Cumple 25 años Juegos de guerra, todo un clásico del cine, más que por su calidad como film, si por lo visionario de su propuesta. En la década de los remakes y la actualización de viejas series, era de esperar una secuela para dicho clásico. De mano del televisivo Stuart Gillard nos llega Juegos de guerra 2 (The dead code), cuya salida fue directa a DVD.
El gran problema de esta secuela, es que tanto podía haberlo sido de Juegos de guerra, como de Enemigo público, y de cualquier de muchas otras producciones de estos últimos 25 años, ya que la historia no es nada nueva y se ha explotado en infinidad de films. Y claro, la imagen del hacker informático también ha cambiado mucho, al igual que el tipo de cine juvenil que popularizó a Matthew Broderick.
Will Farmer (Matt Lanter) es el típico joven aficionado a los videojuegos en red, muy afín a los avances tecnológicos. Con su madre trabajando con elementos químicos y su vecino (negado con internet) con cuentas compartidas con su familia árabe, participará en un juego en internet que le convertirá en sospechoso para la computadora Ripley.
Ripley es la computadora que gestiona The Dead Code, un juego en internet que para superarlo es necesario conocimientos armamentísticos y químicos, aparte de dinero para apostar. Con lo que quienes superan el juego son considerados terroristas y Ripley se encarga de buscar conexiones y tomar medidas ante posibles amenazas terroristas. Así la familia de Will y sus amigos serán considerados terroristas y Filadelfia puesta bajo alarma bacteriológica, cuyo último paso es el bombardeo de la ciudad.
Es inevitable tener la sensación de deja vú viendo la película, tanto por el film al que sucede, como por el nombre de la computadora (Ripley, como la heroína de Alien), muy parecida al ya mítico HAL9000 de 2001: Una odisea del espacio, o el seguimiento de cámaras de Enemigo público. No supone un gran problema para el film, ya que dichos argumentos se integran en la historia perfectamente.
Poco podemos pedirle a esta producción, realizada directamente para DVD y que desde luego entretiene. Con algunas lagunas en su desarrollo, y cierta simplicidad, acaba siendo bastante previsible, y la única sorpresa agradable viene con la presencia de Joshua, el computador protagonista de la primera entrega.
Obviamente, a nivel técnico y en cuanto al reparto, no es de esperar un derroche de talento, pero sí cumplen su labor correctamente a todos los niveles, excepto la banda sonora, más cercana al videoclip o a un trailer. Talento justo y mínima creatividad para un producto enfocado a recaudar.
En definitiva, un film tan entretenido como olvidable, y cuya etiqueta le viene grande. Sólo necesario para recordarnos que casi todo está ya inventado, y a ese "casi" nos aferramos mientras matamos el tiempo con producciones llanas que, si algo aportan, es dinero a los productores.
Lo mejor: Pese a todo, es entretenida.
Lo peor: Su falta de originalidad.
El dato: Como producción juvenil que es, los protagonistas tienen él 25 años y ella 27.
El gran problema de esta secuela, es que tanto podía haberlo sido de Juegos de guerra, como de Enemigo público, y de cualquier de muchas otras producciones de estos últimos 25 años, ya que la historia no es nada nueva y se ha explotado en infinidad de films. Y claro, la imagen del hacker informático también ha cambiado mucho, al igual que el tipo de cine juvenil que popularizó a Matthew Broderick.
Will Farmer (Matt Lanter) es el típico joven aficionado a los videojuegos en red, muy afín a los avances tecnológicos. Con su madre trabajando con elementos químicos y su vecino (negado con internet) con cuentas compartidas con su familia árabe, participará en un juego en internet que le convertirá en sospechoso para la computadora Ripley.
Ripley es la computadora que gestiona The Dead Code, un juego en internet que para superarlo es necesario conocimientos armamentísticos y químicos, aparte de dinero para apostar. Con lo que quienes superan el juego son considerados terroristas y Ripley se encarga de buscar conexiones y tomar medidas ante posibles amenazas terroristas. Así la familia de Will y sus amigos serán considerados terroristas y Filadelfia puesta bajo alarma bacteriológica, cuyo último paso es el bombardeo de la ciudad.
Es inevitable tener la sensación de deja vú viendo la película, tanto por el film al que sucede, como por el nombre de la computadora (Ripley, como la heroína de Alien), muy parecida al ya mítico HAL9000 de 2001: Una odisea del espacio, o el seguimiento de cámaras de Enemigo público. No supone un gran problema para el film, ya que dichos argumentos se integran en la historia perfectamente.
Poco podemos pedirle a esta producción, realizada directamente para DVD y que desde luego entretiene. Con algunas lagunas en su desarrollo, y cierta simplicidad, acaba siendo bastante previsible, y la única sorpresa agradable viene con la presencia de Joshua, el computador protagonista de la primera entrega.
Obviamente, a nivel técnico y en cuanto al reparto, no es de esperar un derroche de talento, pero sí cumplen su labor correctamente a todos los niveles, excepto la banda sonora, más cercana al videoclip o a un trailer. Talento justo y mínima creatividad para un producto enfocado a recaudar.
En definitiva, un film tan entretenido como olvidable, y cuya etiqueta le viene grande. Sólo necesario para recordarnos que casi todo está ya inventado, y a ese "casi" nos aferramos mientras matamos el tiempo con producciones llanas que, si algo aportan, es dinero a los productores.
Lo mejor: Pese a todo, es entretenida.
Lo peor: Su falta de originalidad.
El dato: Como producción juvenil que es, los protagonistas tienen él 25 años y ella 27.
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