El espectador busca verdad en el cine. Cierto es que no pedimos verosimilitud en el contexto, que no ponemos pegas a unicornios ni ewoks, pero sí pedimos una coherencia en los personajes. Si el protagonista es el vehículo que nos sumerge en el film, debe tener todos los papeles en regla. Por sencilla que sea la trama, al espectador le chirría desconocer las motivaciones del protagonista cuando carecen de lógica, o se siente engañado si la mala suerte de éste es demasiado casual.
Los guionistas tienden a infravalorar al espectador, abusando de conformismo ajeno y ombliguismo propio, que lleva a buscar el más difícil todavía con cojos efectismos, despreciando la innata curiosidad humana que para todo hecho busca un motivo. Este hecho nace de la propia inseguridad de un guionista que no confía en sus posibilidades, que de ser el notable payaso del circo busca la grandeza de un triple mortal sin red, y la tarde de circo se va al garete por culpa del payaso que quiso volar y acabó con el cuello roto.
De ese mal adolece la cinta de Alexander Aja, con guión del propio Aja y Grégory Levasseur, de la necesidad de dar grandeza a un film que funciona mejor cuando la rehúye. Con sugerente y elegante casquería se nos mezclan escenas que nos recuerdan la índole del producto, y cuando se ha de decidir a que puerto llega el barco, se cae en un absurdo que da etiqueta de casual a lo visto hasta entonces. Palos de ciego que no salvan un apartado formal interesante, y que los siguientes productos de Aja han servido para corroborar que el director parisino no tiene mucho más que aportar al género.
Y es que la línea que traza Alta Tensión es muy sencilla: amigas, casa en medio del campo, y asesino que aparece de la nada para darles la noche. No hay porqué pedir más a un film de terror, pero sí que sea coherente y no engañe de manera descarada al espectador, que con la habitual torpeza de las víctimas ya tenemos cubierta la cuota de inverosimilitud. Más allá queda un apartado visual cuidado, brillante por momentos, y una planificación libre de efectismos.
El film arranca con un inciso dentro de la historia, una escena que finalmente resulta importante y deliberadamente nos incitan a ubicarla equivocadamente. Así nos movemos durante el film dando por sentado unos hechos que acaban por no producirse y que ayudan a descolocar al espectador acomodado a los patrones del género. Punto para Aja, capaz de llevar el film con mano firme, creando tensión desde la sobriedad, sin caer en el susto fácil.
Ahí destaca la escena en la propia casa, realmente angustiosa, con una única concesión al engaño. En adelante el film se derrumba progresivamente y sólo recupera el tono una vez nos sabemos engañados, cuando ya sólo importa el cubicaje de hemoglobina que Aja nos pueda dar. Y es que un final no tiene porqué condenar o salvar un film, pero errores de tal calado eclipsan las posibles virtudes. Perdónenme los lectores, pero la metida de pata es comparable al final de Los Serrano.
Pero tampoco vamos a negar a Alta Tensión el situarse por encima de la gran mayoría de productos del estilo, reduciendo un habitual grupo a solo dos personas (el resto sólo añade rojo) para involucrar al espectador de manera directa, jugando con la tensión de saber que sólo una de esas escenas nos remitirá a la del arranque, mientras que la fórmula habitual garantiza sangre de manera continua. Aja juega a otra cosa, y las ganas de ir más allá le llevan a tropezar en un desenlace que huele a mortal apretón de gloria.
En definitiva, Alta Tensión es un buen film que deja muy mal sabor de boca, y que dista mucho de hacer a Aja merecedor del crédito que se le ha dado. Y pequeño soplo de aire fresco y destellos de un talento que no acaba de explotar, al servicio del cine de sangre y tripas, totalmente disfrutable si no esperamos más que ver cómo la pantalla se tiñe de rojo.
Lo mejor: Por no repetir la escena de la casa, la escena final del coche.
Lo peor: Queda bastante claro que el final.
El dato: Los guionistas presentaron el guión donde la identidad del asesino era revelada tras la escena del psiquiátrico, teniendo el punto de vista de Marie durante todo el film. Sin embargo, Luc Besson (co-productor) los convenció para escribir el que finalmente se rodó.
Los guionistas tienden a infravalorar al espectador, abusando de conformismo ajeno y ombliguismo propio, que lleva a buscar el más difícil todavía con cojos efectismos, despreciando la innata curiosidad humana que para todo hecho busca un motivo. Este hecho nace de la propia inseguridad de un guionista que no confía en sus posibilidades, que de ser el notable payaso del circo busca la grandeza de un triple mortal sin red, y la tarde de circo se va al garete por culpa del payaso que quiso volar y acabó con el cuello roto.
De ese mal adolece la cinta de Alexander Aja, con guión del propio Aja y Grégory Levasseur, de la necesidad de dar grandeza a un film que funciona mejor cuando la rehúye. Con sugerente y elegante casquería se nos mezclan escenas que nos recuerdan la índole del producto, y cuando se ha de decidir a que puerto llega el barco, se cae en un absurdo que da etiqueta de casual a lo visto hasta entonces. Palos de ciego que no salvan un apartado formal interesante, y que los siguientes productos de Aja han servido para corroborar que el director parisino no tiene mucho más que aportar al género.
Y es que la línea que traza Alta Tensión es muy sencilla: amigas, casa en medio del campo, y asesino que aparece de la nada para darles la noche. No hay porqué pedir más a un film de terror, pero sí que sea coherente y no engañe de manera descarada al espectador, que con la habitual torpeza de las víctimas ya tenemos cubierta la cuota de inverosimilitud. Más allá queda un apartado visual cuidado, brillante por momentos, y una planificación libre de efectismos.
