jueves, 30 de julio de 2009

Jennie: El hechizo de lo atemporal

Existe implícito en el arte el poder de trascender las fronteras del tiempo, de hacerse eterno y presentarse en toda su belleza generación tras generación. Obras con décadas y siglos de antigüedad conectan con nosotros, rejuveneciéndolas, convirtiéndolas en presente y en muchos casos, dejando un perenne recuerdo de su paso por nuestra vida. Una de esas obras es Jennie, que con más de 6 décadas a sus espaldas sigue siendo sorprendente y mágica.

El film de William Dieterle nos habla del amor, la obsesión y la inspiración, tres pilares
de la creación artística volcados con cierto fetichismo sobre el retrato de Jennie, constante y símbolo del nexo entre los protagonistas a lo largo del film. Ese es precisamente el eje de Jennie, la creación de un cuadro y cómo ese proceso impregna la puesta en escena de la película.

Toda ella rebosa el marcado sello del expresionista d
irector alemán, sabiamente suavizado con el impresionismo propio de algunas de las pinturas del protagonista. Ambas corrientes confluyen en una fotografía que aprovecha la luz a la perfección para impregnarla de onirismo, y unas irreales ambientaciones reflejo del estado emocional del personaje de Joseph Cotten, todo ello apoyado en unos efectos especiales que ganaron merecidamente el Oscar por acabar de dar el empaque fantástico que rebosa esta joya del cine.

A ello también contribuye el compositor Dimitri Tiomkin, que basándose en 4 piezas del impresionista Debussy construye una banda sonora casi omnipresente en el film y perfectamente adaptada a la trama y el tono de la narración. Si su aportación ya es más que notable, queda para el mítico Bernard Herrmann la composición de la canción de Jennie, adaptada de la letra que recoge la novela original de Robert Nathan en la que se basa el film de Dieterle.

Queda claro que el apartado formal de Jennie es portentoso, tanto en el uso del blanco y negro como de la luz y finalmente del color, incluso texturizando momentos del film a modo de lienzo, pero eso no desluce un fondo que la sigue convirtiendo hoy día en uno de los mejores films fantásticos de la historia. Y es que el guión juega hábilmente con los tres factores antes mencionados, amor, obsesión e inspiración, perfectamente medidos y servidos para que el apartado visual remarque sus bondades sin necesidad de saturar ninguno de sus ingredientes.

La historia de Jennie sugiere más que explica, insinúa, propone una serie de metáforas al espectador, mientras que la sobreexplicación de obviedades es uno de los males del cine actual. La figura de Jennie se erige más allá de la persona que representa, desde una abnegada simplicidad necesaria para ser ensoñación y pólvora del absoluto protagonista del film, en busca de un tiempo pasado al que retratar.

Esas apariciones son puntuales y sin embargo ansiadas, hábilmente envueltas en el velo de lo irreal y sin una duración que recargara el aspecto romántico del film ni tampoco restara importancia a la presencia de Jennie en la vida de Eben. Esos momentos se complementan con la vida diaria del pintor con sus mecenas y la vana búsqueda de la inspiración y un talento más cercano al eco que al parto, y aunque el supuesto misterio sea expresamente menos, el final no pretende justificar la trama, sino completarla.

En definitiva un film soberbio capaz de equiparar trama con ambientación, entendiendo que el aspecto visual no es un mero soporte al texto, sino un amplificador, un prisma tan necesariamente cuidado como el fondo que trata y no el mero envoltorio que desechamos al toparnos con semejante regalo. Magistral hito en la historia de la ficción.


miércoles, 29 de julio de 2009

Grandes bandas sonoras: La Misión


Compuesta por el gran Ennio Morricone para el film de Roland Joffé. Todo un clásico.


martes, 28 de julio de 2009

La frase de la semana: Gandhi


"Cuando desespero, recuerdo que, a lo largo de la historia, siempre han triunfado la verdad y el amor. Ha habido tiranos y asesinos que durante un momento pueden parecer invencibles, pero, al final, siempre caen. Tenedlo presente. Siempre."


domingo, 26 de julio de 2009

Grandes momentos del cine: La Mujer Pantera


Un clásico del cine fantástico y una de sus escenas más conocidas.


sábado, 25 de julio de 2009

Mumford: Amable retrato de las perversiones


La felicidad de las personas consiste en saber equilibrar la balanza entre lo que damos y lo que necesitamos. Tan importante es dar como recibir, así como compensar ambos factores por tal de evitar que elementos salten de un campo a otro. Ahí entra en juego el Doctor Mumford con su peculiar terapia, que claro está deja a la altura del betún a la psicología tradicional, apostando por clichés típicos del cine.

