Seguimos con la serie de artículos sobre méritos cinematográficos, así como disfrutando del placer de contar con Mónica Jordan, de Espejo Pintado, escribiendo para los habitantes de LCM. Tras la primera entrega en la que hablamos de la(s) cara(s) más visible(s) del cine (los actores y sus interpretaciones), le llega el turno a uno de los aspectos técnicos más interesantes del cine: el montaje. En la moviola se pueden salvar muchas escenas que presentan problemas de rodaje dándole sentido narrativo a un conjunto incongruente de imágenes (o justo todo lo contrario).
El montaje puede remarcar ideas, sugerirlas y hasta mostrar ironía ante lo que estamos viendo, ya que es una de las herramientas básicas con las que cuenta el director a la hora de adoptar un punto de vista hacia lo que está explicando. Así, ya desde los inicios del cine, el montaje ha tenido grandes pensadores que dedicaron buena parte de su tiempo a teorizar sobre los diferentes usos de las técnicas. Desde Eisenstein a Tarkovsky, pasando por Vertov, Kulechov o Bazin. Pero quién mejor para hablar del montaje que uno de estos maestros:
El primer ejemplo es un montaje paralelo muy sencillo. En él vemos una aparente línea narrativa que se descubre como dos diferentes en el momento que irrumpe Clarice Starling a escena. Al estar las escenas alternadas se crea una tensión que montadas en orden habrían diluido dicha tensión. Es decir, la tensión se ha creado por el montaje. La gracia y el mérito de este tipo de montajes es conseguir que cobre sentido algo que por separado no existía. Dicho orden traza una nueva lectura que completa o contradice el metraje rodado. Y es que el total siempre es algo más que la suma de las partes.
El montaje puede remarcar ideas, sugerirlas y hasta mostrar ironía ante lo que estamos viendo, ya que es una de las herramientas básicas con las que cuenta el director a la hora de adoptar un punto de vista hacia lo que está explicando. Así, ya desde los inicios del cine, el montaje ha tenido grandes pensadores que dedicaron buena parte de su tiempo a teorizar sobre los diferentes usos de las técnicas. Desde Eisenstein a Tarkovsky, pasando por Vertov, Kulechov o Bazin. Pero quién mejor para hablar del montaje que uno de estos maestros:
El primer ejemplo es un montaje paralelo muy sencillo. En él vemos una aparente línea narrativa que se descubre como dos diferentes en el momento que irrumpe Clarice Starling a escena. Al estar las escenas alternadas se crea una tensión que montadas en orden habrían diluido dicha tensión. Es decir, la tensión se ha creado por el montaje. La gracia y el mérito de este tipo de montajes es conseguir que cobre sentido algo que por separado no existía. Dicho orden traza una nueva lectura que completa o contradice el metraje rodado. Y es que el total siempre es algo más que la suma de las partes.
En ocasiones, los insertos de montaje de acciones paralelas pueden estar aportando información sobre la acción principal que está sucediendo en una escena. Este es el caso de la secuencia elegida (a partir del minuto 1:50) de una de las películas de Kevin Smith, “Persiguiendo a Amy”. En ella, Holden (Ben Affleck) está resentido por un rumor relacionado con su pareja e inicia una sagaz conversación a la caza y captura de la confesión de su novia Alyssa (Joey Lauren Adams). Mientras que de su hilo conversacional podemos sólo deducir ciertos reproches, Smith intercala en el diálogo escenas relacionadas con el campo de batalla que es el partido de hockey a modo de lupa para lo que -por el momento- sólo se puede leer entre líneas de lo que ocurre entre los dos personajes. Así, los pases, los goles y los golpes son interpretaciones metafóricas de lo que está sucediendo en esa conversación entre enamorados. Con este uso del montaje, Smith consigue cierta ironía y un efecto humorístico al comparar la aparentemente inocente conversación a un duro partido de hockey.
