Y es que si has de proponer una burrada como un piano de grande, ten al menos la decencia de no tomártela en serio. Y así se nos presenta Outlander, prima-hermana de El Imperio del fuego, y ambas la mar de entretenidas, mezclando churras con merinas para deleite del personal. Así es como un producto se vende como lo que es desde un principio, ajustando nuestras expectativas desde el mismo arranque, rebajándolas para después hacer más asequible cubrirlas.
Outlander propone la llegada de una nave alienígena a la noruega vikinga del año 509 D.C. De su interior escapan una feroz criatura y un humanoide de otro mundo (Caviezel se interpreta a sí mismo) que se aliará con los vikingos para plantar cara a la criatura, con la que tiene una cuenta pendiente. Desde luego, el agente del guionista que consiguió colar la idea y cobrar por ello merecía ser el hombre del año en la revista Time.
Arranca el film y la propuesta se agua de mala manera, el humanoide es asombrosamente humano, y un trasto más moderno que Buñuel y que habla pseudo-islandés le enseña usos, costumbres e idiomas de los lugareños. Con ello y algo de barba ya tenemos al protagonista completamente infiltrado, ya que su tecnología se hunde en el lago y poco tardará en perder su marciano atuendo. A partir de aquí el film se asemeja más a Beowulf que a Alien, y toca disfrutar de los flojos efectos especiales y la sangre que Howard McCain nos propone. Normal que no ganara las elecciones...
Claro que los vikingos eran muy suyos, y a las visitas las hacen esperar en la sala de torturas, con lo que tenemos al clásico héroe incomprendido vaticinando el desastre desde su prisión de falso culpable. Pero como toda en comedia que se precie siempre se acaba acudiendo al protagonista para darle la razón y privarle del gustoso "os lo dije", venciendo primero a su entorno para después hacer frente a su destino, coronado con un happy ending a bombo y platillo.
Podríamos encuadrar Outlander en la sci-fi cómica, junto a otros clásicos como Alien Resurrección o la reciente El Incidente, sólo que en este caso tenemos el inconveniente que James Caviezel es incapaz de despertar la más mínima emoción humana, sea alegre o triste. Puede que el tiempo lo corone como el nuevo Buster Keaton, pero se rumorea que el chico realmente se toma en serio lo que hace, así que lo suyo es innato.
Valga como muestra la gran escena de los escudos, el pilla-pilla etilo-vikingo con el que miden su masculinidad y valía como guerreros, una prodigiosa escena con un brillante montaje y mejor metáfora sobre la caza/huida de nuestros propios fantasmas. Si ello no es suficiente, tomen nota del clímax interruptus protagonizado por un cura, al más puro estilo Monty Python al cierre de Los caballeros de la mesa cuadrada.
Asombrosa la capacidad de sorprendernos de los guionistas, que después de vendernos un emotivo flashback sobre las injusticias alienígenas para con las pobres criaturas, y cómo arrasaron su civilización quedando sólo uno vivo, se sacan otro de la manga ajustando su tamaño al presupuesto, pequeñito. Y claro está que el origen de tan soso protagonista tenía algo más que decir en el film, con lo que si espadas son inútiles contra el bichardo, espadas con aleación de metal extraterrestre serán plenamente efectivas, aparte de la mar de chulas.
Y eso es Outlander, un film que entretiene desde el bromista guiño al espectador con un "si crees que te trato de tonto, imagina cómo debe serlo el productor que firmó esto". Y es que Chris Roberts, Neishaw Ali, Iain McCaig y el resto de los 14 productores asociados y ejecutivos del film deben estar orgullosísimos de su criatura, que no ha recaudado ni una décima parte de los 50 millones de dólares que costó su producción. Ante tal joya incomprendida, Caviezel pagará por nuestros pecados.
En definitiva, un film divertido y que cumple con creces con lo que propone. Efectismo y efectividad al servicio del encefalograma plano de domingo tarde, con un protagonista que parece necesitar constantemente un carro de paradas cerca y una historia tan pasada de vueltas que hace que nos despreocupemos en absoluto de todo aquello que acontezca, y disfrutemos plenamente de ver vikingos descuartizados.
Lo mejor: La escena completa de la trampa al bichardo.
Lo peor: El almibarado final.
El dato: No era broma lo del pseudo-islandés, de hecho se acerca al hablado por los vikingos.