La cinta de Lawrence Kasdan nos sumerge en una pequeña ciudad donde varios de sus habitantes afrontan con el psicoterapeuta sus problemas cotidianos, desde el hombre que vive inmerso en sus fantasías sexuales hasta la chica afectada de síndrome de fatiga crónica. Siendo el doctor un hombre popular en el pueblo tendrá contacto con el resto de habitantes igualmente necesitados de ayuda pero útiles en la terapia con sus pacientes.

Así se expande el abanico de personajes que giran entorno a Mumford, completo protagonista del film pero carente de entidad, sólo formada a través del retrato de sus pacientes. Con ello se forja un enigma sobre el psicólogo que se antoja poco a poco como nudo del film mientras vemos avanzar la terapia con el resto de pacientes. Es decir, empatizamos con un personaje que desconocemos por completo más allá de su sonrisa y su capacidad para ayudar, y a través de él nos acercamos al resto de personajes.
Y es que si algo brilla en Mumford es su excelente guión, al que no le sobra escena ni frase. Hábilmente se nos introduce en el mundo del doctor, aportando sólo información cuando interactúa con los habitantes del pueblo, y dejando entrever un secreto en sus momentos en soledad, retrasando la sorpresa y el aparente nudo hacia más allá de la mitad del film. Entretanto vemos un excelente uso de las escenas y un soberbio repaso de la vida anterior del doctor.

Como ya he dicho en el título, Mumford es un film amable y como tal se desarrolla, cayendo en el tópico de que la gente sólo necesita ser escuchada, huyendo de la crudeza de algunas patologías y apelando a la bondad de las personas. Eso resta potencia dramática a un film que descubre sus tintes románticos pronto pero raciona bien las subtramas en forma de terapia para que el film avance dinámicamente.

Ayuda en esa tarea el excelente y variado reparto, encabezado por el sorprendente Loren Dean y al que acompañan Hope Davis, Jason Lee, Alfre Woodard, Zooey Deschanel, Mary McDonnell, Martin Short, Pruitt Taylor Vince y Ted Danson, todos ellos aportando un contraste en función de sus patologías, y con los que acabamos simpatizando. El excelente guión se encarga de dar forma a cada uno de los personajes sin convertirlos en meros satélites de la trama principal, ayudando también a engrandecer el esperado happy ending de rigor.

En definitiva, Mumford es un film brillante y simpático, bien narrado, bien planificado y bien interpretado, donde las únicas pegas serían la encorsetada dirección y el simplista análisis de los problemas de los habitantes de Mumford. Uno de esos films que desde la sencillez consiguen dejar un buen sabor de boca.



jueves, 23 de julio de 2009

Adivina el film: Howard, un nuevo héroe


Aunque no estoy para daros pistas, seguro que alguno la acierta sin problemas...


miércoles, 22 de julio de 2009

Grandes Bandas Sonoras: New York New York


Conocidísima canción para el film de Scorsese, compuesto por John Kander y Fred Ebb y que más tarde popularizó Frank Sinatra. Aprovecho para desearos, morgueros, una felices vacaciones ya que hasta el 12 de Agosto estaré precisamente en esa ciudad. He dejado posts programados aunque el ritmo de publicación no será tan alto, por supuesto. ¡Felices vacaciones a todos!

martes, 21 de julio de 2009

La frase de la semana: Las Amistades Peligrosas


"Prefiero morir a vivir con remordimiento".


lunes, 20 de julio de 2009

La imagen de la semana


Pues ya tenemos los primeros posters de la adaptación americana de Déjame Entrar, dirigida por Matt Reeves, al que conocéis por dirigir Cloverfield. Lo curioso del caso es que aún están haciendo el cásting...




