El ser humano es, esencialmente, un animal caótico, una criatura de los azares. Pese a dictados morales, leyes y gobiernos basta (a veces) sólo un pretexto para recordarle el centro del universo, por encima del bien y el mal. Más fácil resulta esa transición si el sujeto se ve arrastrado y protegido por una masa que le brinda anonimato y superioridad (numérica y moral), dando rienda suelta a su ira. Esa ira, capada y condenada socialmente, se aparece con carácter lúdico, como excursión al extrarradio de lo cotidiano, como realización de las fantasías de un barbero cualquiera soñando con rajar gaznates de hombres acomodados.
Y la violenta espiral se convierte en parque temático del ser humano liberado de ser ciudadano, donde la libertad de uno no la marca el vecino sino la conciencia, como inocente caramelo que contagia y empacha. Pero los motivos impostados de la masa poco tienen que ver con la lícita ira del individuo cuya experiencia con la muerte torna su bondad amorosa en ciega venganza. Partes del alma también son susceptibles de arder.
Jugamos a buscar ser algo más que anónimos, escondidos en la masa y aprovechando la oportunidad de ser más que el resto, condicionados, como animales sociales que somos. Así nuestro protagonista busca el anonimato de una vida como la de todos, sintiéndose superior a sus hermanos por ser honrado. La mujer del barbero vive su caduca gloria de poseer la noticia antes que sus iguales, o el vulgar policía de creer haber cumplido su deber cuando éste llena portadas de diarios.
Y sangre llama a sangre, se inyecta en la mirada y todo se torna rojo, sin pasado ni más propósito que buscar mejilla ajena a la que devolver el golpe. Si el crimen es propósito y no resultado, ley e ira miden el castigo con diferente rasero, en una justicia hecha a medida de uno mismo pero igualmente crimen para quienes nos rodean. De nuevo la navaja sobre el gaznate y la llamada violenta reprimida más por la llamada social que por la moral muerta junto a un perro en una celda.
De todo eso nos habla Lang, adaptando junto a Barlett Cormack la historia de Norman Krasna. Un sistema de valores que se viene abajo con una mínima excusa, el pueblo que se siente fuerte e importante para desafiar la ley de uno, de los pequeños hechos que desencadenan grandes tragedias, de la vida de Joe rasgada de arriba a abajo por una sospecha y para diversión de muchos, de la delgada línea que separa cordura de locura.
Pero en las grandes historias siempre triunfa el amor, y esa la conclusión de Furia, dejando la trama penal en el aire después de haberse articulado el film sobre los bajos instintos de los protagonistas. El film arranca y finaliza con la esperanza de dos frente a una multitud, del poder de construir frente al de destruir, y del cine usado como arma de la verdad.
Y la violenta espiral se convierte en parque temático del ser humano liberado de ser ciudadano, donde la libertad de uno no la marca el vecino sino la conciencia, como inocente caramelo que contagia y empacha. Pero los motivos impostados de la masa poco tienen que ver con la lícita ira del individuo cuya experiencia con la muerte torna su bondad amorosa en ciega venganza. Partes del alma también son susceptibles de arder.
Jugamos a buscar ser algo más que anónimos, escondidos en la masa y aprovechando la oportunidad de ser más que el resto, condicionados, como animales sociales que somos. Así nuestro protagonista busca el anonimato de una vida como la de todos, sintiéndose superior a sus hermanos por ser honrado. La mujer del barbero vive su caduca gloria de poseer la noticia antes que sus iguales, o el vulgar policía de creer haber cumplido su deber cuando éste llena portadas de diarios.
Y sangre llama a sangre, se inyecta en la mirada y todo se torna rojo, sin pasado ni más propósito que buscar mejilla ajena a la que devolver el golpe. Si el crimen es propósito y no resultado, ley e ira miden el castigo con diferente rasero, en una justicia hecha a medida de uno mismo pero igualmente crimen para quienes nos rodean. De nuevo la navaja sobre el gaznate y la llamada violenta reprimida más por la llamada social que por la moral muerta junto a un perro en una celda.
De todo eso nos habla Lang, adaptando junto a Barlett Cormack la historia de Norman Krasna. Un sistema de valores que se viene abajo con una mínima excusa, el pueblo que se siente fuerte e importante para desafiar la ley de uno, de los pequeños hechos que desencadenan grandes tragedias, de la vida de Joe rasgada de arriba a abajo por una sospecha y para diversión de muchos, de la delgada línea que separa cordura de locura.
Pero en las grandes historias siempre triunfa el amor, y esa la conclusión de Furia, dejando la trama penal en el aire después de haberse articulado el film sobre los bajos instintos de los protagonistas. El film arranca y finaliza con la esperanza de dos frente a una multitud, del poder de construir frente al de destruir, y del cine usado como arma de la verdad.
4 comentarios:
Siempre me han fascinado las historias del hombre corriente, moliente y buena gente que, sin comerlo ni beberlo, se mete en un fregado de aupa.
Pese al forzado y presuroso final, la peli merece la pena.
Muy buen post.
Aunque no me queda claro cuánto le ha gustado la película.
jajajaja! Pero Mr.Lombreeze ¿no estábamos de acuerdo en que la crítica al uso era aburrida? No me felicite, al contrario, me disculpo y lo reconozco como un texto flojo.
Siempre se dice que a los personajes hay que ponerlos más allá del límite que pueden aguantar, y en este caso lo hace de sobras.
El film me gustó, sobretodo la primera mitad que me entusiasmó por su credibilidad. La segunda mitad ya me conveció menos, aunado al desenlace.
1 saludo y gracias por comentar!
Pues yo no veo la entrada nada floja. Me ha gustado mucho, quizá porque como adoro el cine clásico, ya voy predispuesta a disfrutar todo aquello cuanto lea de él. Bueno... y porque realmente está muy bien y muy completita.
Muhcísimas gracias, Guinda! Pero sí la reconozco como floja, he tenido días más inspirados. Mañana publico una reseña de Breathless de la que estoy mucho más orgulloso ;)
Me alegro que te haya gustado el texto! Cada vez me parece más interesante eso, escribir para quien ha visto el film y busca algo más que una reseña al uso, y una nota.
1 saludo y gracias por comentar!
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