El film arranca con un inciso dentro de la historia, una escena que finalmente resulta importante y deliberadamente nos incitan a ubicarla equivocadamente. Así nos movemos durante el film dando por sentado unos hechos que acaban por no producirse y que ayudan a descolocar al espectador acomodado a los patrones del género. Punto para Aja, capaz de llevar el film con mano firme, creando tensión desde la sobriedad, sin caer en el susto fácil.
Ahí destaca la escena en la propia casa, realmente angustiosa, con una única concesión al engaño. En adelante el film se derrumba progresivamente y sólo recupera el tono una vez nos sabemos engañados, cuando ya sólo importa el cubicaje de hemoglobina que Aja nos pueda dar. Y es que un final no tiene porqué condenar o salvar un film, pero errores de tal calado eclipsan las posibles virtudes. Perdónenme los lectores, pero la metida de pata es comparable al final de Los Serrano.
Pero tampoco vamos a negar a Alta Tensión el situarse por encima de la gran mayoría de productos del estilo, reduciendo un habitual grupo a solo dos personas (el resto sólo añade rojo) para involucrar al espectador de manera directa, jugando con la tensión de saber que sólo una de esas escenas nos remitirá a la del arranque, mientras que la fórmula habitual garantiza sangre de manera continua. Aja juega a otra cosa, y las ganas de ir más allá le llevan a tropezar en un desenlace que huele a mortal apretón de gloria.
En definitiva, Alta Tensión es un buen film que deja muy mal sabor de boca, y que dista mucho de hacer a Aja merecedor del crédito que se le ha dado. Y pequeño soplo de aire fresco y destellos de un talento que no acaba de explotar, al servicio del cine de sangre y tripas, totalmente disfrutable si no esperamos más que ver cómo la pantalla se tiñe de rojo.
Lo mejor: Por no repetir la escena de la casa, la escena final del coche.
Lo peor: Queda bastante claro que el final.
El dato: Los guionistas presentaron el guión donde la identidad del asesino era revelada tras la escena del psiquiátrico, teniendo el punto de vista de Marie durante todo el film. Sin embargo, Luc Besson (co-productor) los convenció para escribir el que finalmente se rodó.
6 comentarios:
Gracias por el comentario. Pasa a no estar en mi lista de pelis que quiero ver.
Saludos
No he visto Alta Tensión, pero "Las colinas tienen ojos" (la tengo reseñada) me resultó decepcionante. Por cierto me ha encantado lo del "cubicaje de hemoglobina".
Saludos sangrientos!
A mi me pareció entretenida e interesante...aunque tramposilla hacia el final...las colinas tienen ojos me pareció estupenda
De acuerdo con la reseña, de haberse dejado llevar por el punto inical, la típica historia de las chicas perseguidas por el asesino que salió de la nada, y puesta en escena de la manera en que se hizo, la calificación habría sido poco más que notable, por que ciertamente la labor técnica está bastante bien lograda, el manejo de la tensión dramática y el ritmo de la historia son efectivos y consiguen inquietar, alejándose del susto fácil como se apunta en la crítica. La matanza en la casa, la secuencia en la gasolinera, la del invernadero y la del automóvil, son buena muestra de los aciertos del film, y sobre todo que podrían ubicarlo por encima de la media en comparación con otras cintas de su género. Pero ya ese final tramposo, pretencioso, traído de los cabellos y pare de contar, no se que otro calificativo darle... se tira gran parte de lo mucho que había conseguido.
De tres películas que he visto suyas (Mirrors, The Hills Have Eyes, y ésta, High Tension), me parece que la segunda es la mejor de todas, y sobre todo por que se aleja de querer dar explicaciones (por que no las da) pseudo-psicológicas o paranormales a lo que acontece en los films, y se limita a ofrecer un producto coherente y alajado de pretensiones intelectuales. Con The Hills Have Eyes, nos regala un film entretenido y bien realizado, que a estas alturas del partido es lo mínimo que como espectadores exigimos y no trampas de guión, que solo funcionan con directores como Lynch, Nolan o Fincher.
Estaba claro que me iba a tocar llevar la contraria. En este caso por lo siguiente: "(Alta tensión) dista mucho de hacer a Aja merecedor del crédito que se le ha dado."
Todo lo malo que decís de la película hace referencia a su guión, y todo lo maravilloso que tiene "Alta tensión" según vosotros se refiere a la dirección. Entonces, ¿por qué el Aja-director no se merece el crédito por un excelente trabajo? Aja es el cabeza de cartel de una nueva generación de directores franceses que están reclamando el cine de género de calidad. Eso y su (obvia) calidad como director es lo que le ha hecho ganarse tanta fama entre la crítica. Lo siento, pero me parece que por un mal giro de guión os estáis cebando con un talento de los más interesantes de la actualidad genérica.
Esa es mi opinión ;)
Jose, no es descartable que la veas si te va el género.
Doc, estoy como tú, había leído todo bueno de Aja y al final se me quedó cara de tonto.
Ángel, opino como tú, no le quito ese mérito, pero me mata el final.
Autist, estoy contigo, un final convencional y no le queda el tufo a timo, sin restar mérito a lo elegante de la propuesta.
Mónica, tiene más talento con la cámara que con el teclado, sin duda, y es algo que admito en la crítica. Pero por bien rodada que esté, no deja de chirriar por momentos ni ser tan redonda como parece la primera parte del film.
Con ello, me parece excesivo ese crédito, y se ha demostrado que no ha tenido continuidad. Reflejos es muy burda, muy fácil.
Eso sí, se convierte en unos de las más interesantes por parte de sus méritos, y por el flojo panorama ;)
¡1 saludo y gracias por comentar!
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