martes, 9 de diciembre de 2008

Sucesos en la 4ª Fase: El día que dejamos de ser únicos


Siempre se ha especulado con cómo sería el primer contacto con una inteligencia superior, partiendo de la base que dicha inteligencia vendrá del exterior. Pero, ¿y si esa inteligencia surgiera de nuestro propio planeta? ¿Y si una especie evolucionara como nosotros y desarrollara una inteligencia primitiva? ¿Cuáles serían sus intenciones y cuál sería nuestra reacción?

Y esa es la propuesta de Saul Bass, mítico creador de títulos de crédito, en su única incursión en la dirección. Para ello adapta el guión de Mayo Simon y nos presenta un film a medio camino entre la serie B y el documental. La apuesta es sencilla, las hormigas desarrollan inteligencia y su bien organizada sociedad planta cara a los humanos. A partir de aquí, claustrofobia y dos científicos entre la lucha y el intento de comunicación con la nueva inteligencia.

El brusco cambio en el comportamiento en una comunidad de hormigas alerta a los científicos, que se trasladan al lugar para investigar. Ante la agresividad de éstas, y la imprevisibilidad (o inteligencia) de sus actos, deciden alertar a la población para que abandonen el lugar, quedando allí sólo dos científicos, James (Michael Murphy) y Ernest (Nigel Davenport).

Una pequeña familia de granjeros acatará tarde las órdenes y su huida hacia el bunker de los protagonistas coincidirá con el primer ataque de las hormigas a la nueva estación. Los insectos harán que su primer ataque deje sin suministro eléctrico a la estación y los científicos responderán con una lluvia tóxica de la que también serán víctima los granjeros, sobreviviendo sólo la más joven del grupo, Kendra (
Lynne Frederick). Encerrados, tendrán que hacer frente al asedio mientras buscan la manera de comunicarse con ellas.


Por mítica que sea la carrera de Saul Bass, su debut como director obliga a hacer borrón y cuenta nueva sin tener en cuenta su trayectoria. E igualmente se antoja difícil valorar su trabajo por lo experimental de éste, aunque finalmente satisfactorio. Aunque suene extraño, Saul Bass se propuso hacer actuar a las hormigas, y el resultado acaba siendo excepcional, donde los insectos actúan como anónimos protagonistas cuyos actos tiene un significado y, en ocasiones, poético.

Por poner un ejemplo, podemos ver a las hormigas ordenando en filas los cadáveres de las caídas en combate, a modo de funeral. Ese es el arma de doble filo del film, ya que si no fuera por la frialdad y lo cerebral de la propuesta, la cuota de pantalla para las hormigas se antojaría excesiva, caprichosa y, en ocasiones, risible.

Mientras vemos como los tres protagonistas son incapaces de sostener la situación, como una pequeña sociedad se derrumba por intereses personales y miedos, las hormigas representan el contraste. Una sociedad perfectamente organizada donde una obediencia ciega añadida a una inteligencia las convierte en superiores, donde cabe destacar la escena donde los insectos transportan un pedazo de la sustancia amarilla usada para acabar con ellas.

Los protagonistas cumplen correctamente con su labor, pese a la esterilizada puesta en escena. No requiere más empeño su labor cuando el esfuerzo de Saul Bass se vuelca en el rodaje de las escenas con hormigas, el plato fuerte del film. El resto de escenas se centran más en la experimentación y la búsqueda de una simbología que de elegancia a la cinta, como la escena de las torres de arena o la icónica imagen de la mano agujereada.

Siempre adscritos a la serie B, y con un tono eminentemente experimental, Bass y Mayo consiguen llevar a buen puerto su mensaje y sorprendernos con un guión muy preciso, donde en contadísimas ocasiones tendremos la sensación que no se nos está contando nada. Todo ello en 84 minutos muy bien medidos y con un reparto equitativo entre ambos bandos, dónde sólo podemos achacar falta de ritmo en su arranque que compensa lo claustrofóbico del resto de metraje.

En definitiva, una pequeña joya de obligatorio visionado para los amantes de la ciencia-ficción. 34 años cuenta a sus espaldas el film, y resulta sorprendente la intencionalidad de Saul Bass en las escenas con hormigas, tratadas como si de un personaje más se trataran. Tremendamente inteligente y la altura de cualquiera de las obras maestras del género, y con un mensaje que sigue teniendo la misma vigencia hoy día.

