Para eliminar rápidamente preguntas absurdas o polémicas, Michael Haneke en una reciente entrevista reconoce que el propósito de su remake es conseguir que su obra llegue al máximo de gente posible, cosa que no era posible en el alemán original. No seré yo quien lo critique, o se escude en el cine doblado y subtitulado, y mucho menos quien afirme que la copia plano a plano es muy inferior a la original.
Haneke afirma en dicha entrevista que gusta de estar fuera de la norma, provocar, y sobretodo respetar al espectador como él espera ser respetado al entrar a una sala de cine. Para muchos un genio, para otros un fraude, no cambia su sello, cosa que hace más desconcertante su cambio de rumbo con la adaptación de Funny Games 11 años después de su estreno.
Ann (Naomi Watts) y George (Tim Roth) se disponen a pasar unos días en su residencia de verano, junto a su hijo Georgie. Sus amigos les presentarán a dos jóvenes que con poco esfuerzo acabarán por retenerlos en su propia casa, haciéndolos partícipes de un macabro juego.
Con el fin de divertirse, con el sufrimiento como propósito, apostarán que la familia estará muerta antes de las 8 de la mañana. Tomad asiento de primera fila para el demencial espectáculo de Haneke.
Y es que Haneke juega con el espectador a la manera que Welles hizo en Ciudadano Kane, siendo un personaje más del film, con esas descaradas miradas directas a cámara por parte de los jóvenes. Escalofriantes miradas de alguien que disfruta y comparte con el espectador, incapaz de apartar la vista de la pantalla.
Ahí marca la diferencia el director. Mientras que la propuesta nos sitúa del lado de Ann y su familia, los continuos guiños al espectador pretenden que veamos el miedo desde el punto de vista del ejecutor y no de la víctima. Así se recrea el director en planos largos, pero evitando toda violencia explícita, siendo una maquinaria perfecta tan repugnante como hipnotizante.
El miedo entra directo en el mismo corazón de la familia, con juegos que destruyen a la persona desde dentro y que desde el principio intuimos que no habrá final feliz. Tanto es así que el mínimo atisbo de salvación es subsanado con un rewind que vuelve a recordarnos nuestro rol como espectador, como un puñetazo directo a nuestro voyeur estómago.
Siendo calco plano por plano, las únicas diferencias vienen en las caras de los actores, todos más que correctos. Sin entrar en comparaciones con la original, si me sigue pareciendo más inquietante el rostro de Arno Fisch, sin desmerecer el trabajo de Michael Pitt. Aunque el peso cae realmente sobre Naomi Watts, que como leemos en la entrevista, era una de las condiciones para rodar el remake.
En definitiva, Funny Games U.S. es un macabro espectáculo, un ejercicio tan adictivo como repulsivo, una prueba al espectador. En la era youtube el film tiene más vigencia que nunca, donde casi nos ponemos en la piel del cámara, cómplice de una pulcra e inmaculadamente blanca maldad.
Lo mejor: La lenta mecánica del film que poco a poco nos va calando hasta asfixiarnos.
Lo peor: Pensar que éste film era necesario.
El dato: Recomendación de Haneke, Kiarostami y Dumont.
Haneke afirma en dicha entrevista que gusta de estar fuera de la norma, provocar, y sobretodo respetar al espectador como él espera ser respetado al entrar a una sala de cine. Para muchos un genio, para otros un fraude, no cambia su sello, cosa que hace más desconcertante su cambio de rumbo con la adaptación de Funny Games 11 años después de su estreno.
Ann (Naomi Watts) y George (Tim Roth) se disponen a pasar unos días en su residencia de verano, junto a su hijo Georgie. Sus amigos les presentarán a dos jóvenes que con poco esfuerzo acabarán por retenerlos en su propia casa, haciéndolos partícipes de un macabro juego.
Con el fin de divertirse, con el sufrimiento como propósito, apostarán que la familia estará muerta antes de las 8 de la mañana. Tomad asiento de primera fila para el demencial espectáculo de Haneke.
Y es que Haneke juega con el espectador a la manera que Welles hizo en Ciudadano Kane, siendo un personaje más del film, con esas descaradas miradas directas a cámara por parte de los jóvenes. Escalofriantes miradas de alguien que disfruta y comparte con el espectador, incapaz de apartar la vista de la pantalla.
Ahí marca la diferencia el director. Mientras que la propuesta nos sitúa del lado de Ann y su familia, los continuos guiños al espectador pretenden que veamos el miedo desde el punto de vista del ejecutor y no de la víctima. Así se recrea el director en planos largos, pero evitando toda violencia explícita, siendo una maquinaria perfecta tan repugnante como hipnotizante.
El miedo entra directo en el mismo corazón de la familia, con juegos que destruyen a la persona desde dentro y que desde el principio intuimos que no habrá final feliz. Tanto es así que el mínimo atisbo de salvación es subsanado con un rewind que vuelve a recordarnos nuestro rol como espectador, como un puñetazo directo a nuestro voyeur estómago.
