Existen dos visiones distintas del sistema en el díptico firmado por Jose Padilha: como placebo y como excusa. Enfundados en la piel del capitán Nascimento vivimos la lucha contra el mercado de la droga en la favelas brasileñas de Río de Janeiro. El BOPE trabaja más allá de lo ético y lo legas para combatir aquello más allá de lo ético y lo legal, pero son los motivos a ambos bandos los que los diferencian, mientras ese ente llamado sistema (grupo de gente que decide) capea su incapacidad para afrontar el problema restando notoriedad a las intervenciones militares del comando del capitán Nascimento. Así, el sistema justifica la necesidad del BOPE mientras ejerce de apagafuegos ante la opinión pública, siendo el sistema casi un aparato al servicio de una organización con un objetivo tan claramente definido que los desvíos intencionales parecen disiparse en un férreo pensamiento único.
Sin embargo, la secuela eleva de rango a Nascimento para dotarlo de perspectiva ante el funcionamiento interno del sistema, demostrando que la mierda flota y asciende capa a capa los estratos sociales de Río de Janeiro. Si el BOPE mira hacia abajo se encuentra a si mismo como remedio, pero si mira hacia arriba se descubre como excusa para permitir el mismo tipo de contrabando contra el que lucha, pero en su propia casa. Nascimento conoce tanto ideales como enemigos, y por ello hiere al sistema desde dentro, dejando que se desangre y aceptando que la mierda que sube volverá a caer sobre las cabezas de los inocentes. Ambos retratos resultan maniqueos (más en palabra que en acto), pero con ello se alcanza un equilibrio donde el BOPE, moralmente, adquiere significado.
Richardson aborda de manera diferente la lucha contra el sistema en La soledad del corredor de fondo, vistiendo de rebelde a su protagonista. En ella no existe propiamente el sistema, sino que es el propio mundo quien no parece dar cobijo a Colin, liberado de la ley familiar (el padre) pero sometido a la ley nacional (policía) en ese tránsito a la supuesta madurez que supone liberarnos del yugo paternal. Así es como su lucha no tiene más objetivo que perpetuarse hasta hacer indistinguibles correr de huir, pulmones de perseverancia. De esta manera no expone hechos sino que se apoya en un contexto socio-cultural inherente al espectador, alineando estados anímicos y no motivos o excusas, para perfilar, no a un protagonista estático en su evolución, sino al sistema que representa el centro de menores junto al propio grupo de reclusos. No hay empatía hacia uno u otro bando porque ambos nadan a favor de corriente, mientras Colin carga sobre sus espaldas (sin justificación explícita) los males de ambas posturas.
No hay guerra en el film de Richardson, sino una mera batalla a ganar sabiendo que la única victoria final es pariente cercano de la vista en Quadrophenia. El motor de La soledad del corredor de fondo no es el activismo sino el pesimismo, hermanándose así con La evasión y asumiendo que el individuo es impotente si no forma parte de un colectivo. No eran tiempos para héroes, ni lo siguen siendo, sino que el mártir se convierte en el catalizador o el chivo expiatorio en sociedades del bienestar donde el anonimato del vecino no es motivo suficiente para abandonar nuestro sillón, donde la comodidad es más importante que la justicia y la gente como yo nos engañamos al creer que escribir sirve de algo. Por eso el film de Richardson goza de mejor madurez de la que le espera al film de Padilha.
7 comentarios:
Sensacional, dos de mis films preferidos y encima relacionadas como sólo usted sabe hacer...
Bravo, Bravo y Bravo...!!!
Leñe, qué ojo el mío! Gracias Mr.Mierdas, me alegro que le haya gustado!!!
Mola unir apuestas muy diferentes que comparten una temática parecida.
1 saludo y gracias por comentar!
Yo no comparto tu conclusión final o, mejor dicho, no comparto tu visión del concepto de buena vejez de las películas. Creo que los BOPE envejecerán mejor ante los ojos del público general, sobre todo la primera parte, cuyas dosis de acción la harán siempre más atractiva para más espectadores que el pesimismo de un rebelde jovenzano británico de los 60. La soledad del corredor de fondo es hija de su tiempo y se le nota, aunque sus tics no tengan nada de malo. Es cierto que es una película que es más de lucha de clases y de conflicto generacional que de lucha contra el sistema, como tú dices.
Tampoco creo que las Tropas de Élite retraten a los BOPE maniqueícamente (existirá esta palabra?), aunque sí que muestra personajes no maniqueos, sino de pensamientos maniqueos, pero es que hay gente en el mundo que piensa así, que piensa en blanco y negro.
En cualquier caso, tres films excelentes.
El sistema es el grupo de gente que decide + el grupo de gente que le apoya porque les conviene perpetuar esas decisiones.
RATMRATMRATMRATMRATMRATMRATMRATMRATMRATM
RATMRATMRATMRATMRATM
RATMRATMRATMRATMRATM
RATMRATMRATMRATMRATM
RATMRATMRATMRATMRATM
RATMRATMRATMRATMRATM
RATMRATMRATMRATMRATM
RATMRATMRATMRATMRATM
RATMRATMRATMRATMRATM
RATMRATMRATMRATMRATM
RATMRATMRATMRATMRATM
RATMRATMRATMRATMRATM
RATMRATMRATMRATMRATM
RATMRATMRATMRATMRATM
Hmmmm... not agree del todo, Mr.Lombreeze. Si hablamos del público en general, de acuerdo, pero al reducir a nulo su mensaje y dejarla en un film de acción. Por eso entiendo que el film de Richardson tiene más recorrido, porque su mensaje es más duradero/universal.
Sí, soy pesimista, y en eso poco podemos discutir.
El maniqueísmo al que me refiero no lo aplico al BOPE, sino a los dos bandos que le dan vida: drogas y política. Con mi pésima memoria le diría que solo recuerdo al presentador aquel de TV, que es un personaje plano en todos los sentidos, aunque no niego que la vida dé cobijo a gente así. De hecho creo más que justificado ese maniqueísmo en el film para precisamente darle sentido cinematográfico al BOPE, sin poner en duda un solo momento su necesaria existencia y ser el núcleo de la narración.
Más crítico lo veo en La soledad del corredor de fondo, que a ratos es más naïf.
1 saludo y gracias por comentar!
Y de qué debemos hablar siempre si no es del público en general?. Recuerda los 6 criterios de Jullier para darle el título de "buena" a una peli: Éxito del film, técnica, edificación, emoción, originalidad y coherencia.
El mensaje de Richardson es más universal para una minoría?, bonita paradoja.
Entonces al público en general ni le interesa lo que expongo sobre ambos films ni va a dar más vueltas sobre lo que acontece en pantalla en ambos films. Y ojo, no lo reduzco a un "la gente es tonta" sino que, si la al cine se acude para entretenerse, Tropa de elite es un film de acción y La soledad del corredor de fondo es un aburrimiento.
Ojo, no valore la universalidad solo a lo ancho, sino también a lo largo. El film de Richardson ya tiene muchos añitos y ahí sigue siendo importante, solo que hoy día se consume mucho más cine.
De hecho Tropa de elite barre en número de votos al film de Richardson en Filmaffinity e IMDb, pero su secuela la ha visto menos gente que La soledad del corredor de fondo. Significativo, ¿no?
Luego si entramos en criterios para valorar un film, pues ya se puede liar parda. Pero me sigue pareciendo innegablemente más universal la lucha de clases que la lucha contra la corrupción.
1 saludo y gracias por comentar!
En lo de que es más universal el tema de la lucha de clases que el de lucha contra la corrupción estoy completamente de acuerdo.
Publicar un comentario