La inmortalidad ha sido un sueño de la humanidad desde sus comienzos. Como hito imposible, ese sueño de trascender, de estar más allá de la vida y la muerte fue convertido a gloria, a leyenda, a querer formar parte de la historia y del imaginario colectivo. Para ello debíamos ser lo que nadie pudo ser, protagonizar las hazañas más increibles y salir vivo de ellas.
Claro está que esas historias no tienen porqué ser ciertas ni necesitan de testigos, simplemente un buen medio de difusión y un público suficientemente crédulo para elevar a los altares a su protagonista. Si además contamos con el favor de los dioses, barlovento y autopista sin peaje, a cambio de hacerle un bombo a Angelina Jolie, entregarle un cuerno, y regalarle dos a la cónyuge, parece que dicho precio resulta irresistiblemente inmoral.
Un pequeño pueblo en Dinamarca vive aterrado por la amenaza de Grendel, hijo de demonio que incapaz de soportar las ruidosas celebraciones de sus vecinos, cierra las fiestas por la vía rápida. Ante tal amenaza el pueblo se ve necesitado de un heroe que acabe con dicho monstruo, que parece formar parte de un pasado oscuro del rey.
Beowulf acude en ayuda del rey, antiguo amigo de su padre, para acabar con la amenaza y secreto del rey. Dicho secreto viene de la necesidad del rey de tener descendencia, que le lleva a dejarse seducir por el demonio encarnado por Angelina Jolie, fruto del cual nacen sus quebraderos de cabeza, su único hijo y amenaza de su pueblo. Su reina, conocedora de los hechos será incapaz de intentar engendrar con su esposo y poco tardamos en ver su atracción hacia el recién llegado Beowulf, que rendirá a sus pies a los aldeanos con sus historias.
Una vez muerto el hijo del rey, éste le pide a Beowulf que acabe con el demonio que le sedujo, a cambio de entregarle un cuerno de oro. Con esa intencion acude Beowulf a la cueva del demonio, pero éste, encarnado en el cuerpo de Angelina le hace caer en la misma trampa que al rey. Le promete prosperidad y paz a cambio de un hijo, ya que le ha arrebatado uno. Mientras el cuerno que debe entregarle no salga de esa cueva, el pueblo vivirá en paz y la fortuna sonreirá a Beowulf. Tanto que al volver al pueblo proclamando la muerte de la arpía, el rey le nombrara su sucesor, le entregará todas sus posesiones y a la misma reina a su muerte, que sucede breves instantes después ante la sorpresa de todos.
Años más tarde vemos en Beowulf un rey desgastado, sin herederos y llevando a jovencitas cada noche a su cama. Su pueblo prospera, gana batallas y riquezas y el cantar de Beowulf crece en hechos y gloria a cada día que pasa. Pero el rey no tiene sucesor y carga sobre sus espaldas el peso de sus actos.
Un buen día aparece un súbdito con una reliquia entre las manos que despierta los fantasmas del Rey. El cuerno está en su reino, se ha roto el pacto y no tarda un demonio (su hijo) en forma de dragón en arrasar el pueblo y sus habitantes. Volverá a ver a la madre de su hijo para devolverle el cuerno, pero será tarde...
A priori podría parecer una manía extraña buscar tanto realismo en un film de animación, pero vistas las intenciones de Robert Zemeckis se entiende que optara por ésta manera de hacer cine. Así es como busca planos imposibles y secuencias muy dificilmente rodables al estilo tradicional. De paso añade expresividad a algunos actores y ahorra en pagarle un desnudo a Angelina Jolie.
La historia es sencilla en hechos, pero compleja en forma, una aventura donde prima más el lado oscuro de los personajes que la propia acción. Su duración no llega a dos horas y en ningún momento se hace pesada o larga. Sí se hace extraño el gusto por mostrar desnudos, que llevan a centrar la acción en tapar a toda costa las vergüenzas del protagonista.
Sin ser un prodigio narrativo, su sencillez hace que sea un film apto para ser visto sin aburrirse ni exigir un esfuerzo por parte del espectador, cuyo visionado se hace más ameno a causa de los efectos que crean escenas de estética cercana al videojuego.
En definitiva, un film muy entretenido, que nos hace sentirnos seducidos por la via inmoral hacia la inmortalidad, donde el héroe es de paja, con una voluntad más debil que sus músculos. Una historia de decadencia y mentiras, muerte y traición, y de palomitas.
Lo mejor: Lo pronto que se complica la trama da profundidad al argumento.
Lo peor: El gratuito culo de Anthony Hopkins
El dato: Basado en el poema épico anglosajón de mismo título, del que existe otras versiones cinematográficas, una protagonizada por Christopher Lambert, y otra por Gerard Butler.
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