Fuente: SlashFilm

domingo, 19 de julio de 2009

Grandes momentos del cine: Creepshow 2


Qué asustadizo era entonces, pero qué grato recuerdo guardo del film... Y es que hay que andarse con ojo con los lugares que elegimos para darnos un chapuzón.



sábado, 18 de julio de 2009

La recomendación del lector


Bueno, aunque Marguis se retracte de su recomendación, elijo Mumford como recomendación del lector de esta semana, la número 21. Film de 1999 dirigido por Lawrence Kasdan que trata de la irrupción de un peculiar psicólogo en la vida de un pequeño pueblo, alterando la vida de sus problemáticos habitantes. ¡Gracias a todos por vuestras recomendaciones!


Despedidas: Cuando la muerte nos enfrenta a nosotros mismos


La muerte y las despedidas son un punto final del que no hay vuelta, un momento definitivo que no admite ensayos y que nos obliga a dejar en la puerta toda carga alienante para enfrentar el momento libres de ponzoña. El obligado cambio que implica ese paso conlleva un renacer, un nuevo camino... y yo mismo me estoy perdiendo en mi propia prosa...

La muerte y las despedidas son una gran putada por la que tenemos que pasar muchas veces en la vida, dándolo todo en ese momento donde nuestro adiós es homenaje en tanto que somos capaces de ser sinceros con nosotros mismos. La muerte separa, pero en incontables ocasiones también une y sana, nos reconcilia con nosotros mismos en la última oportunidad de enterrar un pasado en forma de losa.

De eso nos habla el film de Yôjirô Takita, Despedidas, la flamante ganadora del Oscar a mejor film de habla no inglesa. En ella vemos la frustrada carrera de chelista del joven Daigo (Masahiro Motoki) que se verá obligado a trabajar como amortajador para ganarse la vida, en un ritual tan sagrado como ceremonia pero tan repudiado como oficio. Y es que tan importante es causar buen impresión al llegar a la otra vida, como dejarla en la memoria de los que se quedan.

Así se nos muestra el recuerdo del protagonista, donde es incapaz de poner cara al rostro de un padre que le abandonó de joven y que ha condicionado parte de su vida. Ese hecho también se muestra con distintos difuntos cuyo amortajamiento acerca lo que son a las familias, desde la condición sexual a la propia belleza desgastada en la convivencia, así como ese mismo proceso acerca al protagonista y su pareja (Ryoko Hirosue) en un proceso de aceptación de la muerte como una bella y triste parte de la vida.

El problema de Despedidas es la simplicidad con la que lo cuenta, no tanto porque dicho tema necesite estar recargado de pompa para ser trascendente, sino porque todo sucede de manera demasiado previsible restando una naturalidad necesaria a un relato que habla precisamente de la naturalidad de la muerte. Ese hecho junto con los toques de humor constantes la empacan como film amable endulzando con una banda sonora que busca adornar las imágenes y acaba por empalagar.

La esposa de Daigo y su mentor en el ritual son meros y lisos antagonistas sobre la visión de la muerte y de los muertos, que sirven para crear el conflicto sobre el que pivotará el protagonista en busca de un impostado nudo en la historia que no aporta nada más allá del happy ending y acallar los miedos del guionista Kundo Koyama creyendo que sin esa línea narrativa no estaría contando nada. Lo mismo sucede con la historia del padre, empezada ya como conflicto en busca de ser resuelto como último paso del viaje hacia la madurez, poniéndoselo fácil al espectador.

Más allá de eso quedan drama y comedia ocasionalmente forzados buscando una potencia que la historia por sí sola es incapaz de transmitir y la apuesta formal no sabe potenciar. Así se abusa de la banda sonora para escenas musicales que no aportan nada, y su busca en exceso la lágrima en la muerte cuando la reflexión haría sentirse menos manipulado al espectador. Ello deja Despedidas en una propuesta valiente en su punto de partida, pero convencional en su desarrollo.

