smith madura edulcorado


Nadie a estas alturas puede esperar la frescura que llevó a la fama a Kevin Smith, ya que entre Clerks y el casi cuarentón que es ahora median 15 años. En este tiempo ha rodado 7 films y arrastrado a su universo a toda una legión de fans que huyen del desengaño que ya se apuntaba en Jay y Bob el Silencioso atacan de nuevo, reconociéndolo en baja forma.

Y si bien el tono no le abandona, si lo hacen las formas, a caballo de unas tendencias de las que él mismo es influencia y que sin su pléyade de actores fetiche caería en el cruel anonimat
o. Así se convierte la experiencia Smith en algo muy concreto y ciertamente previsible en un autor al que sabemos mal director pero hábil guionista cuando se trata de dar forma a los diálogos de sus personajes. Ahí es donde gana enteros ¿Hacemos una porno?, en las pequeñas perlas que te hacen buscar el pause para poder saborearlas tranquilamente y admirar las pocas palabras que necesita Smith para deslumbrar.

El problema viene cuando el conjunto resulta tan obvio y sencillo, cayendo en un edulcorado romanticismo que aleja a Smith de la acidez vista antes de la supuesta madurez del director de New Jersey. Es lo que tiene madurar, que te preocupan otras cosas y las vuelcas en tu cine aún a riesgo de resultar simplón, con un descaro que acaba pareciendo impostado en historias que acaban girando en torno al amor.

La historia del octavo film de Smith nos sitúa en la vida de dos amigos, Zack (Seth Rogen) y Miri (Elizabeth Banks), acuciados por las facturas, y que decidirán entrar en el mundo del porno casero. Pese a una gran amistad cuidada durante años y alejada de la mácula del sexo, la necesidad y el negocio convergen en el mismo punto en que ambos temen que su relación peligre, complicando aún más la ecuación al añadir a ambos repartos diferentes personajes, entre los que resulta agradable volver a ver a Randal (Jeff Anderson) y Jay (Jason Mewes).

Claro está el rumbo del film, que empieza algo conservador hasta que aparecen en escena Justin Long y Brandon Routh interpretando a una pareja homosexual dedicada al porno. Ahí vemos que Smith no ha perdido el descaro ni su capacidad para explotar las situaciones, pero la antaño alta costura de Smith se ha convertido en retales baratos cosidos con hilo de oro.

Sin embargo, el film destila cinefilia y eso siempre es agradable, llegando incluso a rozar la propuesta de Gondry con Rebobine por favor, y se sumerge durante muchos minutos en el glorioso juego de pornografiar títulos de films conocidos, hasta la maravillosa propuesta de Star Whores. Lástima que esos momentos de diluyan rápidamente y se opte por otra propuesta menos divertida, más tradicional y que, a la postre, desnuda la falta de ideas de un Smith acomodado en su universo.

En definitiva, ¿Hacemos una porno? es un mero entretenimiento de un autor que ya tiene su público fijo, su lugar en el estrellato, y no necesita ni demostrar ni deslumbrar a nadie, dejando un film que ni siquiera será de las comedias más divertidas del año. Si Smith nunca ha destacado como director, como guionista empieza a cojear peligrosamente, quedando a merced de la paciente audiencia.

Lo mejor: La de visitas que van a llegar a la entrada sólo por su título... y "La Guarra de las Galaxias".

Lo peor: Su conformismo

El dato: El ceceo y la piñata de Jason Mewes no es casual, ya que durante el rodaje se sometió a una cirugía dental. Y sobre el mismo Mewes, la escena en que voltea su corbata hacia su espalda es para tapar el nombre de la hermana de Smith, el cual lleva tatuado.


domingo, 14 de junio de 2009

Grandes momentos del cine: Los Cazafantasmas


Qué ataque de nostalgia... "¿a quién vais a llamar?"



Parcialmente nublado, el corto que llegará con UP


Delicioso, redondo, maravilloso, sin duda. Cinco minutos de buen cine, talento y mimo en cada pequeña cosas que hace Pixar. Fijaros en la rapidez que nos sitúan en el primer plano, y la capacidad para mostrarnos lo justo y necesario, sin extender situaciones, y como casi siempre, sin una sola palabra. ¡Disfrutadlo!



Fuente: Blogdecine

sábado, 13 de junio de 2009

La recomendación del lector


Llegamos a la decimonovena recomendación del lector, tras visionado y correspondiente reseña de Blanco Perfecto, propuesta por Insanus. Abrimos ronda para nuevas recomendaciones, contando con las clásicas propuestas que siempre aparecen y siempre desoigo, hasta que llegue el día del jucio final y me las coma con patatas. ¡Recomendadme vuestras joyas!

¡Buscadme plan, morgueros!

