Y con un título que señala directamente al culpable. Un Carpenter que no ha sabido adaptarse (nunca lo ha hecho) ni reinventarse, y nos cuela un film de acción en un tema tan rentable como los vampiros. Un Ford Farlaine de gramática más limitada cuya excusa es la venganza.
Es el 5º film de mi ciclo sobre Carpenter, y desde luego sigue su línea. Pero no pasemos por alto el título del film y el interés de la productora en dar un taquillazo a toda costa, concediendo a Carpenter reescribir el guión de Don Jakoby para matizar un par de detalles. Pero no se si la veteranía conlleva el desgaste o el humor, cuando el film difícilmente hay motivo para tomárselo en serio.
Jack Crow (James Woods) lidera una banda de mercenarios dedicada a la eliminación de vampiros. En busca de un nido donde se halle el vampiro más poderoso, será él quien les de caza y sólo queden vivos 2 de ellos, junto a Laura Palmer (Sheryl Lee). Valek, el vampiro, irá en busca de la cruz negra que permita acabar el exorcismo que le convirtió en lo que es, de manera que pueda ser inmune a los rayos del sol.
En minoría, con otro enviado del vaticano, y una prostituta mordida, Jack tendrá que pararle los pies a Valek y vengar así la muerte de sus padres.
Lo siento quien esperara un film de vampiros o de terror, porque el film no tiene nada que ver con eso. Salen vampiros, pero no es un film vampírico. Podrían salir cebras armadas o cheerleaders, que nos daría casi igual. Estamos ante una película de acción cómica, con el típico héroe socarrón y malhablado.
Partiendo de ésta base, el film es entretenido. De otra manera, no habría por donde cogerlo. Impacta la violencia de la primera aparición de Valek, y el resto de la escena debió servir para las escenas de acción de Hot Shots, seguramente. Nos presentan una manera de acabar con los vampiros consistente en clavarles una flecha atada a un vehículo que los arrastra hasta la luz solar, acabando de inmediato con ellos.
Cierto es que quemar la casa es más fácil, pero Jack es demasiado chulo para evitar el cuerpo a cuerpo, y sobradamente experto y poderoso como para hacerse cargo de los vampiros dando patadas en el culo, o levantándolos con una especie de lanza, contra toda ley física. Y encima le sobra humor para hacer chistes habiendo mirado a la muerte cara a cara.
En definitiva, un Carpenter desganado, falto de ideas y demasiado fácil. No esperéis más que alguna risa y la omnipresencia de Woods.
Lo mejor: La escena con la primera víctima de Valek.
Lo peor: El personaje de Woods pasa por ser gracioso, cuando no tiene la mínima gracia, y el mayor mérito interpretativo de Valek es no parpadear.
El dato: Originalmente iba a dirigirla Russell Mulcahy (Los inmortales).
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