En definitiva, un film amable capaz de conmover pero no de impresionar ni llevar a la reflexión en sus más de dos horas de metraje. Una cinta que sabrá explotar su etiqueta de Oscar para poblar las salas, pero que sin ella no hubiera tenido la trascendencia de la que la misma cinta carece.



viernes, 17 de julio de 2009

Adivina el film: Encadenados


¡Pardiez! Me ha durado el enigma menos que la paga extra, gracias a Alttat que aún debe estar vanagloriándose de su hazaña. Por eso y para bajarle los humos, a modo de urgencia lanzo el segundo film del concurso. ¡Es vuestro turno!

Pistas varias: El film no ha aparecido nunca por este blog, aunque su europeo director sí. No es un film de época y la escena empieza con un plano general que acaba cerrándose sobre la llave, muy al gusto del fetichismo hacia los objetos que demostraba su conocidísimo director. Tanto el blanco y negro como la textura ya indica que el film tiene más de 50 años.

La recomendación de la semana: Jennie


Film del que en breve tendréis reseña y que descubrí gracias al magnífico blog del
Doctor Quatermass, concretamente en esta entrada. Film de corte fantástico con un magnífico apartado visual, banda sonora de lujo y un Joseph Cotten espléndido.


jueves, 16 de julio de 2009

Adivina el film: Perseguido


Pues con este post lanzo una posible sección semanal, como mínimo esporádica, donde sea con imágenes, frases, bandas sonoras o lo que sea, os retaré a acertar un film. Vale, no es muy original, pero así os entretengo un rato entre tanta de mi farragosa prosa. Iré colgando una lista con el número de aciertos de cada uno, y aunque no haya premios participar es lo que cuenta... ¡Ale! ¿A qué film pertenece este fotograma?


miércoles, 15 de julio de 2009

Grandes bandas sonoras: Superdetective en Hollywood


Tremenda, sin palabras, todo un clásico... vale, y un pequeño desliz, lo sé...



martes, 14 de julio de 2009

Resultado de la encuesta sobre Shyamalan


Pues esta vez la comunidad morguera se alinea con la de IMDb y Filmaffinity para proclamar como mejor film del talentoso indio a El Sexto Sentido. De paso se confirma que sus dos primeros trabajos son bastante desconocidos o directamente malos. Aquí tenéis los resultados:

Praying with anger: 0 votos
Los primeros amigos: 0 votos
El sexto sentido: 12 votos
El protegido: 5
votos
Señales: 7 votos
El bosque: 5 votos
La joven del agua: 2 votos

El incidente: 1 voto



Queda claro que para los votantes la trayectoria de Shyamalan ha ido de más a menos, aunque Señales arrancó fuerte en la encuesta y se sitúa como la segunda más valorada. Vuelvo a pedir que el votante de El Incidente haga acto de presencia y se explique, mientras agradezco a todos por haber votado.


La frase de la semana: Los Puentes de Madison


"I dont want to need you, 'cause I can't have you."


lunes, 13 de julio de 2009

La imagen de la semana


Pues sí, morgueros, me salto la temática habitual para hablar de los premios 20Blogs, cuya fase de votación ha comenzado. Tranquilos, no os voy a pedir el voto porque el concurso en si me importa poco, más allá de darte a conocer un poco. Básicamente os aviso y me disculpo de antemano por la serie de comentarios que iréis viendo del estilo "Hola! Mola mucho tu blog! Vota por el mío en los premios 20Blogs!", y spam de toda clase. Todo sea por ampliar la familia morguera...


Bueno, no os voy a dejar tirados en cuanto a cine se refiere, así que os adjunto un corto tan divertido como sádico y navideño. En serio, es largo pero merece la pena sólo por la escena del bebé... ¡Disfrutadlo!


domingo, 12 de julio de 2009

Grandes momentos del cine: Annie Hall


Annie Hall, Woody Allen, y la comunicación no verbal...


Nuevo trailer de Disctrict 9


Visto que en LCM gustó el anterior avence de District 9, os traigo el trailer definitivo de un film que a terrizará en nuestras tierras el 18 de Septiembre. Pese a haber perdido gran parte de ese aspecto documental tan interesante, ha ganado en nervio e intriga, así que esperemos que se convierta en uno de los mejores films del año.