Blanco Perfecto: Los malos también lloran


Curioso el caso de Eric Blakeney, en el que su único largometraje parece haber sido su propia tumba ya que desde el estreno de Blanco Perfecto en el año 2000 no ha vuelto a dar señales de vida. El director neoyorquino sólo tenía en su haber guiones para diferentes series y telefilms, aparte de una nominación a los premios Edgar Allan Poe (casualidades...) por un episodio de Wiseguy, pero fue poner dirección y guión a esta comedia protagonizada por Liam Neeson, y desaparecer del mapa.

Y no es que Blanco Perfecto sea un mal film, ni todo lo contrario, pero sí una comedia ligera muy a la sombra de Una terapia peligrosa (estrenada un año antes), típico films amable que nos muestra la humanidad de personajes metidos en situaciones poco habituales. El problema viene cuando un guionista poco ducho en largometrajes se topa con con una duración que le supera y desequilibra un guión con tópicos, mezclando escenas brillantes con otras tan innecesarias como obvias.

El film nos sitúa en la vida de Charles (Liam Neeson), un agente secreto que acaba de vivir una experiencia traumática que casi le cuesta la vida en una de sus misiones. La ansiedad hará mella en él y no se verá capacitado para seguir ejerciendo su profesión, pero tampoco acumula años de servicio como para retirarse, por lo que acudirá a un terapeuta para apaciguar sus nervios y sus ataques de flatulencia.

En una visita médica conocerá a Judy (Sandra Bullock), que le ayudará con sus miedos y que junto al grupo de terapia equilibrará su vida como agente con una vida normal que le permita bajar la guardia ante la amenaza de un desequilibrado mafioso llamado Fulvio Nesstra (Oliver Platt). Así Charles hará frente a sus fantasmas en dos ámbitos, enrolado en una misión en la que sólo ve su muerte como único final.

El primer y único trabajo de Blakeney tras la cámara no destaca en esa faceta, tan correcta como invisible, y carga su línea de flotación en un guión que sin llegar a destacar sí le vale para aguantar los 102 minutos del film sin que resulte un completo fracaso. En él se parte de los antagonistas unidos por el mismo problema e inmersos en una trama a 3 bandas con varios satélites en ella. Y tan complejo baile es normal que se dé un paso a destiempo o los bailarines no entren siempre en la coreografía.

Mención especial para Sandra Bullock, que produce el film y se reserva un papel tan importante como escueto, consciente de que sus apariciones deben ser las justas y necesarias, relegándose a un segundo plano. El resto del reparto cumple tan desenfadadamente como puede, pero los verdaderos reyes de la función son Neeson y Platt, muy convincentes entre tanto juego de miradas, aunque es Platt el que se lleva las escenas más cómicas.

Al resto no hay que darle muchas vueltas, ya que el film no busca más que un rato entretenido, y sorprende el poco éxito de esta comedia, que ni tuvo promoción y por tanto tampoco beneficios, acumulando poco más de tres millones de dólares, habiendo costado 14. Es de suponer que Blakeley se haya visto afectado por las mismas fobias que su protagonista tras tan sonoro e injusto varapalo.

En definitiva, un film sencillo y escueto, con momentos brillantes e hilarantes que ayudan a sobrellevar otros más tediosos, dulzones y previsibles. Una visión humana hecha comedia sobre la vida de un agente secreto con miedo a la muerte y un mafioso obsesionado con la limpieza y con plantar tomates.

Lo mejor: El personaje de Platt.

Lo peor: Que tras algunas líneas de diálogo brillantes, nos asalten otras tan obvias.

El dato: El número del autobús al que esquivan Judy y Charles es el mismo que lucía el autobús que en su día condujo Bullock en Speed.



viernes, 12 de junio de 2009

La recomendación de la semana: El Espía


Film tan austero y frío como terrible, que nos narra los esfuerzos de un novato del FBI por desenmascarar a su compañero, sospechoso de filtrar información a los soviéticos. Basado en hechos reales y con el siempre magnífico Chris Cooper.


jueves, 11 de junio de 2009

Una de trailers: ·[REC]2 y Shutter Island


Tanto lo nuevo de Martin Scorsese como lo de Balagueró y Plaza están apuntado en rojo en la agenda. ¡Y más después de tan geniales trailers! "Ya nadie reía... todos lloraban..."



Resultado de la encuesta sobre thrillers


Hannibal Lecter se merendó a John Doe, recibiendo dos de cada 3 votos emitidos. A priori resulta obvio, aunque seguramente veréis en los comentarios que no lo es tanto. Si nos vamos a IMDb vemos que Seven recibe una calificación de 8,6 mientras que El silencio de los corderos la supera por sólo en una décima. Si vamos a Filmaffinity vemos que el film de Demme baja al 8,2, exactamente la misma nota que la apuesta de Fincher.

Pero vayamos a los votos, que es lo que cuenta:



El silencio de los Corderos: 11 votos
Se7en: 6 votos




Hora de que los defensores de Se7en esgriman sus argumentos y los amantes de El silencio de los corderos justifiquen su voto. ¡Gracias a todos por votar!

miércoles, 10 de junio de 2009

100 frases en 200 segundos


Curioso éste video, que nos trae 100 frases míticas de la historia del celuloide, comprimidas en 200 segundos. Vale, no son todas las que están, ni están todas las que son, pero al menos se agradece que el video apenas sobrepase los 3 minutos. ¡A disfrutarlo!


