A Peter Berg lo conocemos más por la escena de calibrado en un bar en La Ultima Seducción, mientras que el tema de Irak tenemos la avalancha post-11S. De partida, el film no parece que vaya a aportarnos nada que no hayamos visto (Jamie Foxx de militar, Jennifer Garner pegando tiros) , pero pese a un producto descompensado no deja de ser entretenido. Cierto es que, hoy día, todo film ubicado en Irak parece obligado a ser una crítica a la política exterior americana, o una reflexión sobre los efectos de una guerra preventiva, y no es una condición necesaria para entretener al espectador.
Un atentado en Irak acaba con la vida de cientos de personas, tanto americanos como irakís. El gobierno americano envía a un grupo especializado de 4 personas dedicadas a la investigación para buscar pruebas.
Con este planteamiento, el film se desarrolla más como un CSI versión Irak, con todo lo que implica visto desde una óptica americana. El equipo de Ronald Fleury encontrará todo tipo de trabas en su investigación, y métodos muy distintos a los habituales, dejando claro que para unos la prioridad es descubrir a los culpables, y para otros el que no haya más muertos.
No es que la fórmula Berg no funcione, es que se agota pronto, por más que intente imprimirle ritmo a base de mover la cámara sin sentido alguno. Así que sabiamente, cuando la investigación deja de tener interés, comienza la fórmula Mann, a tiros, veloz y eléctrica.
Dos films en uno, compensado, dónde luce más la segunda parte casi por contraste, aunque veamos a Jamie Foxx cual personaje de Playstation pegando tiros en un Operation Wolf en Irak. El reparto bastante correcto, destacando, como siempre, Chris Cooper.
Lo mejor: Que sea un film sencillo, sin darnos gato por liebre, acción con un argumento justito.
Lo peor: La enésima visión de que solo los yankis hacen las cosas bien, en cualquier pais y circunstancia.
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