El cine de vampiros ha sido enfocado desde muchísimos puntos de vista, ya que cuenta con 75 años de historia. Hemos visto vampiros de toda clase en historias de todo tipo, proliferando últimamente la visión moderna de clanes vampíricos, con una estética muy marcada.
Esa contínua revisión del género lleva a que pocas películas resistan el paso del tiempo, o demasiado víctimas de la época a la que pertenecen.
Pese a todo, algunos films fueron precedentes importantes para el género vampírico, como el que nos ocupa hoy.
A Kathryn Bigelow se le da bien el género de acción, sin duda, y con historias suficientemente atractivas y novedosas, como la magnífica Días Extraños. Sin embargo, esas películas quedan empequeñecidas debido a la avalancha de productos similares que potencian lo bueno del género, dejando obsoletas esas viejas joyas.
Viajeros de la noche nos cuenta la historia de Caleb, un joven que prendado de una extraña chica acaba siendo mordido por ella y convertido en vampiro. A partir de aquí se ve condenado a unirse a un violento grupo de vampiros que viajan constantemente alimentándose de personas.
El film contiene el clásico drama del recién convertido, incapaz de matar a una persona, forzado a una condición que no ha elegido. Condición que tampoco acepta el crío del grupo, inmaduro físicamente, pero mentalmente adulto. La vida del grupo refleja la existencia de unos seres que se saben inmortales, por encima del bien y el mal, del crimen y el castigo, donde fuma hasta el más joven y el miedo a la muerte se ha perdido.
El conflicto existente con el recién llegado es lo que mueve la película, el amor que siente el protagonista hacia la chica del grupo y a la vez el odio hacia la vida que llevan en el grupo, donde la supervivencia está directamente relacionada con el asesinato. El resto es bastante precipitado y sin sentido. Incluso el vampirismo del protagonista lo solucionan con una transfusión de sangre, y listos.
Aquí el papel de la familia es el que lleva a la perdición al grupo vampírico, condenado desde el principio y enormemente precavido con sus recién llegados. Son los toques humanos de éste grupo de lo mejor de la película.
Lo mejor: La influencia de "Los Inmortales" en la película, y ver a Nathan Petrelli de jovencito.
Lo peor: La historia es demasiado sencilla.
Películas así son de necesaria revisión, aunque a veces veamos lo cruel que el tiempo ha sido con ellas.
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