Siendo calco plano por plano, las únicas diferencias vienen en las caras de los actores, todos más que correctos. Sin entrar en comparaciones con la original, si me sigue pareciendo más inquietante el rostro de Arno Fisch, sin desmerecer el trabajo de Michael Pitt. Aunque el peso cae realmente sobre Naomi Watts, que como leemos en la entrevista, era una de las condiciones para rodar el remake.
En definitiva, Funny Games U.S. es un macabro espectáculo, un ejercicio tan adictivo como repulsivo, una prueba al espectador. En la era youtube el film tiene más vigencia que nunca, donde casi nos ponemos en la piel del cámara, cómplice de una pulcra e inmaculadamente blanca maldad.
Lo mejor: La lenta mecánica del film que poco a poco nos va calando hasta asfixiarnos.
Lo peor: Pensar que éste film era necesario.
El dato: Recomendación de Haneke, Kiarostami y Dumont.
6 comentarios:
Ya te contaré, en breve voy al pase de prensa, pero la versión original me causó una fuerte impresión.
Desde luego indiferente no deja a nadie... que incluso cuesta saber si te ha gustado o repugnado. ¡¡¡Afortunado verla en pantalla grande!!!
¡1 saludo y gracias por comentar!
Hola, redrum. En mi opinión, no es que el cine de Haneke sea necesario, es que tendría que ser OBLIGATORIO verse, respirarse, analizarse fotograma a fotograma como el más inteligente que puede hacerse en Europa y gran parte de América. Ésta en concreto es de mis favoritas, el juego sobre la violencia es más obvio, nos implica más que en ninguna (por esas miradas a cámara, por el uso del mando a distancia), aunque no hace mucho pude ver CACHÉ y acabé con el estómago igualmente perforado, jeje. Qué sabio Haneke, lo acusan de cínico y pesimista sobre la condición humana. Yo creo todo lo contrario, es de los más agudos humanistas que ruedan hoy en día, hay que tener un enorme talento e intuición para atacar con tanta autenticidad, con tanto realismo, con tanta perturbación. Esto sí es violencia, es la que peor cuerpo te deja, precisamente porque no es artificial (=cine USA), aunque juegue con la ambigüedad y quiera hacer la representación de la violencia como espectáculo...
Bueno, no quiero enredarme ni enredarte más. Creo que queda clara mi pasión por un tipo que te deja una cámara fija durante 10-12 minutos exprimiendo el tormento de sus personajes, la angustia, lo imprevisible de las reacciones; un tipo que cambia de plano en mitad de la acción, dejándonos imaginar el horror que no muestra (aquí cuando Tim Roth está en la cocina y escuchamos los gritos del salón); un tipo que hace plantearte cosas, dejando en el aire sus propuestas, no adoctrinando, no concluyendo, tratándote con inteligencia y no con condescendencia...Un genio. A ver por dónde sale después de ésta.
Un saludo!
PD. No sé en qué ciudad vives. Yo estoy en Madrid y quería recomendarte una película maravillosa que pude ver el sábado. WONDERFUL TOWN, tailandesa, ópera prima de Asitya Assarat. Sólo te lo resumiré en una frase: La historia de amor más hipnótica y poética desde DESEANDO AMAR. De lo mejor del año. Como casi siempre en estos casos, las grandes joyas quedarán ocultas bajo el brillo falso de la bisutería de mercadillo...O sea, que pocos podrán disfrutarla. Espero que seas uno de ellos.
Tomás, los comentarios nunca pecan por exceso, y yo encantado de que el lector vea tantas opiniones como sea posible.
Sobre el nuevo proyecto de Haneke, él mismo dice:"Estoy trabajando en una película que se sitúa antes de la primera Guerra Mundial, sobre los niños que se han criado en esa época y que luego se convierten en la generación de los Nazi."
Sobre Funny Games, totalmente de acuerdo, y apuntas una cosa muy interesante. Cualquier tipo de violencia hoy día es espectáculo, pero Haneke nos vende el gérmen, motivaciones lúdicas que llevan el terror a tu propia casa, y lo espeluznante queda fuera de cámara.
Por desgracia no vivo en Madrid, pero tomo nota de la recomendación, y agradecido quedo. Deseando amar me pareció soberbia, pero (¡DANGER!) me gustó mas aún 2046.
Tanto cine y tan poco tiempo...
¡1 saludo y gracias por comentar!
También a mí. DESEANDO AMAR le proyectó internacionalmente más aún que la premiada HAPPY TOGETHER, proyección comercial en paralelo al favor de la crítica -que ya tenía-. Pero con 2046, de a que había leído comentarios contrapuestos, me fascinó. Aunque es más alambicada que la anterior no pierde fuerza, visual por descontado, pero narrativamente perturba tanto o más...la escena de sexo es una obra de arte en sí misma. Veloz como un rayo fui a la Fnac a pillarme la caja con los dos cds de la banda sonora, y cada vez que quiero flotar me vuelvo a poner el tema central...Un saludo!
Pues yo solo dire una cosa corta...no se si me duele mas haber gastado el dinero en la entrada o el tiempo que perdi viendola
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