Este otro ejemplo es de sobras conocido por todos vosotros. Colonia LV-426, el ataque alien ha dejado aislados al grupo de marines ahora liderados por el cabo Hicks. Rodeados se parapetan tras puertas selladas, usando metralletas con detección de movimiento a la espera de rescate desde la nave Sulaco. A priori la escena promete tensión y acción, y a los marines teniendo que hacer frente a una horda de aliens, y sólo es cierto lo primero. La escena transcurre sin que los protagonistas deban prácticamente actuar, creándose la tensión a partir del metraje en que se muestra el contador de balas agotándose, y el barrido térmico donde vemos a los aliens aproximándose.
Dicho uso del montaje cuadra perfectamente con lo visto anteriormente de la mano de Hitchcock, donde el rostro de Ripley muestra miedo, pero es la visión de los contadores lo que da sentido a su miedo, sin que la actriz deba actuar propiamente. Así de una escena sin acción ni peligro reales para los protagonistas surge una tensión creada gracias al montaje, que nos implica en el estado emocional de los protagonistas, que pasan a ser secundarios frente a la armamentística.
Eisenstein, como los formalistas rusos, se interesó mucho por el montaje y además de escribir libros dedicados a la reflexión sobre el tema, hizo de sus películas auténticas muestras de sus principios (a veces contradictorios). Eisenstein puso el cine al servicio de sus ideas sobre política y técnica, haciendo uso del enfrentamiento de dos imágenes para crear el drama. Esta escena de “El acorazado Potemkin” es una de las más famosas y homenajeadas del director ruso. En ella, a través de la combinación de varios primeros planos se conforma la idea general de la escena que, subrayada por los planos generales de la inmensidad y caótica batalla, no hacen sino aumentar el dramatismo (con una gran carga ideológica) de la escena. Este tipo de montaje tiene como objetivo llamar al efectismo de manera directa, algo que, años más tarde, explotaría Hitchcock en sus películas (aunque esta vez en busca, sobre todo, de la intriga y en pocas ocasiones de la idea política).
Y hasta aquí el repaso a varios de los méritos del montador a través de unos pocos ejemplos. El mundo del montaje es mucho más amplio y complejo, y esperamos haberos sembrado una sana curiosidad para rebuscar en la red más información sobre el tema. En la próxima entrega trataremos sobre la figura del guionista y su difuso mérito en el metraje final.
10 comentarios:
Buena selección de escenas e interesante artículo. Un buen punto de partida para adentrarse en el mundo del montaje, desde el montaje paralelo inventado por Griffith hasta otros más extremos (me encanta el radicalismo del último ejemplo, jeje, lo de atreverse a hacer el cambio de plano general a primer plano/plano detalle con tanta fuerza visto hoy en día quizás no sorprende tanto pero a los espectadores de la época debió dejarles con la boca abierta).
Por cierto, le he enviado a usted y Mónica por mail un ejemplo muy interesante de arreglar una escena mal planteada con un montaje brillante (y es que incluso los sabios Welles y Bazin se equivocaban a veces). Es interesante esa mítica escena.
Saludos!!
Gracias Iván! Esa es la idea, abandonar la teoría para presentar ejemplos sencillos que ayuden a interesarse al lector por el tema, con ejemplos actuales o clásicos.
Muy interesante el mail, sin duda, al que respondo en breve, pero ya puestos dejo a medio camino el que usted comparta con los lectores las claves de esa escena ;)
http://www.youtube.com/watch?v=L5pCtrkm5tU
¿Por qué el espectador tiene más claro que el personaje de Welles que eso es un intento de suicidio? ¿Espectador y personaje tienen la misma información?
1 saludo y gracias por comentar!
Gracias Redrum. Un placer.
Pues como te comentaba en el mail, el espectador tiene la sensación que es un intento de suicidio por el montaje de Welles, que compensa una composición del plano que pese a intentar meter toda la información en un solo plano comete el error que te comenté, pensar que solo bastaba con esa info (como te decía, el frasco de pastillas no queda claro si ha tomado 1 para el dolor de cabeza, 2, 20 o realmente se ha equivocado de frasco). Pero como es Welles y es un genio, le dio la vuelta a su propio error (por cada error consigue 500 aciertos claro y de ahí su seguridad como cineasta claro) creando un montaje fantástico entre la discusión y la misteriosa escena de las pastillas. El contraste entre la aceleración de los acontecimientos narrados a ritmo vertiginoso con la calma total de ese plano es lo que da al espectador la sensación que ha pasado algo raro.
