Hace poco escuchaba a Alex de la Iglesia quejarse sobre la tendencia de los directores a nombrar grandes títulos y cineastas al ser preguntados por sus influencias. Él sostiene que todo el cine nos influye, y que el aprendizaje por comparación es bidireccional, aprendiendo tanto de lo bueno tras visionar lo malo, como de lo malo tras visionar algo bueno. Y es que es muy habitual en nuestra vida cinéfila el encadenar grandes obras con films desastrosos, y pese a no ser capaces de definir unánimemente qué es el cine (menos aún si es bueno o malo), nos vemos capacitados muchas veces para afirmar la universal calidad de una cinta.
El film que nos trae hoy aquí, Rusalochka, es desastroso sin ningún género de dudas, mostrando esas ganas e ilusión hacia un proyecto que el talento no ha sabido darle un sello más profesional. Y es que por mucho que nos quejemos de la calidad media de los films que llegan a cartelera, no podemos negar que la gran mayoría cumple unos mínimos en cuanto a la manera en que están rodados, ya que es complicado que de entre todo el equipo técnico nadie tenga idea del aspecto final que un film debe tener, un mínimo conocimiento del lenguaje narrativo.
Este no es el caso de la versión rusa de La Sirenita, cuyo aspecto amateur se aleja de la intencionalidad de Pink Flamingos para ahondar en el "quiero, pero no sé cómo". Y con ello, es uno de los films de los que más he aprendido en el último año, suponiendo un reto el reconocer escenas muy mal grabadas e identificar cuál es el fallo, comparando el hacer de su director con el de otros a cuyo trabajo no prestamos especialmente atención y por lo tanto no entendemos qué han hecho bien. Y es que el término amateur no tiene porqué ir ligado únicamente al presupuesto de un film, como en este caso, sino también al talento de todo un equipo técnico que contando con más medios que, por ejemplo, Amenábar en Tesis, presentan una serie de errores y sinsentidos tan ilustrativos como la obra de Dan Brown.
Sobre el guión no existe tanta problemática ya que se basa en el célebre cuento de Hans Christian Andersen. Pese a eso el film se llena de muchas escenas de transición y otras tantas de situación, alargadas y numerosísimas por el simple hecho de buscar la vistosidad dentro de la propuesta, donde la cámara no selecciona lo importante sino que intenta abarcar todo, sin acertar plenamente en los cambios de punto de vista. Un ejemplo de ello lo tenemos en la siguiente escena:
La escena empieza con un plano que nos sitúa en el torneo por el que dos pretendientes se disputarán la mano de la princesa, pero el zoom no nos acerca sino que nos aleja, para después mostrarnos de cerca al trompetista, rompiendo la lógica visual. Después en plano fijo tenemos a los aldeanos cuando comienza un travelling que se corta al poco de arrancar, cambiando a un plano fijo de un hombre ciego. De nuevo se rompe la lógica visual con una serie de tomas mal montadas que muestran las ganas del director por mostrar todo lo posible. Lo mismo sucede con el ingenioso plano por debajo de las piernas del bufón bailarín, intentando encuadrar a los cómicos a los que acaba decapitando visualmente. El plano del escenario que le sucede cambia, de pronto, a uno de la princesa en un zoom que nos devuelve a la imagen del escenario que teníamos antes.
Usar zooms tan exagerados no es conveniente, aunque puestos a usarlo era mejor no cortar la escena sino ampliar la imagen de la princesa. Después tenemos la supuesta conexión visual entre princesa y caballero, con el problema que al príncipe no se nos lo ha situado en la escena y que los dos primeros planos que de él se suceden tienen distintos fondos. Esa elección confunde la situación que del caballero podemos tener ya que la información la presuponemos. Algo parecido al plano en que la sirena se queda mirando al príncipe partir a la lucha, hacia su caballo, donde se nos pone en su punto de vista y sin cambiar el lugar al que mira se nos muestran varias escenas hacia las que supuestamente está mirando.
Ahora vayamos a una escena más sencilla, en la que el príncipe sabiéndose engañado busca calmar sus penas a la vera del mar.
Empieza de nuevo con un zoom que nos aleja del personaje a la vez que él mismo se aleja de la cámara. Más allá de que tenga sentido o sea imperiosa la búsqueda de ese encuadre, la escena no parece natural por el uso de dicho zoom. Una vez tenemos el personaje a lo lejos escuchamos las voces en su cabeza, pero la distancia marcada no ayuda a que la instrospección hacia el personaje funcione. El montaje en el siguiente corte ayuda aún menos ya que nos topamos con el personaje, de repente, en movimiento tras estar estático, y de paso volvemos a rematar con un zoom que lo aleja de cámara. Más allá de que sea correcto o incorrecto, es antinatural y carece de sentido.
Y para terminar os dejo con mi escena favorita del film, una de aquellas ideas que en la cabeza parece portentosa pero visto el resultado final no deja de ser mediocre, aunque gracioso.