Grandes bandas sonoras: El Indomable Will Hunting


Temazo de Elliott Smith, Miss Misery, para la banda sonora de El Indomable Will Hunting. Partitura que compuso Danny Elfman pero salpicada con temas de grupos como The Waterboys o The Dandy Warhols. Aún hoy día me sigue poniendo los pelos de punta...



martes, 9 de junio de 2009

La frase de la semana: El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford


"No lo entiendo, ¿quieres ser como yo o quieres ser yo?"


lunes, 8 de junio de 2009

La imagen de la semana


Tentado estaba de colgar la taquilla española, donde reina John Connor con sus 3,22 millones de euros recaudados, pero no puedo dejar pasar la muerte de David Carradine. Como ya sabéis lo encontraron muerto en circustancias extrañas en un hotel de Bangkok, cosa que nos importa más bien poco. Os dejo con un cartel publicitario de uno de sus últimos films, Crank 2.


Terminator Salvation: La acción como excusa a la traición


Y es que un Terminator sin Arnold Schwarzenegger es menos Terminator, pero sin viajes en el tiempo el asunto ya va por otros derroteros. Esa es precisamente la propuesta, una ruptura con los films anteriores en busca de la tan prometida guerra con las máquinas, cambiando drásticamente las reglas del juego. Dicho cambio lleva a cambiar género por lentejuelas, perdiendo un sello que sin título ni guiños nos hubiera podido parecer secuela de cualquier otra franquicia.

No se le puede negar a McG que su film entretiene a ratos, pero mientras el reloj corre Terminator Salvation acumula pecados uno tras otro, confirmando la certeza de que no hay historia que contar sino sólo un paisaje que recrear. Todo ello entre pequeños homenajes a films de toda índole, algunos respetuoso, otros risibles y la gran mayoría forzados.


El film arranca en el presente, para inmediatamente llevarnos al futuro en una escena que augura un buen espectáculo. John Connor (Christian Bale)
en plena operación, bendecido por la fortuna mientras se forja la (supuesta) leyenda y en el primer enfrentamiento que vemos con un Terminator, que vuelven a ser realmente temibles. Más allá de eso los esfuerzos se centran en mostrar una gran variedad de diseños que ni intimidan ni sorprenden.

Y probablemente ese sea el mayor problema de Terminator Salvation, el no ser capaz de proponer nada nuevo y acabar cayendo continuamente en la previsibilidad. Es ahí donde McG se cree que realmente es bueno filmando escenas de acción y se olvida que estas deben tener un propósito y un motivo dentro de la historia, siendo la mayoría números en un presupuesto y pasto para el olvido.


Es un hecho frecuente en el cine de acción moderno que el simple propósito de abrumar aunado al auge de los efectos digitales ha volcado sobre el cine de acción una serie de vicios que acaban por eliminar la tensión. Gran parte pasa por la pérdida del realismo a manos de fondos verdes y azules, pero ese realismo también es fruto de una puesta en escena, un rodaje, montaje y planificación que junto con las interpretaciones nos parezcan verosímiles, y Terminator Salvation carece de todo eso.

Y es que cuando se juegan esas bazas y se abusa de dichas fórmulas comerciales, el mayor resultado posible es cumplir las expectativas, sin más, cayendo en el saco roto del anonimato que tan lejos queda de las dos primera entregas de la saga, obras maestras en su género.

Más allá de todo eso quedan las lagunas argumentales (con guión a cargo de John D. Brancato y Michael Ferris, responsables de la 3ª entrega), los giros imposibles, y sobretodo el saltarse algunas normas del universo Terminator en pro de concesiones fáciles a la galería que ya asomaron la cabeza en la tercera entrega. Un ejemplo de todos los defectos aglutinados lo tenemos en la escena en que Blair (Moon Bloodgood) es atacada por 3 humanos y salvada por Marcus (Sam Worthington), claro ejemplo de escena tan previsible, como absurda y sobrante.

Y con todo ello no deja de ser un film entretenido y espectacular a ratos, pero vacío y poco digno del nombre que lleva, sumergiéndonos en una historia esperada durante 25 años y que acaba por resultar paupérrima. Y es que cuando se dedica más tiempo al diseño de diferentes criaturas que al propio guión, el resultado no puede ser otro que imposibilitar la implicación del espectador con la historia.

En definitiva, Terminator Salvation funciona mejor cuando huye de sí misma para encontrarse con su etiqueta, abandonando la falsa épica medida en tamaño para enfrentar tan mortales máquinas cuerpo a cuerpo, como ha sido siempre, una cuestión personal, entre Ripley y el octavo pasajero, Deckard y Roy, Frankenstein y Frankenstein o Adán y su creador.