Y claro, situa al espectador por delante del conocimiento del personaje de Welles, dejándonos la sensación clara de un intento de suicidio. Si quitáramos ese encadenado de imágenes con la bombilla final apagándose y el montaje dejara de lado ese contraste de "tempos" seguramente nuestra información sería la misma que el personaje de Welles, no sentiriamos que la chica ha intentado un suicidio sino que no creeriamos que se ha equivocado de medicamentos.
Saludos!!
.."que NOS creeriamos que se ha equivocado de medicamentos."
Perdón...:P
Me ha encantado mi estimado Nico, sí señor, viva el efecto Kulechov, no lo enuncias pero hablas de él, así me gusta. Es que es la base del montaje actual, el que no enteinda eso, no puede entender las técnicas modernas de montaje. Pero lo que más llama la atención, y ahí tengo que dar mi brazo a tocer a Mónica, es uqe no hace falta explicar en que consiste, lo sé de qué forma, ni en qué momento, uno s ehace consciente de la dinámica de montaje y entiende perfectamente lo que le narran. Todo es gestalt amigo mío, todo es Gestalt, fondo sobre forma, asociación de ideas. Muy bueno, me ha encantado.
Morgueros, ahí una explicación concisa y concreta de cómo el montaje salva una escena! Ivan, muchísimas gracias, desde luego!!!
Y más teniendo en cuenta que la imagen de un frasco de botellas nos resulta más metáfora del suicidio ahora, pero hace casi 70 años no lo era tanto.
Jajajaja! Estimado Alfie, era el punto medio entre Mónica y yo, hablar sin nombrarlo!!! Me alegro, que te haya gustado, aunque esta entrada no es de las más populares... con las ganas que le echamos al tema, leñe...
1 saludo y gracias por comentar!!!
http://www.youtube.com/watch?v=MPkXaiHrK0E
Como escribió Béla Balázs (allá por 1930) "un montaje es productivo si gracias a él aprendemos cosas que las imágenes mismas no cuentan".
Es difícil sintetizar en un post un concepto tan amplio y complejo como el del montaje cinematográfico (y mucho menos en un comentario), creo que habéis cumplido con el objetivo perfectamente.
Si hay que elegir un ejemplo para explicar el poder del montaje en el cine, para mí, siempre "Octubre" de Eisenstein.
Si la escalinata de Potenkim es grande, la escena del puente de "Octubre" es magistral.
http://www.youtube.com/watch?v=VCNTNnNFNHM
Y todo aderezado con música de Shostakich, mucho mejor.
Totalmente de acuerdo, pensé en poner el montaje de "Octubre" que resumen mucho mejor la fuerza de los formalistas rusos pero creí más dinámica la escena de Odesa. Además que..., no he visto "Octubre" y si la conozco es precisamente porque me enchufaron alguna escena a colación de alguna clase de montaje XD
Si soy sincera, me gusta tanto el tema de montaje que encuentro que se podrían hacer varios psot dedicados al tema y aún así no abarcar ni un 10% de lo que se puede llegar a decir. Pero claro, tampoco entendemos tanto del tema...
Muchas gracias, Mr.Lombreeze. Montajes excelentes hay muchísimos, como el que comenta, pero la idea era proponer algunos muy muy claros y dónde sólo el montaje salvara la escena.
Parto de la base que no todos hemos leído a Bazin, entre otras cosas porque yo tampoco lo he leído!!!
Mónica, si hay que profundizar en el tema de montaje, se profundiza, sin miedo. Hacemos una serie de artículos tras esta serie, y nos ponemos a ello, con ayuda de terceros si lo crees necesario!!!
1 saludo y gracias por comentar!
Por que no:)
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