viernes, 20 de febrero de 2009

La Duda: Ocho monjas sin piedad


Decía Poe que la felicidad no está en la ciencia, sino en la adquisición de la ciencia. Es la pregunta un motor, un fuego y un faro, un propósito que admite destino o vuelta atrás, pero no asentamiento en las afueras de ninguna parte. La duda es la anilla de la lata que se rompe antes de poder abrirla, la pelota de tenis que en Match Point quedaba suspendida, las penúltimas notas de una melodía de Mozart, arenas movedizas, tempestad, el filo de la navaja que precede a la sólida certeza.

Los hay que viven en esa tierra de nadie, los que lo saben todo o los que no saben nada, unos por hábito, otros por reivindicación. Así rellenamos las piezas que faltan a la realidad con retazos pretéritos y subjetividad condicionada a un contexto muy probablemente distinto al que creemos estar conectando. Hijos del orgullo, paladines de la soberbia, esclavos de la rectitud, plegad velas y retomad vuestra travesía por las rutas de la humildad en pro de tierra firme sobre la que posar vuestras conciencias.

El padre Flynn (Philip Seymour Hoffman) es el vibrante y carismático sacerdote de la parroquia de San Nicolás en el Bronx. Su trato cercano a los alumnos y el intento de cambiar las estrictas normas del colegio harán que su relación con la directora del colegio sean tensas. Dicha tensión llevarán a Aloysius Beauvier (Meryl Streep), la directora con mano de hierro que cree firmemente en el poder de la disciplina, a pedir a sus compañeras que vigilen de cerca al padre Flynn. Vientos de cambio político están barriendo la comunidad, y de hecho el colegio ha aceptado a su primer alumno negro, Donal Millar.

Será entonces cuando la hermana James (Amy Adams), le comente a la hermana Aloysius sus sospechas de que el padre Flynn presta "demasiada atención" a Donald. La superiora comenzará una cruzada personal para sacar a la luz la verdad y expulsar a Flynn del colegio por abusar del alumno. Sin una sola prueba aparte de su convicción moral, la hermana Aloysius iniciará una batalla con el padre Flynn, que amenazará con consecuencias irrevocables.

La duda es la adaptación de la obra de teatro de John Patrick Shanley, con guión y dirección del mismo. En ella veremos como usa un tema tan actual como son los abusos infantiles por parte de miembros de la Iglesia Católica, hecho que ya nos adelanta toda una serie de tópicos que, por bien narrados que estén, no dejan de serlo. Ello no sumerge en una historia bien hilvanada pero tramposa, donde el mayor interés se haya en la personalidad de los protagonistas.

No es de extrañar, así, que el reparto sea el que destaca en La duda, con un elenco donde destacan Philip Seymour Hoffman y Meryl Streep, secundados por Amy Adams y Viola Davis, todos ellos nominados al Oscar. En ese terreno es donde el film destaca, con una clara definición de los personajes donde el metraje se apoyará en el diálogo entre sus dos protagonistas. Eso la acerca más a Frost/Nixon que a Doce hombres sin piedad.

Y es que la principal cojera de La duda es precisamente su sencillez, donde los hechos nos son demasiado claros para condenar al párroco y su antítesis demasiado recta como para plantearle un conflicto moral. El conjunto no logra que nos impliquemos debido a que no nos hace dudar, más allá de la posición que tome el espectador no hay datos ni personajes que apoyen una visión contraria dentro del film. Así es como nos encontramos cavando en la propuesta, en busca de petróleo narrativo que sólo cobra un sentido al final.

La duda llega tarde como film de denuncia, y no parece jugar esas cartas. Resulta floja como drama y más allá de las excelentes interpretaciones, la cinta de John Patrick Shanley deja frío al espectador. No existe una resolución, y el conflicto en los personajes sólo asoma en los secundarios, siendo más un viaje sobre raíles que pese a todo, se hace breve. En éste caso, la adaptación de una obra de teatro no acaba de cuajar en pantalla, antojándose escasa en manos de un director cuyo único trabajo anterior es Joe contra el volcán.

En definitiva, un film correcto, excelentemente interpretado y que no aburre. Más alla no busquemos porque nadaremos sobre hielo, con el mismo apasionamiento con el que nos sellan el ticket de un parking. Un film que trata un tema tan serio, con tan grandes actores, debe invitar a la reflexión, y no es el caso.

Lo mejor: Viola Davis, aire fresco en la narración.

Lo peor: Se olvida por completo del espectador y remata con un final que debería haber sido el motor del film.

El dato: El papel de Viola Davis lo quiso Oprah Winfrey, pero ni siquiera tuvo una audición, mientras que Natalie Portman rechazó el papel de la hermana James.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

¿Por qué es tramposa?

Yo creo que vi otra película diferente a la mayoría de los comentarios que leo.

La duda no es un film de denuncia, efectivamente. Pero es un ejemplo de lo que una adaptación teatral al cine debería ser.
El elemento "Sed de mal", el de Quinlan, ése de "confío en mi instinto y casi no necesito pruebas", me encanta.
También me parece una película muy feminista.
Los 3 actores están maravillosos, se merecen un Oscar cada uno.
Se habla mucho de Viola Davis por su intenso pero brevísimo papel.
Yo me quedo con Amy Adams. Espero que se lo den a ella.

Redrum dijo...

Tramposa porque da un cierre que debía ser motor del film. Nos vende a una monja estricta y cerebral, para luego desmontarla en la escena final.

El elemento que comenta me parece genial, cuando eso lleva un proceso, y no lo dan mascado como en La Duda, que sólo faltaba una escena con párroco y niño desnudos, y una explicación lógica para ello.

Amy Adams está soberbia, pero Viola Davis se apropia de la cámara de manera asombrosa en su pequeña intervención. Añadir el mérito de merendarse en dicha escena a Meryl Streep!

¡1 saludo y gracias por comentar!