... y la toma con el más allá. Y es que Reflejos bien podría ser el arranque de la 7ª temporada de 24, con Kiefer Sutherland haciendo un papel muy similar al que tan buenos resultados le ha dado en la pequeña pantalla. Todo ello viene de la mano de Alexander Aja, después de su remake de Las colinas tienen ojos, y co-firmar el guión de P2.
En este caso Aja se nos lanza con otro remake, dirigiendo y escribiendo el guión de la adaptación de la surcoreana El otro lado del espejo, de 2003. Film flojo donde lo único destacable era su alejamiento de la tecnofobia presente en tantas producciones asiáticas. Y es que ya no nos atacan móviles, televisores o lavadoras, sino que el mal se haya en los espejos, elemento ciertamente inquietante. Pero como sabéis, sabios lectores, un inquietante set de rodaje lleno de espejos no salva por sí solo un film entero.
Ben Carson (Kiefer Sutherland) lleva un año retirado del servicio. Vive con su hermana (Amy Smart) y su propia adicción al alcohol mientras intenta reconciliarse con su mujer (Paula Patton) y encontrar un trabajo. La oportunidad surge como vigilante nocturno en un centro comercial abandonado donde pronto verá que los espejos esconden un oscuro secreto.
Los espejos pronto le exigirán la búsqueda de un nombre, "Esseker", mientras atacan a sus seres cercanos. Con todo el mundo creyéndole loco, el se verá envuelto en una desesperada búsqueda que apacigüe la ira de los espejos y ponga a salvo a su familia.
Dudo que alguien pudiera esperar algo realmente novedoso en este film, donde el mayor reclamo es su protagonista. Tito Kiefer cumple con creces en ese papel de policía atormentado, pese a algún momento excesivo. Con un actor solvente, de primera línea, tienes asegurado un alto porcentaje de taquilla, y como es habitual, el resto es relleno.
Gran parte del metraje recurre al sobresalto, al susto fácil, y a las dichosas palomas casi obligatorias en todo film del género. Sin embargo la atmósfera en la que se desarrollan gran parte de los hechos sí llega a inquietar, así como parte de la trama no deja de ser interesante al espectador. El problema viene por el manido uso de las imágenes en los espejos, tan poco impactantes como vemos en el mismo arranque de la cinta.
Y es que si bien la labor de dirección de Aja es eficaz, el guión es llano y previsible, dejando toda la fuerza en elementos visuales. La historia despierta interés por inercia, y salvo la escena de la bañera de Amy Smart (con desnudo gratuito incluido), el resto sucede sobre raíles. Y lo peor llega cuando el recurso de los espejos se agota, y deciden incluir los reflejos como elemento maligno, denotando una falta de ideas alarmante.
Bien, con todo esto tenemos claro que Reflejos no es un film memorable, ni novedoso, sino escasamente correcto. Con ello, dispuestos a pasar un rato de tensión, es una buena opción y ligeramente distinto a lo que el género de terror ha ido ofreciendo últimamente. Si asumimos que lo inexplicable no acaba en lo paranormal de los acontecimientos, disfrutaremos de un rato de miedo junto al entrañable Tito Kiefer.
En definitiva, para incondicionales de 24, amantes del susto fácil, indecisos de taquilla, eisoptrofóbicos sin remedio y todos aquellos que sólo pidan llevarse algún sobresalto. Un film que explota lo poco que tiene y del que lo mejor que se puede decir es que ni aburre ni se hace largo.
Lo mejor: Jack Bauer.
Lo peor: La inclusión del agua como elemento peligroso, casi al final del film. La pésima adaptacion de la obra de Albéniz.
El dato: Varios fallos fácilmente visibles. Queda claro que no hay luz en el centro comercial, pero Ben no duda en dar la luz en los pasillos inundados, y funciona. Al final de la cinta, Ben sólo ve reflejos, rótulos invertidos, etc. Pero el presupuesto no debió llegar para comprar coche ingleses ya que los conductores siguen estando a la izquierda.
