No es que sea santo de mi devoción el film, pero reconozco el valor como momentazo que tiene su escena final, que con la habitual parquedad de Weir cierra el film. No hay necesidad de decir más... Como curiosidad, comentar que fue la primera que se rodó, ya que Weir quería tener claro y fijado cuáles serían los pupitres de cada uno de los alumnos.
4 comentarios:
¡Oh Capitán, mi Capitán!
Una de las mejores secuencias que he visto en mi vida.
Saludos !!
Ostia Ramón, tanto como eso no diría. Sí es muy emocionante, la verdad. Hoy he revisado El show de Truman y Master & Commander, y tienen varias escenas memorables.
1 saludo y gracias por comentar!
Esta peli si es santo de mi devoción...total y absoluta...
Batallita....a mi me castigaron en el colegio por subirme a una mesa y gritar Carpe diem...las monjas no entienden ese concepto
Jajajajaja! Leñe, qué impresionable era de joven, caballero!!!
Por otro lado, sabía que le gustaria ;)
1 saludo y gracias por comentar!
Publicar un comentario