Outlander propone la llegada de una nave alienígena a la noruega vikinga del año 509 D.C. De su interior escapan una feroz criatura y un humanoide de otro mundo (Caviezel se interpreta a sí mismo) que se aliará con los vikingos para plantar cara a la criatura, con la que tiene una cuenta pendiente. Desde luego, el agente del guionista que consiguió colar la idea y cobrar por ello merecía ser el hombre del año en la revista Time.
Arranca el film y la propuesta se agua de mala manera, el humanoide es asombrosamente humano, y un trasto más moderno que Buñuel y que habla pseudo-islandés le enseña usos, costumbres e idiomas de los lugareños. Con ello y algo de barba ya tenemos al protagonista completamente infiltrado, ya que su tecnología se hunde en el lago y poco tardará en perder su marciano atuendo. A partir de aquí el film se asemeja más a Beowulf que a Alien, y toca disfrutar de los flojos efectos especiales y la sangre que Howard McCain nos propone. Normal que no ganara las elecciones...
Claro que los vikingos eran muy suyos, y a las visitas las hacen esperar en la sala de torturas, con lo que tenemos al clásico héroe incomprendido vaticinando el desastre desde su prisión de falso culpable. Pero como toda en comedia que se precie siempre se acaba acudiendo al protagonista para darle la razón y privarle del gustoso "os lo dije", venciendo primero a su entorno para después hacer frente a su destino, coronado con un happy ending a bombo y platillo.
Podríamos encuadrar Outlander en la sci-fi cómica, junto a otros clásicos como Alien Resurrección o la reciente El Incidente, sólo que en este caso tenemos el inconveniente que James Caviezel es incapaz de despertar la más mínima emoción humana, sea alegre o triste. Puede que el tiempo lo corone como el nuevo Buster Keaton, pero se rumorea que el chico realmente se toma en serio lo que hace, así que lo suyo es innato.
Valga como muestra la gran escena de los escudos, el pilla-pilla etilo-vikingo con el que miden su masculinidad y valía como guerreros, una prodigiosa escena con un brillante montaje y mejor metáfora sobre la caza/huida de nuestros propios fantasmas. Si ello no es suficiente, tomen nota del clímax interruptus protagonizado por un cura, al más puro estilo Monty Python al cierre de Los caballeros de la mesa cuadrada.
Asombrosa la capacidad de sorprendernos de los guionistas, que después de vendernos un emotivo flashback sobre las injusticias alienígenas para con las pobres criaturas, y cómo arrasaron su civilización quedando sólo uno vivo, se sacan otro de la manga ajustando su tamaño al presupuesto, pequeñito. Y claro está que el origen de tan soso protagonista tenía algo más que decir en el film, con lo que si espadas son inútiles contra el bichardo, espadas con aleación de metal extraterrestre serán plenamente efectivas, aparte de la mar de chulas.
Y eso es Outlander, un film que entretiene desde el bromista guiño al espectador con un "si crees que te trato de tonto, imagina cómo debe serlo el productor que firmó esto". Y es que Chris Roberts, Neishaw Ali, Iain McCaig y el resto de los 14 productores asociados y ejecutivos del film deben estar orgullosísimos de su criatura, que no ha recaudado ni una décima parte de los 50 millones de dólares que costó su producción. Ante tal joya incomprendida, Caviezel pagará por nuestros pecados.
En definitiva, un film divertido y que cumple con creces con lo que propone. Efectismo y efectividad al servicio del encefalograma plano de domingo tarde, con un protagonista que parece necesitar constantemente un carro de paradas cerca y una historia tan pasada de vueltas que hace que nos despreocupemos en absoluto de todo aquello que acontezca, y disfrutemos plenamente de ver vikingos descuartizados.
Lo mejor: La escena completa de la trampa al bichardo.
Lo peor: El almibarado final.
El dato: No era broma lo del pseudo-islandés, de hecho se acerca al hablado por los vikingos.
17 comentarios:
"Podríamos encuadrar Outlander en la sci-fi cómica, junto a otros clásicos como Alien Resurrección o la reciente El Incidente,"
Ladies and gentlemen, he aquí el ejemplo de que redrum tiene más mala baba de lo que parece. Por mi parte, me niego a entrar al trapo ante tal burda provocación, cabroncete...
Me alegro que te hayas tomado Outlander como había que hacerlo: en broma. Como mínimo me he echado unas risas con tu crítica porque de la peli poco puedo decir.