El primer problema que salta a la vista es la variación en la situación temporal, ya que parece que saltemos entre el día y la noche, aunque el film sitúe ese momento al amanecer. Obviamente las imágenes submarinas condicionan el rodaje, aunque el resultado despista al espectador. De la misma manera que la idea de grabar el Rey Tritón tocando el violín bajo el mar tiene mérito como idea, el mismo que el del actor interpretando entre medusas, el resultado final no deja de ser mediocre y forzado.
En definitiva, Rusalochka no deja de ser un film muy amateur sacado adelante con muchas ilusión e ideas, pero con muy poco oficio. La historia no deja de ser sencilla y la forma con que la viste el director Vladimir Bychkov no la eleva ningún peldaño sino que más bien la rebaja en un excesivo y entusiasta intento por impresionar cuantitativamente al espectador, acabando por marearlo.
4 comentarios:
Nico, me has dejado flipado. No he visto esta película pero dudo que la vea xD. Es totalmente cierto que sin ver lo malo no puede apreciarse lo bueno, pero en este caso ya es demencial, jaja.
Creo que no había visto cosa semejante en muchos años, que manía que tiene el director con el uso del zoom. Es cierto que el zoom precisamente es un elemento que siempre ha sido mal usado (solo recuerdo un par de casos en manos de Visconti y Godard, que le dieron un sentido decente, aunque no brillante), y que es un elemento que no se ha sabido utilizar bien ni creo que se utilice porque nadie lo usa ya, pero en este caso es que el uso es enfermizo ( nota mental: el zoom no debe sustituir al travelling jamás xD).
En la primera escena me llama la atención lo mal construido que está el espacio, los contracampos sin sentido narrativo ni expresivo y sobretodo ese primer plano del zoom alejándose, que escapa a mi entendimiento, no se porque no puso un plano fijo general y punto.
En la segunda escena, más de lo mismo, si bien es cierto que no siempre que un personaje entra en un intimismo debemos acercarnos a él (precisamente si se busca no empatizar con él por X motivos), en este caso parece claro que eso busca, potenciado por un elemento espacial (las olas del mar) muy mal utilizado si buscaba mostrar la perturbación del personaje, ya que entonces si que buscaba penetrar en su emoción. Sobre el siguiente plano en el cual no respeta ni tan siquiera el mínimo de grados necesario para que no salte...sin comentarios. Y de nuevo zooms, jaja.
La última no es tan mala como las dos primeras, pero carece de progresión, y ahí la cagada es mayúscula porque entonces no se para que pretende emocionar con ese debajo del mar. El tema de la noche cerrada o más abierta podría no estar mal depende el contexto, pero sin ver la peli no puedo opinar. De hecho, en Rebelde sin causa, en los últimos planos, el personaje de la sirvienta negra tiene un cielo completamente negro cerrado a su espalda, mientras el resto de planos tiene un atardecer (en ese caso para mostrar la caida de la oscuridad sobre el personaje más afectado por aquella muerte), pero viendo lo que he visto....me juego lo que sea que en este caso es simplemente un fallo de cálculo. Fijo que si, jaja.
Me ha gustado la entrada, da ánimos ver gente tan mala haciendo pelis jaja.
Saludos!!
Osti Iván, ¿flipado por? ¿No creías que sería tan malo el film?
La manía del director con el zoom es constante, como puedes ver en el segundo video. Dos planos seguidos, los dos con zoom alejándose. Y las burradas se suceden durante todo el film, pero al ver que todo eso chirría para mí supone un reto ver qué falla, teniendo en cuenta mis nulos conocimientos técnicos.
Por cierto, casualidad, pero hoy he visto Al final de la escapada, donde hay una escena "Rusalochka style" y sí funcionaba, por próposito y naturalidad.
La primera escena que he puesto dura casi el triple, os he ahorrado la batalla porque sinó os da un patatús.
Lo que comentas de las olas es cierto, pero ni creo que contara con utilizarlas como algo más allá de lo estético.
El tercer video es el que sucede antes dentro del film, y aunque no sea el más demencial, al verlo ya me quedó claro lo que me esperaba. Tenía algún detalle lúcido, pero el resultado era una locura absoluta. Esa escena venía precedida por tomas de sirenas nadando con su coreografía, eso sí, ocupando un cuarto del encuadre.
Jajajaja! Me alegro que te haya gustado, y sí, desde luego anima que se de la oportunidad a gente con tan poco talento, o ganas, o yo qué sé... Pero sinceramente, creo que es un film digno de estudio en las escuelas.
1 saludo y gracias por comentar!
Si si, por eso, por ser tan mala, como no la conocía no sabía como era xD.
Y lo otro suele pasar, seguramente no será lo mismo este director que el francés, jeje, pero fíjate tu que dos extremos conviven en un mismo oficio.
El estudio sería interesante, si , jaja.
Saludos!
Eso le pasa por visionar películas que nadie le ha recomendado. Y encima se atreve a meterse con la literatura de Dan Brown!! Pero es que, que esperaba de esta Rusa-loca, si es que...
Aquí tiene un pequeño corte de una obra maestra: http://www.youtube.com/watch?v=krueOmpVCAo
"La feina ben feta, no té fronteres... ni té rival"
Saludos!
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