Fuente: BlogdeCine

sábado, 11 de julio de 2009

La recomendación del lector


Sobrepasamos ya la veintenta de recomendaciones vuestras en esta sección a la que no auguraba larga vida. Tras visionado y crítica pertinente a La vida secreta de las abejas, propuesta por Absenta, toca abrir de nuevo ronda para que Altatt haga su aparición quincenal y el resto os lo toméis en serio, o eso creo. De paso, tras el salto, os dejo con los films que han pasado por la sección. ¡Dejad vuestros mensajes, morgueros!


1.- Pink Flamingos, John Waters (1972)
2.- La Verdad Oculta, John Madden (2005)
3.- Withnail y yo, Bruce Robinson (1987)
4.- Yakuza, Sidney Pollack (1974)
5.- ¿Dónde está la casa de mi amigo?, Abbas Kiarostami (1987)
6.- Colega, ¿dónde está mi coche?, Danny Leiner (2000)
7.- ¡Qué bello es vivir!, Frank Capra (1946)
8.- Pequeño Buda, Bernardo Bertolucci (1993)
9.- La Evasión, Jacques Becker (1960)
10.- Desmadre a la americana, John Landis (1978)
11.- Quiero la cabeza de Alfredo García, Sam Peckinpah (1974)
12.- Ser o no ser, Ernst Lubitsch (1942)
13.- The Score, Frank Oz (2001)
14.- Hero, Yimou Zhang (2002)
15.- Brokeback Mountain, Ang Lee (2005)
16.- Memories of Murder, Joon-ho Bong (2003)
17.- Fresh, Boaz Yakin (1994)
18.- Blanco Perfecto, Eric Blakeney (2000)
19.- Seppuku, Masaki Kobayashi (1962)
20.- La vida secreta de las abejas, Gina Prince-Bythewood (2008)
Bonus 1.- Condorman, Charles Jarrott (1981)
Bonus 2.- Sucesos en la 4º fase, Saul Bass (1974)

La vida secreta de las abejas: Somos el eco de la ausencia


No sólo la gente que pasa por nuestra vida deja una huella en ella, también los que nunca han estado acaban condicionando lo que seremos en un futuro. Nacemos, vivimos y morimos ricos en poco, faltos de mucho, incompletos vagando con falsas respuestas a preguntas que no sabemos formular. Añoramos conceptos, perseguimos sombras de dicha e idolatramos desconocidos tomando el azar por barlovento y engañándonos en la creencia que las piezas del puzzle acaban encajando tarde o temprano.

Claro está que para un film como La vida secreta de las abejas, una road movie espiritual, el final no puede dejar mal sabor de boca haciendo creer que ese tipo de viajes tienen más de vueltas en círculo que de llegada a un destino. Y es que algo muy reprochable al film es su conformismo en cuanto a desarrollo dramático, que aparte de tópica la hace previsible, dejando al descubierto su mecanismo y trampa haciendo que el espectador tome distancia sobre lo que el film narra.

Ese hecho no es directamente fallo de la directora y guionista Gina Prince-Bythewood, sino de Sue Monk Kidd, autora de la novela en la que se basa el film. Esto lleva de nuevo a dejar al descubierto los mecanismos comerciales de Hollywood, donde una novela con cierto éxito es llevada a la gran pantalla por algún desconocido entusiasta de dicha novela, añadiendo caras populares al reparto (Jennifer Hudson, Paul Bettany) y acabar presentado un film ligero que difícilmente puede dejar de recuperar lo invertido en su producción.

El gran problema es el de siempre, la adaptación de la novela a un lenguaje audiovisual por parte de gente más preocupada de la fidelidad y el efectismo que no de intentar expandir el mensaje valiéndose de un arma tan potente como lo es la cámara. Es así como el apartado visual, sin deslucir, no aporta absolutamente nada a la trama más allá del conformismo en encuadres y planos en busca de estética y una banda sonora obligadamente salpicada del talento de Alicia Keys.