Un saludo y gracias por provocar!
PD: "El incidente" no es sci-fi cómica, leñe!!!
PD 2: Ya sabía yo que realmente SÍ acabaría entrando al trapo...
redrum, anoche vi esta cosa por tu culpa.
Yo te mato.
JAJAJAJAJAJAJAJA
Jajajajaja!!! Me alegro que te hayas reído con la crítica, Mónica! Y sí, claro que tengo mala baba...
¿Burda provocación? Mala persona...
Mr.Lombreeze, ¿no me diga que no se ha reído?¿Ni con la escena del cura? Pero si Caviezel es un cómico nato!!!
¡1 saludo y gracias por comentar!
Te estrangularé con mis propias manos hasta que los ojos se salgan de tus órbitas.
Mecagoen el niño Eric, repelente-los-cojones.
Si, con el cura sí que me reí.
jajajaja! Que mal humor se gasta Mr.Lombreeze... ¿No es fiesta hoy en Aragón? Leñe, disfrute del buen cine y el tiempo libre! Jajaja!!!
Ahora en serio, ¿pero como no pudo divertirse? Si es desternillante! El cacharro ese que pensaba que hablaba ruso, y resulta que era islandés! ¿Qué debió pensar Bjork? ¿Que la llamaban marciana?
¿La escena de los escudos? Portentosa! Sólo faltaba Steve Urkel!
Mr.Lombreeze, no pierda el sentido del humor, hombre ;)
¡1 saludo y gracias por comentar!
De la escena de los escudos lo más ridículo es la música incidental que es de broma.
No, hoy no es fiesta en Aragón :-(
No obtendrás misericordia de mi. Soy un vikingo! Soy Gunnar!
Nada como ver a Caviezel con su vestidito y su arma al principio de la peli, como si hubiera aterrizado en una película de ciencia ficción de los 70.
Impresionante.
Sr. Grant, digo... Mr. Lombreeze, hay que ver muchas de estas para luego poder apreciar la grandeza de los clásicos como Lang, Vidor, Eastwood... ;)
Vaya la voy a ver aunque sólo sea por reirme un poco... me la habeis pintado genial jajajaja
Jajajaja! Qué mal le sienta trabajar, leñe...
Mónica, no sólo esa es la postura de un joven Kubrick, sino que Outlander no se esconde, mientras que otros sí.
Jajajaja! Creo que no saldremos de dudas hasta que no le preguntemos a Tito Clint...
Absenta, bajo tu responsabilidad, que no todos han sabido apreciar tan divertido plato. Es más, te reto a que busques el mínimo signo expresivo en la cara de Caviezel, que creo que ni parpadea.
¡1 saludo y gracias por comentar!
Creo que la única película donde Caviezel está medianamente decente es en "La delgada línea roja" del Sr. Malick, y porque va a juego con el ritmo de la película.
Jajajaja! Sí, la acción no va con el pobre...
Ui, en La Pasión sufre muy bien, y sangra como nadie!!!
¡1 saludo y gracias por comentar!
Soy Grant, Ulysses Simpson Grant.
eeeeeeeeeeh, vale con que tenga ud. mucho tiempo libre para ver estas súper mierdas, pero no se meta con "La Pasión", que es un peliculón.
Reconozco desgraciadamente que también la he visto, pero claro cuando ves que no merce la pena es demasiado tarde /da demasiado palo buscar otra peli.
Visto los comentarios completaria la lista com Beowulf (mala, mala,mala), Y ya puestos advertiros de Master&Commander....que mata de aburrimiento :)
Saludos Sr, RedRum.
"Master and Commander"????
hala lo que ha dicho!!!
Alto, alto... ¿La pasión un peliculón? ¿Qué parte me he perdido?
Caballero Anónimo, cómo le gusta provocar ;) En todo caso me reconocerá que, en su caso, se puede sentir menos traicionado por Outlander que por "Gladiator Marítimo", no?
Beowulf nos ofrece dos magníficos culos, el de la Jolie y el de Hopkins...
¡1 saludo y gracias por comentar!
Luego hizo la de "Apocalypto", que todavía es mejor.
El señor Gibson sí sabe hacer cine.
Por cierto, creo que él si sufre por parte de unos cuantos eso que decía el Doctor de los prejuicios ideológicos.
MrLombreeze, ateo convencido y anticristiano furibundo.
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