sábado, 29 de diciembre de 2007

Leones por corderos: Ejercicio de inteligencia


Una vez escuché a un crítico decir que las grandes películas son aquellas que plantean más preguntas de las que responden. Claro que habrá miles de excepciones, pero el caso más conocido que cumple esa premisa es el de Casablanca y su final.


Hay muchos factores que generan debate después de ver un film, tanto buenos como malos, desde la calidad del mismo hasta el tema tratado. Personalmente no estoy de acuerdo con la frase del crítico, pero en ocasiones es un plus para un film ser capaz de dar que hablar.

Robert Redford ha vivido la gloria delante y detrás de las cámaras. Su opera prima como director le dió cuatro oscars, entre ellos, mejor film y mejor dirección. Con siete películas como director, ha parido un poco de todo, pero casi siempre algo interesante.

Leones por corderos nos plantea tres historias diferentes, tratando diferentes aspectos de la mentalidad americana en edades distintas. Por un lado la entrevista del prometedor y joven político con la periodista que impulsó su carerra para darle la primicia sobre una nueva táctica ofensiva en Afghanistan. El joven y brillante estudiante desmotivado cuyo profesor pretende encarrilar, y finalmente los dos amigos alistados en el ejército y enviados a Afghanistan.

Si bien con esta carta de presentación parece que vaya a ser un film largo y denso, no es así, sino 88 minutos de metraje para una historia compleja pero no densa. No sólo nos habla de la guerra y de los efectos del 11S, sinó más bien de una actitud acomodada de la sociedad americana, de la juventud que sí tiene ganas de cambiar el mundo y de cómo el tiempo erosiona ese ímpetu.

La temática es, a veces, difusa debido al carácter ambicioso del film. Pese a todo no llega a ser pretencioso, sino más bien orientativo dándonos su visión particular. Su escasa duración no la hace aburrida, aunque la mayor parte del film sean conversaciones entre los personajes, y nos regala varios momentos brillantes.

Una película muy recomendable, interesante y perfectamente medida.

Lo mejor: La sencillez con que aborda un tema tan complejo.

Lo peor: Alguna escena con tufillo a americanada.

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