lunes, 7 de abril de 2008

Expediente Anwar (Rendition): El limbo y el bien mayor


El público americano disfruta viéndose fustigado en la gran pantalla. Lo hemos podido ver en innumerables films catastróficos y alguna comedia juvenil. Pero sea cierto o no que el 11-S lo cambió todo, sí es cierto que llevan varios films sobre el suceso, como muchos otros films dedicaron a la derrota de Pearl Harbor.

Ahora bien, la guerra de Irak desató una corriente auto-crítica y, en ocasiones despiadada, sinó tanto por la invasión, si por la forma en que se ha gestionado posteriormente dicha invasión. Sobre el tema ya hemos visto varios films, y el que hoy nos trae aquí sigue en esa línea, con matices. Expediente Anwar se centra más en la política de culpable hasta que se demuestre lo contrario y de la opacidad de esas operaciones que vulneran los derechos civiles en pos de un bien mayor.

Expediente Anwar narra las diferentes historias de varios personajes, usando un acto terrorista como nexo. El intento de asesinato de un alto cargo en un país árabe, acabará con la vida de un comisionado de la CIA, valiendo a Douglas Freeman (Jake Gyllenhaal) un ascenso inmediato. Ciertos indicios llevarán a la detención sin pruebas del egipcio Anwar El-Ibrahimi, con vida y familia en Estados Unidos. La mujer (Reese Whiterspoon) buscará ayuda política para saber qué le ha pasado a su marido, mientras él será brutalmente interrogado ante los ojos de Freeman, en busca de conocer los implicados en el atentado.

Si bien al film le falta crítica y potencia, también ese hecho juega a su favor. El acercamiento a la trama política es suave y huye de lo meramente crítico para centrarse en lo narrativo. Tomada esa opción, el film ofrece más una visión general de la violencia y sus consecuencias, que no propiamente una visión política del conflicto.

En el negocio de la ira y la venganza, los que quedan en la sombra son los únicos vencedores, y el film acierta en mostrar esa violencia como un ciclo que se repite. Un desenlace que es germen de nuevo enfrentamiento, y se repite y repite. Los daños colaterales tiene nombre, apellidos y descendencia, pero son víctima del camino hacia un supuesto bien mayor.

El film apuesta por la pausa y la sobriedad, sin grandes exhabrutos ni acelerones, y con un pequeño giro en el montaje que añade algo de confusión aunque esté justificado. La dirección es solvente y se apoya más en la capacidad de un elenco de actores que cumplen impecablemente con su trabajo, destacando Meryl Streep y Yigal Naor.


Podría haber sido más ambicioso y redondo, pero se le perdona porque no rebosa la moralina de otros films de carácter aleccionador, y se agradece. El protagonista sufre un ataque de conciencia repentino, pero no por ello dedica parte del metraje a exponer sus motivos. Actúa como cree que debe, y punto.

En definitiva, un buen film, lejos de lo pretencioso de otras producciones.

Lo mejor: No plantea debates sobre cuestiones en las que todos tenemos ya nuestra opinión.

Lo peor: El truco de montaje entre las historias descoloca un poco.

El dato: Se nombra en demasía el anterior film del director (Gavin Hood), Tsotsi, pero ni es su debut como director, ni como actor, ya que se estrenó en 1991 con American Kickboxer.

Expediente Anwar se estrena el 18 de Abril en nuestras pantallas.

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