Ahora bien, dentro del campo dirige el juego ese portento de 15 años llamado Dakota Fanning cuya mirada contiene más emoción que la filmografía entera de Tom Hanks, y pese a su papel consigue aupar un melodrama donde a casi todo se le ve la patita de lo impostado. Más allá de eso hay que agradecer el potente mensaje tan anti-americano, donde la familia no está por encima de todo ni el amor entre padres e hijos viene garantizado tras el parto.

Tanto es así que la protagonista acaba con la vida de su madre a una tierna edad, bañando la inocencia infantil en las aguas de una culpabilidad sin recuerdo por con penitencia. Ahí es donde la memoria entra en juego para intentar reconstruir un rompecabezas que, sea más cercano a la verdad o no, sienta las bases del desarrollo emocional de la protagonista. Todo ello enmarcado en la segregación racial como parábola de que los extraños a veces pueden ser más familia que aquellos con los que compartimos sangre.

Se agradece que el film no se muestre ambicioso en ningún momento durante sus menos de dos horas, avanzando sin precipitación y asumiendo que el protagonismo es para Dakota Fanning y el resto de personajes son contexto para su desarrollo, más cercanos al concepto que al realismo. Pese a eso, sólo desentona en algún momento una Alicia Keys que no puede competir ni con el talento de Dakota Fanning ni el aura de Queen Latifah, un gran acierto de casting.

En definitiva, un film interesante pero conformista, que apuesta por el litio y no por el bisturí, por portadas de Vanity Fair más que por la verdad hecha fotogramas. Un viaje que se antoja duro pero cuyas únicas complicaciones viene claramente marcadas por fórmulas narrativas desgastadas salvadas por su portentosa protagonista que, sin palabras, es capaz de insinuar lo que su directora no ha podido a golpe de plano.



viernes, 10 de julio de 2009

La recomendación de la semana: Los Gritos del Silencio


Film de Roland Joffé sobre la Guerra Civil en Camboya, basado en la historia real del corresponsal de guerra Sydney Schanberg. Se alzó con 3 Oscar, 8 Bafta y un Globo de Oro, entre otros 14 premios más.


jueves, 9 de julio de 2009

Videojuegos y cine: Hacia un lenguaje interactivo


Entre los videojuego y el cine hay una característica fundamental cuya distancia se hace insalvable: la interactividad. Aunque historia y escenarios puedan ser relativamente fijos, es el jugador el que toma aparentemente las decisiones, el que protagoniza el relato. Por poner símiles cinematográficos, si a los diseñadores les pertoca el rol de guionistas, dirección artística, sonido, banda sonora y casting, el jugador asume el rol de director, director de fotografía, actor principal y montador. Eso deja claro que la mayor parte de la experiencia y el ritmo de esta lo decidimos los jugadores, siguiendo unas líneas maestras fijadas aunque la tendencia actual sea la de variar la historia en función de nuestras decisiones.

Ahora bien, ¿cómo pueden adaptarse al cine los roles que asume el jugador? Pues creando films interactivos donde podemos elegir diferentes caminos, como si de una aventura gráfica se tratara, pero eso desvirtuaría en exceso el concepto de cine y su aspecto social. Dicha adaptación pasaría por añadir líneas narrativas y una planificación que limitara el ritmo, pero alejaría a esos productos de la recaudación en taquilla.

Básicamente es imposible crear interactividad negándola, pero en todo ese conjunto de roles cinematográficos que asumen los creadores de videojuegos podemos encontrar elementos que el espectador identifique como propios de un entorno interactivo. Y es que si hablamos de hacer creer al espectador que no le hemos privado de su capacidad de decisión, tendremos que ser capaces de crear un espacio donde las aparentes decisiones sean las que elegiría sobre seguro el jugador. Veamos un ejemplo tan mítico como clarificador:


Claro está que si fuera un videojuego nadie optaría por enfrentarse cuerpo a cuerpo con el rival pudiendo usar un arma. Obviamente no puede simularse el control completo del protagonista pero un acercamiento de ese estilo sitúa la propuesta algo más cerca de dicha interactividad. Pero ninguna casa se empieza por el tejado y si bien lo más complejo es difícilmente realizable, existen toda una serie de elementos propios únicamente de los videojuegos que sí son plasmables en la gran pantalla.

