domingo, 20 de enero de 2008

La guerra de Charlie Wilson: ¡Enséñame la pasta!


El próximo 22 de Febrero llegará a nuestras pantallas la última película de
Mike Nichols (Closer, El graduado), protagonizada por Tom Hanks, Julia Roberts y Philip Seymour Hoffman. Con semejante presentación, la expectación es altísima, pero el resultado decepcionante.


Si algo se puede decir del film, es la falta de pasión narrativa, una historia ¿interesante? muy ornamentada, breve en contenido y duración.

Charlie Wilson es un congresista de éxito, pero de dudosos hábitos. Acostumbrado a conseguir lo que se propone, sólo queda fuera de su alcance una mujer de nombre Joanne Herring. A la inquietud que siente por el conflicto afgano-ruso, se unen las convicciones de se esquiva amante,y la intervención de un ex-agente de la CIA.

Todo ello le lleva a volcarse en buscar el máximo apoyo político para ampliar la ayuda económica a Afganistan, destinada a armas para que los rebeldes hagan frente al avance ruso. Hecho que pondría fin a la guerra fría.

Durante los 97 minutos de su metraje vemos concienzudamente cómo el dinero debe invertirse, mayormente en armas, de manera que los rebeldes afganos derroten al ejército ruso. Ese hecho retrata la política intervencionista americana, tanto entonces como ahora.

La frase del propio protagonista resume el espíritu de la película: "Estas cosas ocurrieron, fueron gloriosas y cambiaron el mundo. Después jodimos el final del juego."

Sin duda, lo más destacable es la labor de dirección y las interpretaciones, donde el personaje de Hoffman es el que menos luce (exceso de caracterización), pero el más interesante.

En definitiva, un film interesante, con una historia importante pero contada con desgana, con heroes de barro y mensaje difuso.

Lo mejor: Los hechos en que se basa la película.

Lo peor: La escena en que los afganos derriban por primera vez un helicóptero parece sacada de Hot Shots.

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