jueves, 16 de octubre de 2008

Condorman: Cuando el videoclub era una fábrica de sueños


Cierto que éramos jóvenes e impresionables y que bajar al videoclub era una experiencia onírica. Tan cierto como que muchas de aquellas producciones conservan la magia de la que carecen muchos films de hoy día, tan superlativos. Condorman, cinta de 1981 salida de la factoría Disney, con coches veloces, persecuciones por tierra y mar, romance y un héroe que se disfraza y vuela son elementos obligatorios en nuestro siglo, pero hace más de dos décadas una producción así significaba una tarde de domingo inolvidable.

Dirigida por el televisivo Charles Jarrott, y protagonizada por Michael Crawford (sí, le habéis visto cogiendo la mano de Barba Streisand en Hello Dolly!/Wall·E), la futura chica Bond Barbara Carrera y un peso pesado de la interpretación como era Oliver Reed. Tal reparto muestra la seria apuesta de Disney por un film de aventuras para toda la familia, políticamente correcto en todo, sin sangre ni sexo, pero con disparos, persecuciones y amoríos.

Woody Wilkins (Michael Crawford) es un dibujante de cómics cuyo sueño es dar vida a su héroe Condorman. Casualidades de la vida, un amigo suyo (James Hamptom) que trabaja para la CIA necesita de su ayuda para una misión con civiles, donde quedará embelesado por Natalia (Barbara Carrera).

Lo que parece una misión sencilla se complica y pondrá a prueba las azarosas artes en la lucha de nuestro protagonista, que le harán popular a la vez que descubre que Natalia es una espía rusa. Condorman no podrá sentirse flor de un día, y su gran oportunidad vendrá al trazar el plan de fuga de Natalia de manos de la mafioso ruso Krokov (Oliver Reed).

Sin duda, el estilo de Condorman es del todo desfasado comparado con los productos en cartelera, con aquellos afortunados e infantiles protagonistas que encandilaban a las féminas y evitaban balas y mamporros. Una versión cómica y casera de James Bond, con maravillas técnicas incluidas, como el traje con el que vuela, el coche natatorio camuflado en una furgoneta, o la lancha equipada con rayos láser.

Sin olvidar la maravillosa (y repetitiva) banda sonora a cargo de Henry Mancini, otro gran nombre para este film, que incluye en su escena inicial dibujos animados que indican lo familiar de la apuesta. Y es que ni hay más ni pretende más Condorman, muy en la línea de series como El equipo A o El coche fantástico, donde los buenos siempre ganan.

Y para los que aún duden del potencial del film, reseñar las varias lanchas y coches que perecen durante el film, helicópteros y localizaciones como París o Montecarlo muestran la inversión económica de la Disney. Pese a todo, las nuevas generaciones no tienen piedad del film en la red, y lo califican con un aprobado justo tanto en Filmaffinity como en IMDb.

En definitiva, un film entretenido, sencillo en esencia y pomposo en envoltorio. Una buena muestra del cine comercial de los ochenta, cuando la improvisación aún formaba parte de la industria.

Lo mejor: La banda sonora, pegadiza hasta la médula.

Lo peor: La informal historia, que haría aguas con un mínimo de análisis.

El dato: El primer vuelo de Condorman casi acaba con la vida del protagonista, que insistió en no usar dobles y casi se ahoga en el Sena. Quiso repetir, pero el director puso un doble.

4 comentarios:

altatt dijo...

Profundamente contento me he quedado después de leer la crítica de Condorman. Y muy acertado el resumen y sobretodo el título. Que recuerdos... cuando ir al videoclub el sábado (porque así tenías la peli también el domingo) era una experiencia única. Poder escoger una peli para verla en casa, la que quisieras, la que en la portada apareciese el bicho y/o superheroe más molongui, y que fuese VHS y no BETA, eso sí...

Arrrr, todos eso me lleva a una conclusión, que viejos somos.

Bueno, pues nada, sin que sirva otra vez de precendente, muy de acuerdo con usted y con su crítica!

Viva Liam!

Machete dijo...

Ya no se hacen peliculas como esta. Los 80 fue una epoca gloriosa para este tipo de cine casposo pero con esa "magia" y efectos especiales que te hacian salir a la calle creyendote todo lo que habias visto en la pantalla. XD.

Salu2.

g. dijo...

Yo recuerdo haber visto de chico esta película y haber estado chocho todo el relato.

Recuerdo haberla visto muchas veces luego.

Me gusto leer ahora (De grande, si se quiere) una crítica de esto. Hace mucho que no pensaba en este film, y ahora me siento chico de nuevo.

Saludos.
Gracias.

Redrum dijo...

Ante todo, gracias Altatt... me preocupa saber que coincido contigo ;)

Acorde con lo que dice Machete, el videoclub era ese lugar mágico donde veíamos ficción que creíamos real... Hoy día hay demasiada fantasmada como para vivirlo como entonces, aparte de que la infancia pasó, por desgracia.

Gracias a ti G., el mérito es de Altatt que hizo la recomendación. Mi blog es para quien lo lee, y me alegro de poder llegar a la infancia de algún lector.

¡1 saludo y gracias por comentar!