El primero de ellos sería la opción de guardar partida. Claro está que resultaría cómico ver un film donde el protagonista se sintiera a salvo escribiendo en las máquinas de escribir de la saga Resident Evil, así como no entederiamos que apareciera un menú de pausa en un film. Pero el hecho de tener puntos de control donde guardar partida implica seguridad de cara al jugador, lugares que están fuera de peligro y que habitualmente se repiten para que nos sean identificables. Todo ello siempre desde el punto de vista del protagonista y, por extensión, del espectador ya que en los videojuegos es más común que este tenga la misma información que el protagonista, mientras que en el cine es más normal tener más información que el protagonista. Ejemplos de esos entornos seguros los tenemos en el film Silent Hill, donde la terrible alarma indica el inicio y el fin de la oscuridad y el peligro, o el color amarillo y los límites del pueblo en El Bosque.

Otro factor habitual en los videojuegos es la clara delimitación de las pantallas, distintas entre sí, a las que no solemos volver y que suelen tener un enemigo final al que batir para poder completarla. Ese desarrollo lineal se ha visto mucho en el cine, desde producciones como El señor de los anillos (con Balrog incluido) a films de culto como Cube, donde cada pequeño cubículo es una nueva trampa. Dicha manera fraccionada de presentar una historia, a modo de capítulos, es comprensible en videojuegos que nos lleva semanas acabar, con lo que cerrar paulatinamente arcos argumentales ayuda a retomar fácilmente el hilo, hecho que en un film es más asequible.

Más difícil es conseguir transmitir al espectador la sensación de tensión ante un personaje que tal y como muere, revive. Ese prueba y error restaría credibilidad al film a menos que se opte por hacer algo parecido al arranque de Resident Evil Extinction, donde la protagonista y sus clones van muriendo en las diferentes trampas, acabando los cadáveres en una fosa, a modo de representación sobre nuestros intentos fallidos. O, si lo preferís, el ejemplo de Bill Murray en Atrapado en el tiempo, donde sólo superaba el día si lo completaba a la perfección. Es por eso que sería más sencillo adaptar el rol de protagonista semi-inmortal, una suerte de John McLane al que una sola bala no baste para tumbarlo pero que sangre y sufra para que siga existiendo algo de tensión en las batallas.

En cuanto al aspecto visual, los videojuegos suelen acercar al jugador al personaje, dándole en muchos casos el control de la cámara y sobretodo siendo omnipresente el protagonista en pantalla. Lo más habitual en cuanto al uso de la cámara es tener cámara móvil en tercera persona (God of War, Final Fantasy), o una en primera persona en juegos de acción (Doom, Call of Duty) y survivals, existiendo también un tipo de cámara fija que no controla el jugador (Resident Evil), similar a las grabaciones de las cámaras de seguridad. Dicho uso de la cámara rompe completamente con la libertad artística del director, que se hayaría limitado a formalismos en pro de la experiencia del espectador y no al virtuoso lucimiento y la libertad de cambiar de plano, así como gran parte del metraje implicaria el uso del plano secuencia. Ejemplos los podéis encontrar en la conocida secuencia del martillo en OldBoy o la propuesta visual de ·[REC].



Otro aspecto de los videojuegos es el tratamiento de los personajes, donde lo más habitual es tener un único personaje como centro de la historia y a su vez su opuesto cuya búsqueda suele ser el motor de la historia. En ella el resto de personajes son secundarios y sus apariciones son puntuales, sea para aportar información a la trama o para ayudar a nuestro sufrido protagonista. Esta práctica es muy común en el cine, donde el protagonista acapara casi todos los planos, ya sea como en Taxi Driver o Náufrago, siendo la única puerta de entrada del espectador al film y dotándolos necesariamente de carisma suficiente para mantener el interés en su devenir durante el metraje.