Lo mejor: Las escenas con hormigas.

Lo peor: Lo experimental de la propuesta puede no hacerla digerible a todo el mundo.

El dato: Uno de los valores añadidos del film, es el trabajo de Saul Bass con colores y texturas, de los que aquí tenéis una muestra.

7 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Una peli más que interesante, aunque no de mis favoritas de sci-fi.

Metalia dijo...

Desde luego, yo considero que ciertos animales, tales como, delfines, ballenas, elefantes, primates...son ya de por sí únicos.

Lástima que muchos todavía los sigan considerando seres inferiores y se les siga matando como tales :(

Redrum dijo...

Ains Metalia, que ya sabes que me refería a una inteligencia de igual a igual. Y más enfocada a la amenaza que para lso protagonistas supone luchar contra un ejército inteligente.

De hecho, no es nada descabellado pensar que si algunas especies evolucionasen hacia estados más inteligentes, acabarían con nosotros pronto.

Y posiblemente los primates no gustarían de nuestra compañía... en fin, la naturaleza es salvaje, y nosotros somos naturaleza.

Ahora la colleja: tampoco discrimines a otros animales porque sean más feotes que los delfines ;)

¡1 saludo y gracias por comentar!

Anónimo dijo...

Que sepas qeu has hecho chorar a este humilde bloguero con la pedazo crítica que has hecho, otro de los puntos fuertes es la geometría en la puesta de escena, así como en sus rótulos de créditos.
Enorme, Saul Bass es de los mejores, ahora te recomiendo antes de que llegue a España City of Ember, un corto suyo llamado The Quest.

Regina dijo...

Después de Aracnophobia, Critters, piraña, tiburón, orca la ballena asesina, fue una buena idea darle una pequeña vuelta de tuerca y no sólo quedarse en el plano de “Ay que malos son estos bichos, vamos a matarlos”.
Creo en el tirón de este tipo de películas porque nos gustaría ver qué pasa si… pero teniendo la seguridad de que no va a pasar, (no incluiría el cambio climático pero sí sus exageraciones: cualquier fenómeno natural elevado a la hipérbole), la llegada de seres extraterrestres, evoluciones, mutaciones, jugar con el miedo de la gente siempre funcionará.

Anónimo dijo...

Qué tal, mi colega Nico? Interesante tu reseña, tienes la virtud de despertar interés por pelis de las que no había oído hablar (reconozco que la ciencia ficción no es plato fuerte de mi cinefilia, estoy bastante cojo en ese aspecto).

Bueno, sé que peco de ansioso (ya he tenido mi porción de tarta), pero te animo a que comentes uno de los títulos de uno de mis directores favoritos. Un tipo independiente, pero en mayúsculas, de verdad, fuera del mercadeo y de las tendencias, un tío que va a su bola y siempre acierta.

Me refiero a John Sayles y su maravillosa EL SECRETO DE LA ISLA DE LAS FOCAS.

Te atreverías??

Un saludo!

Redrum dijo...

Jajajaja! Caballeros, cómo les gusta recomendarme films fuera de la sección correspondiente ;) Igualmente bienvenidas sean todas las recomendaciones!

Videodromo, gracias ;)
Sin duda, aparte de la historia, la parte visual es algo muy cuidado por Bass, de ahí el link del final, y un link a youtube el principio de la crítica con videos de sus títulos de crédito. No lo he nombrado explícitamente en la crítica porque os sobra conocimiento para que os aburra con eso.

City of Ember quise verla en Sitges, una de tantas que me perdí, la verdad... soy un desastre...

Desde luego Regina, jugar con los miedos del personal siempre funciona. Pero así como suele decirse que lo más terrorífico es lo desconocido, creo que incluso es más terrorífico aquello que conocemos y de repente cambia. No en vano films como El Exorcista o El Resplandor son tan famosos.

Jajajaja! Tomás, sé que no es el caso, pero menuda tanda de recomendaciones que llevo con títulos tan poco atractivos!!!

Lástima que mi habilidad de hacer atractivas las cosas empiece y acabe con el cine :(

Tomo nota de tu recomendación, así como la de Videodromo, y prometo verlas, como siempre ;)
Me vas a matar, pero creo que no he visto nada de Sayles...

¡1 saludo y gracias por comentar!