sábado, 25 de abril de 2009

Berlín Express: Amigo y enemigo como fundamentos de un nuevo mundo


Acabada la Segunda Guerra Mundial, el mundo sigue convulso ante la posibilidad que el enemigo vuelva a las armas. Aquellos que sembraron el terror en Europa ahora son turistas en un mundo donde la procedencia marca el bando al que perteneces, donde aliados sigue siendo aliados a la par que enemigos de Alemania.

Del corazón de una Alemania destruida brotará la esperanza bajo el nombre de Bernhardt, pacifista y hombre clave en el plan de unificación de Alemania. Su nombre y su misión significan la paz y el enterrar definitivamente el fantasma de la guerra, pero su vida correrá serio peligro en su viaje a Berlín.

Así arranca Berlín Express con la simbólica muerte de una paloma que lleva el mensaje con los datos del plan de asesinato de Bernhardt en el tren que le ha de llevar a Berlín, poniendo alerta a militares y servicio secreto. En dicho tren coincidirán el militar ruso Maxim (Roman Toporow), el americano Robert Lindley (Robert Ryan), los franceses Perrot (Charles Korvin) y Lucienne (Merle Oberon), el profesor británico Sterling (Robert Coote) y dos extraños alemanes, obligados a compartir estrechos pasillo y pequeños compartimentos como reflejo de una sociedad que les obliga a convivir.

El asesinato de un falso Bernhardt pondrá al grupo en alerta, señalados como sospechosos de una trama para asesinar a tal símbolo de la paz. Así se unirán a la causa del pacifista en su viaje, procurando que llegue sano y salvo a Berlín para unificar Alemania y enterrar el fantasma de la guerra. Así se adentrarán los protagonistas en una Alemania derruida donde todos lucharán codo con codo para salvar la vida de un hombre y unos ideales.

Nos muestra Jacques Tourneur un collage de personalidades acordes con las tensiones políticas de la época, pero plasmadas almibaradamente a modo de propaganda de un entendimiento que finalmente se demostró no ser así, resultando algunos personajes arquetípicos y algunas situaciones forzadas. Igualmente hablamos de ideales metidos en un thriller claustrofóbico donde los ecos de realidad acaban siendo secundarios en pro de una trama sin fisuras, apoyada en la perícia de Toruneur tras la cámara y el brillante guión de Harold Medford basado en una historia de Curt Siodmak.

El director francés consigue envolver la narración de un halo fantástico a golpe de luces y sombras, aprovechando los pocos recursos a su disposición para servirnos en menos de 90 minutos una historia compleja pero perfectamente narrada. A destacar las escenas dentro de ambos trenes, así como la que ocurre en la fábrica de cerveza, donde ese aire de oscuro cuento adulto encaja a la perfección con las motivaciones ambos bandos, esgrimiendo la necesidad de un enemigo común para unir al grupo, mientras que Bernhardt y aliados fundamentan sus actos en la amistad y la voluntad de la gente para superar sus diferencias.

Los dos niveles narrativos, el thriller y el simplificado discurso político, se mezclan a la perfección en un producto propagandístico que no necesita banderas para cobrar sentido. Y es que más allá de ser la primera producción de Hollywood en rodar en Alemania tras la guerra, le sirve a Tourneur para adaptar su estilo a una narración más encorsetada, saliendo airoso del envite y brindándonos un film elegante, conciso y que usa sus giros con gran acierto.

Berlín Express es el reflejo que un mundo de posguerra quería ver al mirarse en ese espejo de celuloide, donde bajo los ideales encontramos los estrechos pasillo de un tren y bajos fondos de las tabernas, donde los pilares de un futuro mejor hacen frente a oscuras sombras disfrazadas de payaso o aliado.



2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Pues ésta no la he visto. A la saca. Tiene muy buena pinta.

Precisamente ayer me vi "Wichita", un buen western de Tourneur.

Redrum dijo...

Este hombre no dejó género sin tocar, la leche...

Ya me contará sus impresiones, Mr.Lombreeze!

¡1 saludo y gracias por comentar!