domingo, 25 de noviembre de 2007

[·REC]: Riesgo condicionado


La valentía es hija de la locura y la prudencia. Una hija consentida, a la que se le permite experimentar y equivocarse, hasta aprender la justa medida entre el sentido común y el riesgo.


Pero hay ocasiones en que esa justa medida no vale, como valorar racionalmente el saltar en paracaidas, o pedir un puntito de locura a un controlador aereo. A veces el término medio no vale, asomarte al abismo para, cual cangrejo, dar marcha atrás. Si la apuesta es arriesgada, se queda en nada si no se cumple hasta el final.

Cuentan Paco Plaza y Jaume Balagueró que la idea de [·REC] les surgió en una cafetería, a raíz de ver como la tele-realidad se iba conviertiendo en la verdad absoluta, donde la televisión nos muestra hoy día toda clase de sucesos macabros en directo.

Desde luego, ese intento de abordar el terror desde un formato a medio camino entre el Dogma y el falso documental es una apuesta que merece ser aplaudida. El Orfanato lleva 6 semanas liderando la taquilla española, con una fórmula explotada una y mil veces, y [·REC] viene a ofrecer su cara opuesta, la no académica, la que ofrece un terror directo, o como reza el cartel publicitario "experimenta el miedo".

Si bien se compara con "El proyecto de la Bruja de Blair", la única similitud entre ambas es el aspecto visual. La gran baza de [·REC] es justo lo opuesto que en el otro film, no lo que no vemos, sino precisamente lo que vemos, sin grandes efectismos sino con todo el realismo posible.

Pero esa apuesta tan arriesgada tiene claramente inconvenientes, y el film, ante ellos, recula y acaba por tirar de topicazos, de fórmulas conocidas y de recursos precipitados.
La película tarda en arrancar, pero no es problema porque nos sabemos víctimas de un falso documental, e incluso con la primera aparición de un infectado, no nos sentimos dentro de la película. El film realmente empieza cuando el bombero hace acto de presencia en el portal, sin uso previo de las escaleras. A partir de aquí el pánico hace acto de presencia y vienen los mejores momentos de la película.

Pese a que el aspecto documental la hace muy creible a ratos, el trabajo de los actores es bueno, y en este caso, es un problema. Si bien vemos actores que reaccionan como personas de verdad, otros reaccionan de manera muy antinatural, y junto a escenas que pretenden que la película no quede en un festival de sangre, nos dejan sentimientos encontrados al acabar la película.
He aquí el mayor problema, ya que, si bien el aspecto visual de la película la hace tremendamente realista, varias escenas restan credibilidad, desde algunas actuaciones, a parte del guión que no llega a plasmar el caos de un edificio sitiado y lleno de muertos vivientes.

Eso sí, si algo se le da bien a éstos dos jovenes directores, es hacernoslo pasar mal, realmente mal. La puesta en escena es claustrofóbica a más no poder, y llegamos a pasar más tensión que miedo debido a lo previsible de ciertas situaciones.

Pese a no ser una película redonda, es una gran película, un soplo de aire fresco y posiblemente la mejor película de ambos directores, un interesante proyecto acabado (lamentablemente) con el miedo al batacazo de salirse demasiado del camino.

Lo mejor: La facilidad con que nos hace pasar miedo y tensión, desde un medido realismo.

Lo peor: Que al mirar al abismo, decidieran dar marcha atrás.

Un film de obligado visionado, potente y espectacular, que demuestra una vez más que el miedo va más allá de seres grotescos, espíritus y casas malditas.

1 comentarios:

Absenta dijo...

Me ha parecido una gran interpretación por parte de todos en cuanto a la fase "zombie" o contagiados como lo querais llamar, pero en cuanto al vecindario decir que es totalmente superfluo y con muchas lagunas, a nadie le importa que a un bombero entrenado para situaciones dificiles le tire una vieja por el hueco de la escalera tras haberle mordido?? no! se preocupan por medicinas para las anginas, no por salir vivos ni por qué esta pasando en el edificio, no hay auténtico pánico.. llega a ser cómica su reacción ante una situacion desconcertante, claustrofóbica y de pánico... personas reales en ese estado no hubieran reaccionado así.