Cuando hablamos de los videojuegos como un entretenimiento, nadie se pronuncia contrario a tal afirmación, pero esa valoración aplicada al séptimo arte suele levantar ampollas. Es por esto que la gran mayoría de veces se menosprecian films que sólo buscan entretener tanto como videojuegos cuya apuesta es más artística que jugable. Es algo normal teniendo en cuenta de donde nacen ambas disciplinas, y es por esto que los videojuegos suelen dar poco margen a los tiempos muertos y limitan tanto como sea posible la narrativa tradicional para adaptarla a la experiencia interactiva. Resulta obvio teniendo en cuenta que cuando nos ponemos delante de un videojuego esperamos esa experiencia interactiva, ese entretenimiento que pasa por controlar nosotros lo que pasa en pantalla, donde pantallas de carga y cinemáticas nos pueden estropear la diversión. De ahí que muchos de los juegos que arrasan en ventas pasen por ser adrenalíticos, con pocos momentos de respiro ni parones notables en su desarrollo, sean juegos deportivos o de acción. En el cine tenemos un ejemplo cercano de apuesta parecida como lo es Crank, claramente deudora de los videojuegos y donde el desarrollo se apoya básicamente en la constante acción como motor narrativo.

Un último elemento importante en los videojuegos es la presentación, donde los primeros minutos de juego pueden basarse en tutoriales o conocimiento del entorno. En muchos films esa parte de presentación se prolonga durante muchos minutos, mientras que en el ocio interactivo nos vemos inmersos casi de inmediato en la acción, no a nivel de trama pero sí desde la perspectiva en que todo lo que dominamos desde el mando equivale al nudo de la historia. Esto implica que gran parte de la historia de un videojuego la conozcamos ya inmersos en ella, como así vuelve a pasar con el arranque de Cube, o la escena inicial de Salvar al soldado Ryan.

Y es que el mayor y más repetido de los fallos en las adaptaciones al cine ha sido siempre el tomar las historias y la estética como únicas referencias hacia el videojuego, obviando el propio lenguaje de un sector tan importante de la industria y desconociendo como dichos elementos influyen en la experiencia del jugador. Hasta aquí el especial dedicado a cine y videojuegos, no sin ello dejaros con el trailer de Gamer, lo nuevo de los creadores de Crank, que precisamente trata sobre videojuegos y la manera en que jugaremos en el futuro.



miércoles, 8 de julio de 2009

Grandes bandas sonoras: Dame 10 razones


Bueno, tampoco es memorable pero sí pegadiza para un film amable y de tan simpática intro. Nadie puede negarle el buen rollito que transmite con esas trompeticas tan graciosas... El tema es de Kemo The Blaxican y se titula "La Receta", podéis escucharlo aquí.

martes, 7 de julio de 2009

La frase de la semana: El Fugitivo


"Un fugitivo lleva huido 90 minutos. La velocidad media campo a través, si no está herido es de 6 Km /h. Eso nos da un radio de 9 Km. Lo que quiero de ustedes es una búsqueda exhaustiva de cada gasolinera, residencia, almacén, granja, gallinero, cobertizo y caseta de perro de esa zona. Habrá controles cada 20 Km. El nombre del fugitivo es Doctor Richard Kimble. Cójanle".


lunes, 6 de julio de 2009

La imagen de la semana


Seguramente debería hablaros de la muerte de Karl Malden, pero mejor mirar hacia adelante, y es que ya tenemos los primeros films que se proyectarán en Sitges, abriendo el festival ·[REC]2. El Festival de cine fantástico de Catalunya rinde homenaje este año al 30 aniversario de Alien, y de momento ya tenemos confirmados films como Thirst de Park Chan-wook, Youth Without Youth de Francis Ford Coppola, Yatterman de Takashi Miike, Moon de Duncan Jones, Surrogates de Jonathan Mostow, Orphan de Jaume Collet, Ip Man de Wilson Yip, o Kinatay de Brillante Mendoza.

Fuente: BlogdeCine

domingo, 5 de julio de 2009

Grandes momentos del cine: Austin Powers 2


Tendréis que perdonarme, pero tengo debilidad por el Doctor Maligno...



sábado, 4 de julio de 2009

La recomendación del lector


Pues la mula providencia ha querido que la vigésima propuesta para esta sección vaya a parar a Absenta, con La vida secreta de las abejas. ¡Gracias a todos por vuestras propuestas!