En este caso Aja se nos lanza con otro remake, dirigiendo y escribiendo el guión de la adaptación de la surcoreana El otro lado del espejo, de 2003. Film flojo donde lo único destacable era su alejamiento de la tecnofobia presente en tantas producciones asiáticas. Y es que ya no nos atacan móviles, televisores o lavadoras, sino que el mal se haya en los espejos, elemento ciertamente inquietante. Pero como sabéis, sabios lectores, un inquietante set de rodaje lleno de espejos no salva por sí solo un film entero.
Ben Carson (Kiefer Sutherland) lleva un año retirado del servicio. Vive con su hermana (Amy Smart) y su propia adicción al alcohol mientras intenta reconciliarse con su mujer (Paula Patton) y encontrar un trabajo. La oportunidad surge como vigilante nocturno en un centro comercial abandonado donde pronto verá que los espejos esconden un oscuro secreto.
Los espejos pronto le exigirán la búsqueda de un nombre, "Esseker", mientras atacan a sus seres cercanos. Con todo el mundo creyéndole loco, el se verá envuelto en una desesperada búsqueda que apacigüe la ira de los espejos y ponga a salvo a su familia.
Dudo que alguien pudiera esperar algo realmente novedoso en este film, donde el mayor reclamo es su protagonista. Tito Kiefer cumple con creces en ese papel de policía atormentado, pese a algún momento excesivo. Con un actor solvente, de primera línea, tienes asegurado un alto porcentaje de taquilla, y como es habitual, el resto es relleno.
Gran parte del metraje recurre al sobresalto, al susto fácil, y a las dichosas palomas casi obligatorias en todo film del género. Sin embargo la atmósfera en la que se desarrollan gran parte de los hechos sí llega a inquietar, así como parte de la trama no deja de ser interesante al espectador. El problema viene por el manido uso de las imágenes en los espejos, tan poco impactantes como vemos en el mismo arranque de la cinta.
Y es que si bien la labor de dirección de Aja es eficaz, el guión es llano y previsible, dejando toda la fuerza en elementos visuales. La historia despierta interés por inercia, y salvo la escena de la bañera de Amy Smart (con desnudo gratuito incluido), el resto sucede sobre raíles. Y lo peor llega cuando el recurso de los espejos se agota, y deciden incluir los reflejos como elemento maligno, denotando una falta de ideas alarmante.
Bien, con todo esto tenemos claro que Reflejos no es un film memorable, ni novedoso, sino escasamente correcto. Con ello, dispuestos a pasar un rato de tensión, es una buena opción y ligeramente distinto a lo que el género de terror ha ido ofreciendo últimamente. Si asumimos que lo inexplicable no acaba en lo paranormal de los acontecimientos, disfrutaremos de un rato de miedo junto al entrañable Tito Kiefer.
En definitiva, para incondicionales de 24, amantes del susto fácil, indecisos de taquilla, eisoptrofóbicos sin remedio y todos aquellos que sólo pidan llevarse algún sobresalto. Un film que explota lo poco que tiene y del que lo mejor que se puede decir es que ni aburre ni se hace largo.
Lo mejor: Jack Bauer.
Lo peor: La inclusión del agua como elemento peligroso, casi al final del film. La pésima adaptacion de la obra de Albéniz.
El dato: Varios fallos fácilmente visibles. Queda claro que no hay luz en el centro comercial, pero Ben no duda en dar la luz en los pasillos inundados, y funciona. Al final de la cinta, Ben sólo ve reflejos, rótulos invertidos, etc. Pero el presupuesto no debió llegar para comprar coche ingleses ya que los conductores siguen estando a la izquierda.
4 comentarios:
Lastima que Aja haya decepcionado, igualmente tendre que verla.
A ver, entretenida es, simplona también... Me deja la misma sensación que su debut, un "bueno, no está mal..."
¡1 saludo y gracias por comentar!
Jaja, de lo de los coches me di cuenta, y eso que era casi lo más facil, eso o invertir el escenario...
El final es un poco decepcionante, no me lo esperaba de ese pelo mezclando el exorcista con videojuegos, etc.
http://la-pagina-negra.blogspot.com/2008/10/reflejos-cuando-miras-al-espejo-y-el.html
Jajajaja! Una chapuza, ciertamente, que se perdonaría si fuera más majo el film. Pero no lo es...
y hombre, ponme los links con tags, que queda mucho más cuco de leer y te ahorras un copiar/pegar.
La página negra
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