The time has come, y este mismo jueves arranca la 43 edición del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, antaño conocido como Sitges. Acreditados Cineuá y LCM, os espera una cobertura importante sobre el festival, "retransmitiendo" (tan buenamente como podamos) a diario desde allí, para que sepáis antes que nadie qué se cuece por esos lares, así como los films que están cosechando una buena acogida. De muchos de ellos habéis tenido ya mención aquí en anteriores entradas, por lo que lanzo algunas propuestas más antes de zambullirme de pleno en el festival.
Las dos primeras viene firmadas por Patrick Senécal, responsable de los guiones de 7 Days y 5150 Rue Des Hormes. La primera la dirige Podz (Daniel Grou) y nos narra la apacible existencia de un matrimonio canadiense cuya vida dará un giro de 180 grados al ser asesinada su hija de ocho años por un pederasta. La segunda está dirigida por Éric Tessier y nos cuenta la historia de Yannick, joven aspirante a cineasta, acaba de ser admitido en una prestigiosa escuela de cine y se ha mudado a un pequeño barrio de Québec. Un accidente con la bicicleta le llevará al número 5150 de la calle de Los Olmos, la casa que habita la familia Beaulieu y el lugar donde acabará secuestrado.
Otra propuesta interesante será La casa muda, del director uruguayo Gustavo Hernández. Basada en hechos reales, La casa muda intenta poner orden a un crimen que, en el Uruguay de los años cuarenta, quedó sin resolver. Laura y su padre pasan una noche en la casa que un amigo de él les ha prestado con una única condición: que no suban al piso de arriba. Curioso ante una serie de ruidos, el padre rompe esa norma, iniciando entonces un auténtico calvario para Laura, que deberá huir de esa terrorífica casa. A eso se añade la peculiaridad de estar rodada en una sola toma, en tiempo real.
Y para terminar, una de las triunfadoras en el Fantastic Fest, A horrible way to die, del norteamericano Adam Wingard. El film nos cuenta la historia de Sarah, una chica que cuando descubrió el terrible secreto que ocultaba su novio, Garrick, éste acabó en prisión y a ella no le quedó otra opción que escapar y cambiar de vida. Su nuevo trabajo, que alterna con visitas a alcohólicos anónimos, le ha proporcionado desde entonces la estabilidad que anhelaba aunque su oscuro pasado se encuentra a punto de volver a atormentarla. Garrick ha escapado y no va a parar hasta dar con ella. Dos historias yuxtapuestas, personajes creíbles y un singular sentido estético son algunas de las cartas que el realizador Adam Wingard baraja con gran habilidad en este thriller de terror que combina el misterio con un reguero de cadáveres.
Con esto os dejo, y os insto a visitar LCM y Cineuá el jueves, donde daremos el pistoletazo de salida al festival.
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