sábado, 8 de marzo de 2008

El niño de marte: ¡¡¡Trans fobo medio!!!


Pues parece ser que la rareza es hija del trauma, y quien nada a contracorriente tiene y responde a un problema. Poco margen deja el cine para los que son diferentes, problemáticos seres en busca de redención.


Ésta vez el raro es un niño que afirma ser marciano, tan marciano como la filmografía del director (Menno Meyjes), que en su haber tiene Max y Manolete, y los guiones de Indiana Jones y la última cruzada y El Color Púrpura.

David y su mujer estaban en trámites de adoptar un niño cuando ella falleció. Esos trámites siguieron adelante y ya viudo adopta al niño protagonista, que llega en su propia caja, temeroso de la luz del sol. Convencido de su marcianidad lleva un cinturón para compensar la falta de gravedad terráquea, y sólo acepta salir de esa caja con la protección adecuada al sol.

David también fue un chico extraño y ahora se dedica a la novela de ciencia-ficción con gran éxito, con lo que su postura ante semejante freak adoptado será la de aceptar su chifladura. Claro, eso lleva a conflictos con el resto del mundo por parte del crío, y a peligrar la custodia, con lo que habrá que abandonar ese gusto por lo raro y dejarse llevar por la corriente.

Claro está que el film juega varias veces con la autenticidad marciana del niño, con un par de trucos que no despiertan el mínimo interés en David, pero no va más allá. De ésta manera el film se centra más en la relación entre ambos, que no en conocer la verdad sobre el orígen del niño.

El film no aporta nada nuevo, ni las interpretaciones ni la dirección. Un conjunto que cumple, sin alardeos y que sólo nos deja un par de momentos tiernos, y otro par divertidos, pero finalmente una sensación de indiferencia.

En definitiva, no es mala opción para pasar un rato, agradable, pero más cercano a unas sillas voladoras que a una montaña rusa. Tal como nos bajamos, dejamos allí mismo las buenas sensaciones.

Lo mejor: El momento en la bolera

Lo peor: Empiezo a creer que John Cusack sólo fue grande en un film, y el niño, que resulta odioso gran parte del metraje.

El dato: Se puede hacer la crítica de este film sin mencionar K-Pax, que básicamente, tienen poco que ver ambos films.

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