sábado, 28 de junio de 2008

Los cronocrímenes: Lo casero siempre sabe mejor


Antes que nada, mil agradecimientos a Nacho Vigalondo. No, no tengo la suerte ni de haberme cruzado con él, pero encuentro de un mérito grandioso haber sacado adelante y habernos regalado semejante producto. Producto que no es una obra de arte, pero a veces la apuesta es más importante que el resultado.


Empecé este blog en Octubre del año pasado, coincidiendo aproximadamente con el Festival internacional de cine de Cataluña. En dicho certamen se presentaban hasta 4 productos patrios que me llamaban poderosamente la atención: El orfanato, [·REC], La habitación de Fermat y Los cronocrímenes. El éxito les ha sonreído precisamente en ese orden, y mientras que las tres primeras ya se pasearon por cartelera y ya las tenemos en DVD, Los cronocrímenes llega ahora a la gran pantalla. ¿Por qué? Porque Vigalondo los tiene cuadrados ha sido el único capaz de parir un film al margen de los dictados de la industria, algo diferente a los blockbusters americanos y menos pretencioso que las propuestas de Piedrahita, Balagueró y Bayona.

Los cronocrímenes narra la historia de Héctor (Karra Elejalde), que se verá sorprendido por la visión de una joven desnuda (Bárbara Goenaga) mientras disfruta de su retiro campestre junto a su mujer (Candela Fernández). Siguiendo el rastro de la joven se verá atacado por un hombre con el rostro vendado, y en la huida será engañado por un científico (Nacho Vigalondo) que lo transportará una hora antes en el tiempo.

La paradoja temporal creada llevará a Héctor a estar repetido y tener que provocar los actos que le llevaron a la máquina temporal, pero desde otro punto de vista. Pero jugar con los viajes en el tiempo siempre tiene consecuencias imprevistas.

El film bebe directamente de Primer, genial obra de Shane Carruth, pero navega por otros derroteros y simplifica la apuesta a la vez que la hace más cómica y canalla. Una ciencia-ficción de estar por casa, donde hasta los viajes en el tiempo son humildes (nada de viajes a la Grecia antigua, no, sólo una hora al pasado) y las historias implican a un pequeño grupo de personas.

Pese a la sencilla apuesta, la historia se complica (algo artificiosamente) para compensar lo lineal de la trama. En ése sentido, dirección y guión son impecables, salvo las reacciones de los personajes, así como la interpretación de un despistado Karra Elejalde. Vigalondo no es actor, y su papel viene más motivado por ahorro de presupuesto, así que capea el temporal como puede.

Y es que Los cronocrímenes tiene más valor por lo que representa, que por lo que es. Es un film apreciable, interesante y entretenido, una gran ópera prima, y a la vez una apuesta por un cine diferente y arriesgado, más cerca de las nuevas series norteamericanas que de su cine.

Sin duda, no será en taquilla donde mejor sea valorado, y puede que ni entre la crítica, pero desde luego ensancha un camino que ya abrieron Amenábar y Balagueró. Sin la notoriedad y el éxito de público que tuvo Tesis, Los cronocrímenes viene a ser su equivalente en el terreno de la ciencia-ficción, 11 años después de que la canadiense Cube pusiera de moda dichas producciones.

En definitiva, un soplo de aire fresco, un buen film con una apuesta sencilla y algún giro interesante. Vigalondo apunta maneras y denota un profundo respeto por el espectador, y desde luego su primer largo lo demuestra. Muy recomendable para quien esté cansado de salir del cine habiendo visto una mala versión de cualquier otro film.

Lo mejor: El guión, pese a algún tropezón.

Lo peor: Las interpretaciones.

El dato: La productora de Tom Cruise ya se ha hecho con los derechos para hacer un remake.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto, tío, no es brillante pero al menos insufla un poco de oxígeno a nuestra raquítica industria. De todas formas, yo creo que donde falla es en esa carga de ironía chufla y casposa, con diálogos pobres e inverosímiles, y, como bien apuntas, con una dirección de actores lamentable. Si se hubiera tomado un poco más en serio lo que nos cuenta (como sí hicieron Amenábar, Fresnadillo, Balagueró, Bayona, etc), hubiera ganado enteros, muchos en mi opinión. ¿Cómo voy a asimilar una historia ya de por sí irreal si el protagonista habla como si estuviera en la tasca tomándose un vino con sus compadres? Entiendo lo de la falta de presupuesto, pero también la tuvo Amenábar en Tesis y yo pasé miedo real...

Buen intento de Vigalondo, se le nota que disfruta tras la cámara y que promete, de momento nos ha reglado una broma...ingeniosa, extraña,muy calculada, pero que a mí no me ha deslumbrado...no veas cómo estaba el pase de prensa, lleno de frikis del terror, creyendo que iban a ver la nueva promesa del género...

Un saludo!!!

Redrum dijo...

Jajajajaja!!! Gracias por el piropo, también estuve en el pase de prensa...

Es coña, no estuve ;)

Supongo que al final tanto problema de distribución la ha convertido en una pequeña obra de culto vista por pocos hasta que ha conseguido estrenarse. Pero sí se nota que pese al guión (bastante trabajado), la dirección de actores parece más una reunión de colegas para hacer un corto y probar suerte con la acogida, cuando en éste caso debería haber sido un trabajo más serio.

No deslumbra como Cube, Primer o Scanners, pero tiempo al tiempo, que la creatividad no se aprende.

¡1 saludo y gracias por comentar!